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Los vínculos de Hamas con Qatar tienen un coste

Fuentes: Al-Monitor Palestine Pulse

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

Cuando Hamas decidió abandonar Siria (una decisión consecuente e histórica), yo estaba seguro de que ningún país árabe, incluidos los países de la Primavera Árabe, como Egipto, Túnez y Libia, accederían a albergar a la organización en su territorio por muchas razones, entre ellas evitar tanto enfadar a Estados Unidos como privar a los islamistas de aquel país del apoyo popular a consecuencia de tener dirigentes palestinos islamistas entre ellos.

Así que Hamas contactó con Jordania y Sudán para ver si alguno de los dos podía abrirle sus fronteras. Ambos rechazaron, de manera diplomática, aunque dieron la bienvenida a decenas de miembros de Hamas que huían de Siria.

Después de que los dirigentes de Hamas estuvieran prácticamente atados a un avión ya que volaban regularmente entre Egipto, Jordania, Turquía y Siria haciendo contactos para establecer nuevas bases para el movimiento, Hamas encontró una nueva opción geográfica que nunca había considerado: trasladarse a Qatar.

Apoyo financiero

Las relaciones de Hamas con Qatar se remontan al momento en que Israel estableció el bloqueo a Gaza después de que el movimiento ganara las elecciones de 2006. En aquel momento muchos países decidieron no ayudar a los palestinos, pero entonces Qatar, Turquía, Malaisia y algunas organizaciones árabes e islámicas mitigaron los efectos del bloqueo. He escrito un estudio muy completo sobre la ayuda de Qatar a Gaza.

La relación recibió un impulso durante la Cumbre de Doha, que se celebró durante el primer ataque israelí a Gaza en 2008 y 2009. La Cumbre invitó a asistir a ella al dirigente de Hamas Khaled Meshaal. Por primera vez Meshaal se sentó a lado de jefes de Estado regionales y árabes, los más destacado de los cuales eran el Emir qatarí el jeque Hamad bin Khalifa Al Thani, el presidente de Sira Bashar al-Assad, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad y el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan. Qatar anunció durante la Cumbre que donaría 250 millones de dólares para reparar el daño causado por la maquinaria de guerra israelí. A pesar de todo, Hamas consideró que la Cumbre había sido «incompleta e ineficaz».

Estos acontecimientos convirtieron a Qatar en el actor principal de la cuestión palestina. Qatar consideró el bloqueo a Gaza injusto e inmoral, lo que hizo que el primer ministro del gobierno de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, y varios de sus ministros agradecieran a Qatar su apoyo continuo e «incondicional». Entonces Qatar empezó a suministrar ayuda política, material, humanitaria y de caridad.

Unos malabarismos delicados

Qatar apoyó financieramente a Hamas con donaciones, subvenciones y trabajos de campo (no con dinero en efectivo, como quería Hamas) para compensar el cese del apoyo iraní, ya que por primera vez los dirigentes de Hamas Meshaal, Khalil al-Haya y Sami Abu Zuhri habían declarado que el movimiento tenía problemas financieros.

Pero el apoyo de Qatar a Hamas no se limitó a las cuestiones financieras. Qatar también concedió a Hamas un papel regional. En los foros regionales e internacionales se consideró a Qatar la «madrina» de Hamas. Entonces se produjo la visita del emir de Qatar a Gaza en octubre de 2012 y su llamamiento en la reciente Cumbre Árabe de marzo de 2013 a una minicumbre para discutir la reconciliación de Fatah y Hamas. Fatah consideró este paso como un intento por parte de Hamas de despojar a Fatah de su condición de único representante de los palestinos.

Muchas de las personas que escriben sobre las relaciones entre Qatar y Hamas caen en la trampa de hacer afirmaciones sin fundamento. Afirman que el apoyo de Qatar a Hamas tienen un precio. Por supuesto, no niego la existencia de «dinero político» y Hamas no es tan ingenuo como para pensar que Qatar es una organizaicón de caridad. Pero Hamas sabe que la política de Qatar es más equilibrada que la del resto de los Estados del Golfo, a pesar de la franqueza de este hacia Hamas. Pero, en última instancia, Qatar, que alberga las principales bases militares estadounidenses en la región no puede proporcionar a Hamas el apoyo que necesita para la resistencia militar.

