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Rototom rectifica y decide volver a programar su concierto, mientras BDS considera que es una decisión provocada por el “lobby sionista”

Los tres errores del Rototom en el «caso Matisyahu»

Fuentes: La Marea

El festival de música Rototom Sunsplash ha podido dilapidar su prestigio ganado a pulso en sus 22 años de vida (cinco de ellos en Benicàssim) por una serie de decisiones que, una tras otra, han confundido a su público. El origen de toda la polémica está en la actuación del cantante estadounidense Matisyahu al que […]

El festival de música Rototom Sunsplash ha podido dilapidar su prestigio ganado a pulso en sus 22 años de vida (cinco de ellos en Benicàssim) por una serie de decisiones que, una tras otra, han confundido a su público. El origen de toda la polémica está en la actuación del cantante estadounidense Matisyahu al que grupos de apoyo al pueblo palestino acusan de estar en contra de los derechos humanos.

La falta de firmeza del festival y la permeabilidad a las presiones exteriores se ha hecho evidente al cancelar la actuación de Matisyahu atendiendo a las demandas de la campaña del Boicot Desinversiones y Sanciones para Israel (BDS) que propugna el boicot a Israel. Posteriormente, ha sucumbido a las del lobby sionista y ha vuelto a incorporar al cantante a su programación. Los organizadores han tomado, como mínimo, tres decisiones erróneas.

La primera, y más obvia, es la de invitar a un cantante sin conocer quién es y cuál ha sido su trayectoria. Si hubiesen investigado, sabrían que justificaba el ataque a la flotilla Rumbo a Gaza que en 2010 se saldó con diez muertos, que ha actuado en repetida ocasiones para el ejército israelí o sus simpatías por AIPAC, el lobby judío que en EEUU apoya los ataques a la población civil en Gaza y la creación de nuevos asentamientos en ese territorio. Tampoco, seguramente, han escuchado letras de canciones como Height, en la que el artista canta: «Vengo con una conciencia como mi espada», «yo mataré a todos ellos, asesinos locos» o «estoy dejando caer bombas sobre vuestras madres hasta que os rindáis«. Frases estas que poco o nada tienen que ver con la defensa de la paz y el encuentro que siempre ha propugnado el festival.

El segundo error fue cancelar el concierto. No lo fue tanto por la decisión en sí sino, tal y como explica en su comunicado de este miércoles, por la causa: «El Rototom Sunsplash reconoce su equivocación, fruto del boicot y de la campaña de presiones, amenazas y coacciones promovidas por BDS País Valencià al considerar que podían alterar gravemente el normal funcionamiento del festival, lo que impidió gestionar la situación con lucidez». Es decir, echa la culpa a otros, en este caso a BDS. Pero el festival toma esta decisión tras, según asegura en su nota, comprobar «la indisponibilidad [sic] del artista a la hora de pronunciarse claramente contra la guerra y sobre el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado». ¿Qué ha cambiado desde entonces? Poco, o nada.

La tercera decisión, la de hoy miércoles, contribuye a crear más confusión. El Rototom Sunsplash vuelve a programar el concierto de Matisyahu en lo que, desde la campaña por el boicot a Israel, «vinculan» a «la presión del lobby sionista». Desde que el pasado sábado noche anunciaran la cancelación de la actuación una serie de sucesos crearon el caldo de cultivo para esta decisión: el periódico El País llevó el caso a portada, publicó un editorial, e incluso implicó al Gobierno valenciano en la decisión del festival contribuyendo a aumentar la confusión. También se pronunciaron al respecto la embajada de Israel en España, que acusó al festival de «racismo«, el Partido Popular, PSOE, Podemos, el Ministerio de Asuntos Exteriores. Manos Limpias, anunciaba una denuncia en los tribunales.

Finamente, el festival ha decidido claudicar sin saber qué peso va a tener esa decisión en el futuro. Toda una encendida defensa de la «libertad de expresión» que se echa de menos en otras actuaciones de músicos más cercanos como Sociedad Alkohólika o Los chikos del maíz. De ellos, ni palabra.

Pero el caso Matisyahu no ha terminado todavía. No se descarta un cuarto error del festival en las próximas horas o días, quizás denunciando públicamente el acoso del lobby sionista y de algunos medios de comunicación para recuperar el concierto. Quedan muchas horas hasta el 22 de agosto, fecha prevista para su actuación y hasta entonces puede pasar de todo.

Fuente original: http://www.lamarea.com/2015/08/19/los-tres-errores-del-rototom-en-el-caso-matisyahu/