La extracción de gas o petróleo en roca ( fracking ) se presenta como una huida hacia adelante. Se pretende ahondar en un modelo energético «sucio» e ineficiente, que despilfarra recursos y castiga al planeta, sin reparar en la opción de energías alternativas. Una de las concreciones de este modelo es el fracking . Rodrigo […]
La extracción de gas o petróleo en roca ( fracking ) se presenta como una huida hacia adelante. Se pretende ahondar en un modelo energético «sucio» e ineficiente, que despilfarra recursos y castiga al planeta, sin reparar en la opción de energías alternativas. Una de las concreciones de este modelo es el fracking . Rodrigo Irurzun, coordinador del área estatal de energía de Ecologistas en Acción, resalta que, gracias a la presión ciudadana, hay municipios que se han declarado «libres de fracking «. Irurzun es coautor de «Agrietando el futuro. La amenaza de la fractura hidráulica en la era del cambio climático» (Ed. Libros en Acción), trabajo que ha presentado esta semana en la Librería Primado de Valencia.
Una pregunta recorre el libro: ¿Quién ha decidido agrietar el futuro agrietando la tierra, es decir, el fracking?
El caso del fracking es igual que la extracción del petróleo en aguas profundas; la quema de carbón o extraer uranio para su uso en centrales nucleares. El beneficio de estos procesos no revierte en la sociedad, sino en las elites que controlan los oligopolios energéticos. Por ejemplo, las cinco grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola, Gas Natural-Fenosa, E.ON y EDP Hidrocantábrico) no sólo generan el 80% de la producción eléctrica, sino que también controlan el 90% de la distribución. Son los que le dictan las leyes al gobierno. En el caso del gas, tres empresas (Empresa, Iberdrola y Naturgas) suman el 80% de la comercialización en el mercado minorista. Son los grandes beneficiarios del modelo.
¿En qué consiste el fracking ? ¿De dónde procede esta tecnología?
En términos muy simples, se trata de extraer gas o petróleo de rocas porosas, que se fracturan con agua a presión más arena y diferentes aditivos químicos. El objetivo es liberar el gas o el petróleo a la superficie. Esta tecnología procede de Estados Unidos, donde lleva utilizándose cerca de 15 años.
¿Por qué razón se produce actualmente el boom del fracking ?
Por una cuestión de costes. La extracción de petróleo y gas en roca es más cara, pero los precios de mercado están a unos niveles que a las empresas les compensa utilizar esta tecnología. Hay que agregar a ello los factores geoestratégicos. Mientras que el gas convencional se encuentra muy localizado en determinadas zonas, el gas en roca (esquisto) se halla mucho mejor repartido por el mundo. Por eso Estados Unidos, primero, y después Europa, han emprendido su explotación. Pero existe un tercer factor. Los estados pretenden asegurarse su independencia energética y evitar, por ejemplo, hechos como los ocurridos en 2009, cuando Ucrania cortó el suministro de gas ruso destinado a Europa.
Y, en concreto, ¿Por qué en Estados Unidos?
Estados Unidos es el segundo país del mundo en reservas de gas en roca, después de China. En cambio, disponen de poco gas convencional (y consumen mucho), por lo que han de importarlo. Esto explica que hayan decidido desarrollar el fracking . Esta metodología no resultaba rentable hace quince años. Pero el gobierno de Estados Unidos se preocupó de incentivarlo. Por ejemplo, en 2005 se impulsa una normativa que exime a la industria del fracking de cumplir con dos directivas: la de «agua limpia» y otra de «seguridad en el agua potable». Además, se limita la capacidad de la Agencia estadounidense de Protección del Medio Ambiente para controlar a estas empresas. Otra razón es que, por la ley de patentes, los componentes químicos utilizados son secreto comercial. Reina una gran opacidad. También se han concedido ayudas públicas para el fracking.
¿Y en Europa?
