Traducido del francés por A. d P.
La guerra que llevan a cabo Arabia Saudí y sus aliados en Yemen continúa a pesar de las cercanas negociaciones. La población civil paga un alto precio, particularmente los menores a los que la mayoría de los grupos enrolan en sus milicias. ¿Por qué? ¿Qué consecuencias tiene para estas jóvenes víctimas?
Cheikh Abdou Mansour Dahwa perdió a cuatro de sus hijos y nietos, entre ellos a dos de 16 y 17 años, en los incesantes enfrentamientos de Taëz, al sur de Yemen. A pesar de la pérdida, este miembro de la Unión Yemení para la Reforma (Al-Islah) (1) insiste en que animará a sus hijos y nietos a seguir el mismo camino de «defensa del islam frente a la invasión chií», refiriéndose así a las fuerzas del antiguo presidente Ali Abdallah Saleh, apoyado por los rebeldes hutíes.
Otros residentes comparten la misma visión: «Mi hijo de 13 años murió en los enfrentamientos por defender la dignidad de Taëz», declara Mohamed Ali Qaed. Cada vez son más los niños involucrados en los combates entre las fuerzas leales al presidente Abd Rabbo Mansour Hadi, obligado a abandonar el país en febrero, y las aliadas con los rebeldes zaidíes (3) chiíes, más conocidos con el nombre de hutíes. También están implicadas las milicias de Al-Islah (los hermanos musulmanes de Yemen) y otros grupos aliados suyos, principalmente los grupos conocidos como «Resistencia popular». (2) Los militantes hutíes apoyan al antiguo presidente Saleh, quien tuvo que abandonar el poder a principios del 2012 tras 33 años de presidencia a raíz de las protestas y de la violencia masivas.
El reclutamiento de niños soldados se ha generalizado en Yemen. Casi todos los grupos tienen combatientes menores en sus filas. Hussein Alwaday, responsable de comunicación de Unicef en Yemen, recuerda que esta práctica tiene una larga historia tras de sí: «Siempre se ha reclutado a niños en Yemen, antes incluso de la guerra actual. Hasta la policía y los servicios de seguridad recurren a ello». Explica que todos los grupos yemeníes reclutan y utilizan a niños en tiempos de guerra como combatientes, corresponsales, o para pasar información o material. Son, sin embargo, «los hutíes – dice – quienes reclutan a más niños, e incluso llegan a tener en sus filas al 40 % de todos los niños reclutados en Yemen». La guerra en Yemen ha facilitado el reclutamiento de niños por parte de la Resistencia del Sur, la Resistencia Popular y Al-Qaeda en numerosas regiones.
La polarización confesional, responsable
La cantidad de niños involucrados en los combates no deja de aumentar. La representante especial del secretario general de la ONU para la infancia y los conflictos armados, Laïla Zerrougui, explicó que «la cantidad de niños reclutados y utilizados durante los 8 primeros meses del 2015 se había triplicado en comparación con la cifra recogida por las Naciones Unidas durante todo 2014». Y según un informe de la ONU, el 82% de los casos constatados se imputan a los hutíes.
Numerosos factores explican el reclutamiento de menores: la pobreza, pero también las presiones políticas, intelectuales, confesionales y locales que ejercen todos los beligerantes. Así, se envía a combatientes, incluidos los niños, a campos de entrenamiento que pertenecen a grupos en guerra en la mayoría de las gobernaciones de Yemen. La pobreza es, pues, una de las causas esenciales que explican la implicación de los niños. Pero, más importante aún, como explica Alwaday, es «la impregnación de las lógicas de odio confesional que conduce a más niños a los campos de batalla». Los niños reclutados se someten a discursos religiosos e ideológicos que desarrollan sentimientos de odio y fanatismo religioso, confesional, intelectual y local. También se les entrena en el uso de cualquier tipo de arma.
La cadena pro Hadi Yemeni satellite channel -que emite actualmente desde Riyad- ha podido difundir entrevistas a niños de la gobernación de Dhamar, al norte de Yemen, capturados durante los enfrentamientos en las gobernaciones de Adem y Lahe, al sur de Yemen, mientras luchaban al lado de los hutíes.
Abou Adnan, un jefe hutí, declaró en una entrevista que cinco de sus hijos y hermanos, de edades comprendidas entre 15 y 17 años «combaten en el frente contra los agentes de la agresión extranjera y contra los takfiris» (4), fórmula que hace referencia a la coalición de Estados árabes dirigida por Arabia Saudí, a las fuerzas favorables a Hadi y a la Resistencia Popular, compuesta por islamistas cercanos a Al-Islah, a Al-Qaeda y a la organización Estado Islámico (OEI) -un grupo desconocido en Yemen hasta hoy y que reivindica a través de declaraciones en internet la responsabilidad del bombardeo de mezquitas zaidíes en Sanaa, la capital de Yemen.
Heridas sicológicas
En general las guerras afectan sicológicamente a los niños, pero cuando por medio de la coerción o de la persuasión se ven obligados a combatir, las heridas son aun más profundas.
«Los conflictos, los combates, el odio, las carnicerías y los miembros mutilados de los que son testigos los niños se incrustan en lo más profundo de su ser, permanecen y los llevan a ejercer la crueldad», explica Abdoulhafez Khameri, profesor de sicología clínica en la Universidad de Sanaa. «Más adelante, cuando se ven sometidos a cualquier presión o a dificultad, reinciden y abandonan los valores y los sentimientos de los demás, lo que tiene no pocas consecuencias sobre su capacidad para fundar una familia. A veces proyectan en sus mujeres e hijos lo que han vivido y lo que llevan dentro. También pueden convertirse en víctimas de su propio comportamiento. Los ignorantes afirman que estos niños son más audaces y valientes, lo que es absurdo. Todo lo contrario, numerosos casos, atestiguados por las clínicas siquiátricas y la medicina tradicional, demuestran que son ellos las víctimas de tales comportamientos».
Un estudio sobre la situación de los niños desplazados en las gobernaciones de Amran y Al-Houdaydah dirigido por Save the Children Yemen (SCY) en colaboración con Al-Twasul por el desarrollo humano demostró en julio que en la mitad de los casos estudiados los niños enfermos prefieren quedarse en casa y tienen miedo a tener que abandonar los lugares en los que se desplazan por culpa de los bombardeos aéreos y de los enfrentamientos armados. «Los resultados confirman el impacto desastroso de la guerra en los niños de Yemen», explicó Edward Santiago, director de SCY. «Han sido desplazados u obligados a abandonas sus escuelas, han sido víctimas de abusos, de violencia y a veces incluso han muerto».
Notas del traductor de árabe al francés
(1) La Unión Yemenita por la Reforma, creada en 1990, es más una congregación heteroclítica que un partido político tradicional. Asocia principalmente a las élites tribales conservadoras y a grupos relacionados con los Hermanos musulmanes.
(2) Zaidismo, rama yemení del chiismo.
(3) Resistencia popular: unión de milicias tribales, de islamistas e incluso a veces de yihadistas.
(4) Takfir: concepto musulmán que permite denegar el estatus de miembro de la comunidad musulmana y así privar de sus derechos a quien no comparte los mismos puntos de vista. El término tiene su equivalente en derecho canónico católico: la excomunión.
Artículo de Said Al-Soufi publicado originalmente en Al-Yemeni con el título «Yemen’s children at the frontline of war», el 6 de octubre de 2015. Traducido del inglés al francés Alexis Varende. Véase también la versión original en árabe.
Fuente: http://orientxxi.info/magazine/les-enfants-du-yemen-sur-la-ligne-de-front,1059