Así que Hamas sabe muy bien que el apoyo qatarí nunca llegará al nivel de ayuda militar que tenía Hamas cuando estaba aliado con Irán. Pero la ayuda militar es la ayuda más urgente de Hamas, especialmente para su ala militar, las Brigadas Qassam Brigades. Este tema fue en centro de la discusión entre las dos secciones del movimiento cuando discutieron sobre las viejas y nuevas alianzas.

Hamas reconoce que a pesar de que Qatar no obedece los dictados estadounidenses, como afirman los oponentes de Qatar, no tienen intención de enfadar a Estados Unidos. Qatar es consciente de sus dimensiones y sabe que su relación con Hamas se limita a la propaganda política y financiera.

Además, la generosidad y la estabilidad que Damasco y Teherán ofrecieron a Hamas son mucho mayores que las que le proporciona Qatar. Los dirigentes sirios e iraníes nunca interfirieron en las decisiones de Hamas, a pesar del apoyo económico y del adiestramiento militar que le proporcionaban. Pero lo más que Qatar puede proporcionar es albergar a algunos de los dirigentes de Hamas sin concederles libertad de movimientos para apoyar el trabajo militar de Hamas en el interior.

Una decisión independiente

Hay grandes diferencias entre Qatar y Siria en lo que se refiere a Hamas. Los dirigentes de Hamas en Damasco podían viajar por todo el país. La casa de Meshaal en el barrio Mezze era muy similar al palacio presidencial sirio en términos de seguridad y de los visitantes palestinos, sirios y árabes. He oído a algunos sirios decir que Meshaal casi se había convertido en el segundo hombre en Siria después de Assad. Esto es algo que Meshaal sacrificó por su apoyo, basado en sus principios, a la revolución siria y pagó muy caro por ello.

Pero el apoyo que Hamas tenía de Damasco no convirtió al movimiento en una marioneta siria. Quizá la ruptura actual de las relaciones entre las dos partes demuestra que eran falsas las acusaciones de que el movimiento estaba subordinado a Siria e Irán. Y lo mismo respecto al caso de Qatar.

En el momento de escribir estas líneas, Qatar no ha suministrado a Hamas un 10% de lo que Siria dio al movimiento entre 2000 y 2011. Así que Hamas está lejos de convertirse en una extensión de las políticas de Qatar en la región, especialmente con la presencia de importantes diferencias políticas entre ambas partes. Qatar no oculta sus relaciones con Israel a pesar del cierre de la oficina de la representación comercial israelí en Qatar.

Las relaciones de Hamas con Qatar están poniendo al movimiento en una posición delicada que Hamas está tratando de abordar. Hamas afirma que está estableciendo contactos con diferentes partidos árabes y que está tratando de establecer relaciones positivas con ellos independientemente de sus inclinaciones políticas o religiosas. Hamas afirma que está tratando de animar a estos países a que cumplan con su deber en relación con los palestinos y apoyen su justa causa movilizando a la opinión pública árabe.

Al mismo tiempo, Hamas se ha negado a permitir que nadie se interfiera en sus asuntos internos porque el movimiento no es parte del sistema político «interno» árabe ni es parte de las maquinaciones internacionales de los países árabes. Se quiera o no, Qatar se ha convertido en parte del problema regional árabe. Varias capitales árabes, como Riyad, El Cairo y Damasco, tienen reservas respecto a Qatar.

Hamas está en desacuerdo con Qatar respecto a la política de este con relación a Israel y acerca de cómo debería ser la solución al conflicto árabo-israelí. Hamas no trata de entablar batallas laterales con Qatar, pero se reserva el derecho a expresar objetivamente su opinión. Hamas critica algunas posturas qataríes para establecer un equilibrio en las relaciones entre Hamas y Qatar.

Puede que la difícil situación en la que se encuentra Hamas mientras se muda de Damasco, que Hamas describió como «la capital de la resistencia», a Doha, que pidió una solución política «realista» con Israel, la experimentara también la OLP cuando en 1982 fue expulsada de Beirut («la capital de la lucha armada») a Túnez en el momento en que este país estaba dirigido por Habib Bourguiba. ¡En aquel momento la OLP pidió pasar página con Israel! ¿Se repetirá la historia a pesar de las diferencias objetivas entre ambos casos?

Adnan Abu Amer es decano de la Facultad de Artes y director de la sección de prensa e información, así como profesor de temas palestinos, seguridad nacional, ciencias políticas y civilización islámica en la Universidad de Educación Abierta Al Ummah. Se le puede seguir en Twitter: @adnanabuamer1.

Fuente: http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2013/04/hamas-qatar-relationship-independence.html