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Centenares de miles de aves mueren electrocutadas todos los años en el estado español, según SEO/BirdLife

Los tendidos eléctricos, una trampa mortal para la avifauna

Fuentes: Rebelión [Imagen: Societat Valenciana d'Ornitologia]

Una sanción de 668.667 euros a I-DE Redes Eléctricas Inteligentes, del grupo Iberdrola, por “infracción grave”, y 400 euros en concepto de indemnización por daños y perjuicios irreparables; es el contenido de la Resolución firmada el 13 de octubre de 2022 por la entonces secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat […]

Una sanción de 668.667 euros a I-DE Redes Eléctricas Inteligentes, del grupo Iberdrola, por “infracción grave”, y 400 euros en concepto de indemnización por daños y perjuicios irreparables; es el contenido de la Resolución firmada el 13 de octubre de 2022 por la entonces secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana (GVA), Paula Tuzón, de la coalición Compromís, por “la muerte (…) no autorizada de especies de flora y fauna incluidas en el Listado de especies en régimen de protección especial, que no estén catalogadas…”.

La Asociación para la Defensa de la Naturaleza al Sur de Valencia (ADENSVA) informó el 13 de enero de la resolución sancionadora, y de que se trataba de la muerte por electrocución, en 2021, de un buitre leonado en la provincia de Valencia.

“Llama la atención que la GVA tenga registradas más de 2.500 electrocuciones de fauna en los últimos nueve años, la gran mayoría en instalaciones de Iberdrola, ý sin embargo, sea ésta la única sanción impuesta por ello a la eléctrica”, señaló la entidad conservacionista.

Asimismo, ADENSVA subrayó la importancia de la sentencia del Tribunal Supremo (octubre de 2021) que señala a la Administración con competencias en Industria “como la  responsable de supervisar la obligación de que las líneas eléctricas sean seguras para la fauna”.

Integrada por la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales, Ecologistas en Acción, AMUS, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, GREFA, la revista Quercus, SEO BirdLife, SIECE y WWF, la Plataforma SOS Tendidos Eléctricos criticó el 23 de enero en las redes sociales el retraso del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) en la revisión del Real Decreto, de 2008, que establece medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas aéreas de alta tensión.

Ante la demora en revisar el “muy deficiente” Real Decreto 1432/2008, la Platafoma ha solicitado al departamento de Teresa Ribera un “mecanismo de homologación para nuevos materiales y dispositivos”.

¿Puede cuantificarse el impacto concreto sobre la avifauna? En julio de 2022, Ecologistes en Acció de Catalunya hizo público un cartel titulado ¡Electricidad que apaga vidas!, con datos del Libro Blanco de la Electrocución en España (1990-2018); según esta fuente, más de 33.000 aves rapaces mueren anualmente en la red eléctrica española; entre las más numerosas la Cigüeña blanca (13.220); también aves consideradas en peligro de extinción, como el Águila imperial ibérica (545); y otras amenazadas, por ejemplo el Buitre leonado (4.333).

Precisamente el 16 de noviembre, ADENSVA presentó una querella en el juzgado del municipio de Alcaraz (Albacete) contra I-DE Redes Eléctricas Internacionales y la multinacional Iberdrola, por la electrocución de un Águila imperial en una línea eléctrica de la que las empresas son titulares; el trazado, que recorre el centro sur de la provincia de Albacete y destacados parajes, cuenta con “un largo historial sangriento de aves electrocutadas”.

Denuncias más recientes –del 10 de enero- fueron difundidas por Agentes Medioambientales de Requena: “Los cableados eléctricos provocan la muerte de un centenar de aves en el último año en (la comarca valenciana) de Requena-Utiel”; el colectivo de agentes ambientales adjuntó el enlace a una información reciente del diario Levante-EMV, en la que se computaba la muerte de más de 400 animales desde 2019 -por electrocución o colisión- con las infraestructuras fotovoltaicas/eólicas en esta comarca valenciana.

La organización SEO/BirdLife ha informado sobre hechos similares en Cataluña; así, el pasado 11 de agosto, acerca del fallecimiento de una decena de ejemplares de cigüeña blanca (especie protegida) en tendidos eléctricos “que no han sido corregidos”. La ONG tuvo conocimiento de la mortandad por la intervención de los Agentes Rurales de la Generalitat y las entidades locales;  la muerte se produjo en los municipios de Moià y Taradell, en la provincia de Barcelona.

SEO/BirdLife destacó además –en un comunicado- que los episodios acaecieron en un área que la Generalitat identifica como zona prioritaria de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión;  y que en la misma zona sucedió la “mortalidad masiva” de cigüeñas en 2018 y 2021 (entre enero y agosto de 2022, la ONG conservacionista documentó la muerte de más de 40 ejemplares del ave zancuda -por esta circunstancia- en el citado enclave).

En este contexto, la nota informativa caracterizaba como “urgente” la necesidad de que tenga lugar una reforma del Real Decreto 1432/2008, “y deje claro que las compañías eléctricas, que se benefician de la explotación de las líneas, deben sufragar la corrección de tendidos eléctricos con fondos propios”, sin que el coste recaiga en la ciudadanía.

Con este fin, la organización ambiental ha impulsado una campaña de recogida de firmas (13.200 adhesiones), en la que se recuerda además que cientos de miles de aves pierden la vida –anualmente- en el estado español en tendidos eléctricos de riesgo.

El Libro Blanco de la Electrocución en España, publicado en noviembre por AQUILA a-LIFE, realiza una aproximación general a los datos; según el Ministerio para la Transición Ecológica, 39.000 aves mueren electrocutadas cada año en el estado español, de las que la mayoría (33.000) son rapaces. A partir de extrapolaciones, la Fundación de Amigos del Águila Imperial, Lince Ibérico y Espacios Naturales Privados estimó –en 2018- que la mortalidad anual podría oscilar entre las 193.000 y las 337.000 aves, recoge el Libro Blanco.

Las tablas del documento indican que, en el periodo 1990-2022, las comunidades autónomas registraron 25.547 aves electrocutadas de 110 especies (cerca de dos tercios, rapaces); los autores de la investigación apuntaron el siguiente matiz: “Es la punta del iceberg, ya que se estima que sólo se localizan un 15% de los ejemplares afectados”.

Las especies con mayor número de ejemplares fallecidos por la electrocución son el Ratonero común, el Búho real, el Cernícalo vulgar, el Buitre leonado, el cuervo y las cigüeñas blancas. También afecta a especies vulnerables o en peligro de extinción como las águilas de Bonelli, las águilas imperiales o los milanos reales.

“Las electrocuciones de avifauna no se pueden considerar ‘incidencias’ ni ‘accidentes fortuitos’, y se pueden evitar modificando los apoyos peligrosos y no instalando tendidos de riesgo”, concluyen los investigadores de AQUILA a-LIFE.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.