Uno de los mejores ejemplos es Polonia. Es un país que consume mucho carbón y, por ello, tiene problemas para cumplir con los criterios europeos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Polonia cuenta con grandes yacimientos de gas en roca y ha manifestado su interés por explotar estos recursos. Pero existe un problema de fondo en Europa, que también se hace evidente en el caso de las centrales nucleares. Y es la incapacidad de la UE para dirigir la política energética. Pueden establecerse directrices de reducción o de consumo, pero no ponerse límites legales. A esto hay que agregar las tensiones entre los países. Los del norte (Alemania, Dinamarca u Holanda), más preocupados por la sostenibilidad; frente a los países del sur, más reticentes pese a ser los que disponen de más recursos renovables.
En el estado español, ¿En qué marco legislativo se impulsa el fracking?
La Ley de Hidrocarburos regula todo lo relacionado con las extracciones. Si se extrae menos de ciertas cantidades, la legislación no obliga a una Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Y ello plantea un problema con el fracking pues, a pesar de que haya casos en que no se realicen grandes extracciones, no deja de ser una actividad contaminante y que se debería someter a DIA. Cuando el proyecto afecta a una autonomía, son las consejerías las que han de autorizarlo (si afecta a varias, compete al gobierno central la autorización). En el ámbito local, los ayuntamientos conceden las licencias de obra. Se dan casos en que las empresas disponen de los permisos de investigación del ministerio y las consejerías, pero que luego los ayuntamientos deniegan.
¿Cuáles son los territorios más afectados? ¿Y los principales focos de oposición?
Se han localizado yacimientos susceptibles de explotación en el País Vasco, Cantabria, Burgos, Cataluña, Murcia, Castellón y Andalucía. La mayoría de los permisos se han otorgado para las fases de investigación y exploración. Por otra parte, se está dando una oposición fuerte en el ámbito local. De hecho, decenas de municipios de Araba, Gipuzkoa, Bizkaia, Burgos, Soria y Cantabria se han declarado libres de fracking. Y esto ha sido posible gracias a la presión ciudadana, articulada en torno a plataformas con grupos ecologistas, movimientos sociales y ciudadanos. Se han constituido plataformas en Castellón, Burgos, Vitoria y zonas de Cataluña y Cantabria, es decir, en todos los lugares donde se plantean estas iniciativas tan agresivas.
¿Cuáles son los principales impactos ambientales del fracking?
La contaminación de aguas (superficiales y subterráneas), del aire y la tierra. Además, algunos de los productos químicos que se añaden al agua para extraer el gas de la roca son muy nocivos. También estos proyectos implican gran ocupación del territorio. Depósitos, plataformas, carreteras para el transporte de mercancías peligrosas acompañan a cada iniciativa de fracking . Otra cuestión es el riesgo de fugas de gas en las extracciones, hacia los acuíferos o hacia la atmósfera. Y hemos de considerar, en ese sentido, que el gas metano (el que se obtiene de la roca) tiene mayor impacto de efecto invernadero que el CO2. También han de tenerse en cuenta los enormes recursos económicos que, al destinarse al fracking , no se dedican a las energías limpias. Respecto al consumo de agua (un recurso ya muy escaso), son necesarios unos 25 millones de litros por pozo y cada plataforma de fracking puede contar con 6, 8 ó 10 pozos.
Por último, ¿consideras que hay alternativas?
Las alternativas pasan por un cambio en el modelo de consumo energético, que prime el ahorro. Si se potenciaran mecanismos de ahorro y eficiencia (sin un cambio profundo en el estilo de vida), podría ahorrarse un 35% de energía eléctrica. Pero habría que introducir cambios. Por ejemplo, la inversión en el aislamiento de las edificaciones o el uso de biomasa para las calefacciones. Se trata, asimismo, de potenciar las energías renovables. Al ritmo actual, y con medidas de ahorro, en 2020 podrían reducirse al 25% (tomándose como índice 100 el año 2009) la producción de gas natural para la generación de energía eléctrica.