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Los planes de Estados Unidos de atacar militarmente a Cuba

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Eva Sjöblom

El Gobierno de Cuba viene advirtiendo desde hace tiempo que esos planes existen, los cuales, sin embargo, no han sido tomados en serio por los gobiernos y medios massivos europeos. Más bien han sido rodeados de un silencio completo. Recientemente, el instituto «Interamerican Dialogue» abordó el asunto en una carta dirigida al Secretario de Estado de Estados Unidos, en que un número de políticos, profesionales y altos funcionarios internacionales, incluyendo Pierre Schori, ex Ministro de Asistencia al Desarrollo y Embajador de Suecia ante la ONU, desaconsejan una invasión militar. Muy acertadamente, advierten que tal invasión produciría más daños que beneficios (qué beneficio posible habría, me pregunto), que la política que Estados Unidos piensa imponer a Cuba se encontraría con resistencia popular, y que dañaría los intereses de Estados Unidos en el hemisferio occidental. Lo que prefieren no advertir es que sería una vialoación grave al derecho internacional. Sí recomiendan que «el objetivo esencial de la política de Estados Unidos debería ser una transición pacífica», es decir continuar la guerra económica, la campaña propagandistica anticubana y la actividad subversiva.

No cabe duda de que los autores de la carta comparten la convicción del régimen de Estados Unidos acerca de su presunta superioridad moral, superioridad que posiblemente también se atribuye a la Unión Europea, y su derecho de mando sobre los sistemas de los países «subalternos», especialmente el de abrirlos al mercado internacional, derecho que también sería aplicable a Cuba. Eso no obstante, su carta resulta importante, porque arroja luz sobre el carácter real y verdadero de la amenaza contra Cuba, que los medios de comunicación y la élite política tanto a nivel internacional como en Suecia, han pretendido encubrir.

Lo que motivaba la carta dirigida por Pierre Schori y los demás firmantes a Colin Powell es el programa para recuperar el control sobre Cuba que éste presentara el pasado 6 de mayo, y que los medios de comunicación de Suecia han pasado por alto por completo. Para empezar, dicho programa contempla 59 millones de dólares para reforzar la propaganda anticubana en Europa y el mundo, y lograr aceptación de una toma del poder, por medios militares, si resulta necesario. Esos millones se destinarán, entre otras cosas, a la organización de conferencias internacionales en apoyo a los planes de Estados Unidos de formar un «gobierno de transición» en Cuba. Como por casualidad, la primera conferencia tendrá lugar en Praga esta semana ya, con la participación de Jean Kirkpatrick, quien fuera Embajadora ante la ONU bajo Reagan, como señuelo, y de un número de polítiqueros de Latinoamérica y de Europa del Este con afinidad con Estados Unidos, además de unos cuantos cubanos exiliados de extrema derecha y un par de liberales suecos. El interés por apoyar a los planes de Estados Unidos ha ido creciendo desde 1996, año en que comenzó a llegar dinero desde Washington a un ritmo cada vez más forzado, cuyo propósito era romper la resistencia europea al plan de asaltar a una nación soberana.

De esos 59 millones nuevos, cinco han sido reservados para una «campaña de solidaridad internacional», destinada a lograr apoyo por parte de más gobiernos y organizaciones extranjeros a los grupos financiados por Estados Unidos que existen en Cuba y en el extranjero. Otro designio es lograr que esos gobiernos y organizaciones disuadan a la gente de viajar como turistas a Cuba, todo ello con el fin de privar a Cuba de unos ingresos imprescindibles. En este apartado, se recomienda a los «Reporteros sin fronteras» y su campaña contra el turismo en Cuba, orquestada en París durante el invierno de 2003-04, con financiamiento de fuentes cercanas a la mafia del exilio cubano en Miami. Las Embajadas de Estados Unidos a lo largo y ancho del mundo tienen hoy personal dedicado específicamente a esa campaña, a la distribución de los folletos del Departamento de Estado y la coordinación de acciones de condena al «régimen castrista».

Uno de los componentes más peligrosos de ese programa son las emisiones de TV propagandísticas que comenzaron en agosto pasado desde un avión militar con equipamiento especial, que circula diariamente alrededore de Cuba y que, con o sin intención, es capaz de originar la provocación que haría falta para justificar una agresión militar por parte de Estados Unidos.

El futuro que espera a los cubanos bajo el mando de Estados Unidos, se halla descrito con lujo de detalles en el capítulo cuatro del informe, que cuenta con más de 450 páginas. Se trata de un programa detallado para la reprivatización de todo el país, la disolución de las cooperativas agrícolas, el desalojo de los agricultores, la recuperación de los edificios multifamiliares y el desalojo de las familias, la eliminación del sistema de jubilaciones y del sistema de bienestar social que hoy garantiza educación gratuita y servicios de salud gratuitos. El «coordinador» de la ocupación estadounidense nombrará a jueces, organizará a la policía, diseñará el sistema electoral y autorizará a los partidos políticos. En resumidas cuentas, se trata no solamente de retomar el control económico y político de Cuba, sino de convertirlo en un Estado vasallo.

Subrayan los autores de la carta que Estados Unidos, con sus agresiones reiteradas, pretende instigar violencia y desestabilización social en Cuba. William D Rogers, ex funcionario del Departamento de Estado, decía que el plan de medidas del régimen de Bush para lograr un cambio de régimen en Cuba es «terrorífico», y que la «intervención que planea Estados Unidos en Cuba sería la acción más explosiva de Estados Unidos en Latinoamérica desde hace más de 50 años». Wayne Smith, ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, constataba que se trata de «un programa de ocupación pura».

Es importante que esos planes trasciendan y sean divulgados. Si los pueblos se enteran del terrible atropello que se está maquinando para cuando el régimen que ocupa la Base de Guantánamo se vaya a extender sobre todo la isla, estoy convencida de que exigirán a sus políticos que se enfrenten a Estados Unidos y que impidan ese genocidio.

13 09 04