Traducción para Rebelión de Loles Oliván.
Tan pronto como Hassan Nasrala concluyó su discurso televisado instando a los residentes de los barrios del sur de Beirut a que abandonaran las calles y no perjudicaran a los ciudadanos sirios en sus áreas, grupos de matones respondieron con viles alborotos racistas y anti-sirios en varios lugares. La mayoría de ellos eran miembros o seguidores del movimiento Amal.
En el Líbano de los años 70 y 80, el comportamiento racista contra los sirios era monopolio de los cristianos. Después de 2005 se les unieron los suníes y los drusos. Así lo hizo igualmente, tras el estallido de la crisis siria, un sector importante de los chiíes, completando con ello la imagen del racismo libanés.
Muchos de los jóvenes sirios que han sido secuestrados e insultados durante las últimas 48 horas no han podido identificar el partido o la afiliación política de sus agresores. Uno de ellos ha declarado que los enfurecidos jóvenes utilizaban un lenguaje soez y violento, y blandían espadas parecidas a la de Zulfikar, un símbolo chií. Para esos sirios, quienes les atacaron eran chiíes.
Algunos de los secuestrados se refirieron a la extraña posición en que se encontraban: han huido de la represión del régimen, han sido perseguidos por bandas armadas por rechazar al Consejo Nacional Sirio, y después han sido atacados por las víctimas libanesas de la crisis siria… ¿A dónde pueden huir?
El caos y el tumulto reinaron en ciertas áreas en las horas que siguieron a la noticia de que un grupo de libaneses había sido secuestrado por hombres armados sirios después de cruzar a Siria desde Turquía. Hubo jóvenes que salieron de los barrios del sur prometiendo a la oposición siria una retribución exacta-como si se pudiera distinguir a los opositores de los leales a Siria. Sin embargo, no se tomó ninguna medida para evitar que los enfurecidos jóvenes hicieran realidad sus amenazas.
Costaba trabajo imaginar que el Ejército libanés y las Fuerzas de Seguridad Interna se desplegaran en las carreteras. El Ejército aún se está recuperando de los sucesivos golpes que recibió en Akkar, Trípoli y Tariq al-Jdideh, y del Tribunal militar. A lo largo de esta crisis, las fuerzas de seguridad se han comportado como si estuvieran solamente para recoger despojos. Causó un buen ridículo la imagen de los agentes de policía persiguiendo a un coche porque su conductor no llevaba puesto el cinturón de seguridad.
Un cuarto de siglo atrás, durante un período de calma ilusoria en la guerra civil, Ziad al-Rahbani dijo: «Volverá, si Dios lo permite». Él fue quien nos advirtió de que la violencia de la Edad Oscura estaba regresando a Líbano y a la región. Hoy en día, Líbano recuerda a su pueblo que se dio un nombre incorrecto a la edad de la construcción del Estado y que ahora nos encontramos en la edad de los mini-Estados que compiten para dibujar sus fronteras a sangre y fuego.
Después de lo sucedido, los libaneses tendrán que aclimatarse a las realidades tal como son. Ya no importa lo que piensa X de Y, ni analizar los antecedentes y las ramificaciones de la escena. Esta vez, nos guste o no, todo Líbano se ha convertido en rehén de la crisis siria. Las partes externas que están interviniendo en Siria tienen una poderosa presencia en Líbano también y cuentan con una amplia experiencia de intervención similar, aunque en diferentes formas.
Después de lo sucedido, que los libaneses se las arreglen. A las regiones del sur y de la Bekaa, y a parte de Beirut, se aplica un distintivo con una sensibilidad diferente. A una parte del Chuf, otro distintivo con una sensibilidad distinta. Un distintivo con una tercera sensibilidad se aplica a amplias zonas del Norte y de la Bekaa y a parte de Beirut también. Y hay conflictos silenciosos que persistirán en la periferia del sur y de la Bekaa, y en partes de Monte Líbano.
Sin embargo, la crisis se producirá en las áreas de mayoría cristiana cuya distinción radica en el temor que prevalece sobre la mente colectiva. Este temor lo abarca todo: temor no sólo por el papel de los cristianos sino por su destino. Y a ese común denominador no le afecta la rivalidad entre las fuerzas políticas que compiten por el apoyo cristiano, especialmente desde que el Movimiento Futuro despojase a los cristianos del [Movimiento] 14 de Marzo de todas las distinciones que solían tener.
A partir de ahora, los mini-Estados asumirán sus propias formas distintivas. La ironía, sin embargo, es que ahora el «mini-Estado chií» tiene interés en pertenecer a un Estado completo. Durante los últimos acontecimientos, Hizbolá tenía miedo de que el ejército se quebrara, de que las Fuerzas de Seguridad Interna se desintegraran al final, y de las barreras y puestos de control que se erigieron entre los diferentes distritos. La no intervención de Hizbolá en las batallas de Tariq al-Jdideh significa sólo una cosa: que de una guerra confesional no puede emerger nada.
Pero hay una mentalidad diferente en el recién fundado «mini-Estado suní», en el que el sentimiento separatista crece día a día. El sentimiento de ser defraudado se está convirtiendo en un deseo para rechazar la norma del Estado, siempre y cuando la toma de decisiones no esté en sus manos.
Saad Hariri, junto con sus colaboradores y sus patrocinadores del Golfo y de Occidente, se ha embarcado en el juego más peligroso de todo un cuarto de siglo. Los suníes de Líbano -habiéndose convertido en una secta y después en un grupo confesional que padece los malos sentimientos de una minoría- se orientan ahora a la introversión y a la afiliación política y social con un esquema conectado a la crisis siria.
Este grupo ya no es capaz de nada más: o Siria cae en manos del eje al que ellos pertenecen, o el juego del aislamiento se jugará más allá.
Pero el alejamiento de los demás no es la peor enfermedad resultante del aislamiento. También incapacita la habilidad de crear un programa coherente. Ese es el punto en el que la anarquía toma las riendas, la locura prevalece y los fuertes devoran a los débiles.
Es un espectáculo que ya hemos visto antes. Pero hay quienes quieren que se repita una vez más con el argumento de que están enojados.
Fuente original: http://english.al-akhbar.com/content/lebanon%E2%80%99s-mini-states-war