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Los sindicatos se suman a la partida ¿Saben que las reglas han cambiado?

Fuentes: Diagonal-Madrilonia

ras un verano en silencio, CC OO y UGT han decidido sumarse a la partida. Ha hecho falta un nuevo ataque a los derechos laborales (reforma encubierta) y una modificación de la Constitución que ha avanzado en una semana más que cuatro comisiones del Congreso en una legislatura. Sin mucho entusiasmo, las centrales de Toxo […]

ras un verano en silencio, CC OO y UGT han decidido sumarse a la partida. Ha hecho falta un nuevo ataque a los derechos laborales (reforma encubierta) y una modificación de la Constitución que ha avanzado en una semana más que cuatro comisiones del Congreso en una legislatura. Sin mucho entusiasmo, las centrales de Toxo y Méndez quieren dejar de ver la movilización social desde la barrera y volver a coger músculo.

Pero durante estos meses han pasado muchas cosas. Ha sido un verano muy movido ¿se acabó la paz social? De hecho, que CC OO y UGT reaccionen cuando faltan menos de tres meses para las generales responde a esa toma de palabra que se ha producido en las plazas y en las redes. En otras circunstancias, la cercanía de los comicios habría forzado el silencio sindical. Los sindicatos de concertación se han quedado huérfanos políticamente. Como bien señala la indignación, el 20N concurre un único candidato: Rubaljoy del PPSOE ¿Qué prefieres, Standard o Poor’s? Antes del reformazo, Rubalcaba podía intentar una suerte de acercamiento a las redes, pero el anuncio de Zapatero en el Congreso le ha dejado fuera de la partida. Ya sólo le queda un último gesto de propaganda: «subiré el impuesto a las grandes fortunas».

Así que bienvenidos también CC OO y UGT al tablero. Pero no a cualquiera, sino a un nuevo escenario, en el que miles de personas son protagonistas desde el 15M. De cara a las movilizaciones del próximo otoño caliente, ya sean en la función pública o frente a los recortes de derechos que vendrán, los sindicatos deberían empezar a comprender e incorporar las nuevas reglas de juego si quieren que la partida se juegue para ganar y no para hacerse la foto: La ruptura del eje discursivo izquierda-derecha , el reconocimiento de los nuevos espacios de participación asamblearia, el cambio simbólico (estético) en las formas de convocar y situarse en la calle, donde la diversidad es fuerza y la ausencia de siglas y representantes un chorro de aire fresco. En definitiva, una partida larga en la que el respeto a los espacios, ritmos y tiempos que requiere la toma de decisiones en mecanismo horizontales va a ser determinante. Si los sindicatos o cualquier organización social dialoga con el 15M o se suma a futuras movilizaciones que se convoquen desde el movimiento tendrá que tener muy presente la presencia de un nuevo sujeto político que ha decidido que deben cambiar las reglas del juego.

Algunas de estas demandas se escucharon en la multitudinaria reunión del profesorado de la Comunidad de Madrid. Allí se constató el abismo existente entre una parte de la gente, muy empoderada, que está incorporando nuevos hábitos organizativos a partir de su participación en el 15M, y la vieja izquierda sindical acostumbrada a las reuniones teledirigidas. Alguna gente proponía que se incorporaran los elementos distintivos del asamblearismo del 15M, como la moderación, el orden del día, los signos y el respeto a las intervenciones y desde las intervenciones. No se trata de simples cuestiones formales, sino de otra manera de estar y de escuchar que tendrá que ponerse en el centro de las movilizaciones contra los recortes del PP, si es que éstas quieren tener alguna posibilidad de éxito.

Gestos como el de los funcionarios autonómicos de CC OO en Aragón, que ha solicitado que el sindicato «deponga pancartas y banderas» en los actos contra la reforma de la Constitución, son pasos en la buena dirección. Asambleas como la del profesorado madrileño, donde no se informó sobre la toma de actas y el conflicto sobre la dirección de las movilizaciones se agudizaba en cada intervención, nos sacan del único terreno de juego que hoy nos permite parar los recortes y las políticas de austeridad. Y tal vez, fundar otra política.

El 15M apunta a lo más inmediato, problemas que los sindicatos olvidaron hace tiempo. Pero también está cargado de una potencia que va mucho más allá de salir a la calle porque toca.

Fuente: http://madrilonia.org/?p=4925