El virus Sion 48, a diferencia del Covid 19 afecta, no el aparato respiratorio de las personas y otros órganos fundamentales, sino que la brújula moral de los defensores del sionismo, sobre todo instalados en el parlamento chileno.
Un grupo radical y defensor de un régimen, que no ha cumplido ninguna de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas: poner fin a la ocupación de los territorios usurpados tras la guerra del año 1967. Desmantelar el muro de la vergüenza que con 720 kilómetros de longitud se adentra en Cisjordania violando, no sólo la línea verde, sino que expoliando terrenos agrícolas y demoliendo viviendas del pueblo palestino. Resoluciones que han requerido, igualmente, el término de las restricciones de movimientos impuestas a Palestina y el cese de la construcción de asentamientos, por ser estos violatorios del Convenio de Ginebra y considerados crímenes de guerra. Unido a aquellas sentencias, que imponen el derecho al retorno de los palestinos refugiados y así regresar a sus hogares usurpados tras la Nakba, catástrofe que conmemora, en estos días, 72 años.
Ese grupo parlamentario, definido como chileno-israelí, al apoyar a la entidad sionista se hace cómplice de un régimen terrorista y por tanto violador del derecho internacional. Parlamentarios, que al leer sus declaraciones y al escucharlos en su defensa de los gobiernos de turno en Israel, suelen usar la estrategia de la Hasbara, tan común en los corifeos de una ideología considerada por la resolución Nº3379 del año 1975 como equiparable al racismo en general y con el apartheid sudafricano en particular. Una resolución que llamó claramente a su eliminación, entendiéndola como una forma de discriminación racial. Una resolución, que recibió el ataque permanente de Israel y su padre putativo, usándola como moneda de cambio, para la conferencia de Madrid del Año 1991, como antecedente de los nefastos Acuerdos de Oslo del año 1993.
Gabriel Silber, diputado democratacristiano (rara mezcla aquella de un militante de un partido cristiano de creencia judía y de ideología sionista) y la diputada María José Hoffman (acusada el año 2011 de formar parte, en un grupo de Facebook, de un grupo racista llamado “orgullosas de ser blancas” que explicaría entonces su adscripción a un régimen considerado segregacionista por raza, color, religión. Acusación que ella desmintió sin muchas pruebas junto a su par Claudia Nogueira) son políticos que suelen defender sin tapujos a Israel y que en caso de algunos dirigentes de chilenos de creencia judía (Shai Agosin ex presidente de la comunidad sionista) suelen calificarse como: judíos y sionistas (1) que lleva a que también en virtud de la ley de estado nación judía sean chilenos e israelíes (toda una mezcolanza). Hacer uso, permanentemente de la recién mencionada Hasbara con que son formados, para dar respuestas a las denuncias de violaciones a los derechos humanos, que comete el régimen ocupante contra el pueblo palestino, desde el momento mismo de su conformación como entidad, el 14 de mayo del año 1948.
Los parlamentarios chilenos, agrupados en el llamado comité parlamentario chileno-israelí, suelen vestirse con el mismo traje vergonzoso del ocupante sionista. El lenguaje sibilino se impone, cuando se trata de desviar la atención sobre el centro de las denuncias por violaciones a los derechos humanos de millones de palestinos, tanto aquellos sometidos a un férreo bloqueo, desde el año 2006 a la fecha en el mayor campo de concentración del mundo llamado Franja de Gaza, como a los millones que habitan Cisjordania.
Hoy, este grupo parlamentario cómplice del sionismo pretende generar confusión frente a la decisión del gobierno de coalición de anexar los asentamientos con colonos extranjeros en Cisjordania, el Valle del Jordán y territorio al norte del Mar Muerto. Una decisión informada urbi et orbe, avalada por el régimen estadounidense pero condenada por la Unión Europea, la Liga árabe, las Naciones Unidas y toda persona y movimiento decente que exista en el planeta. Una decisión que quiere ser implementada por una coalición formada por el procesado y corrupto primer ministro Benjamín Netanyahu y su viceprimer ministro y actual ministro de defensa Benny Gantz, ex jefe del estado mayor del ejército ocupante. Acusado de crímenes de guerra cometidos contra la población de la Franja de Gaza por los ataques, bombardeos e incursiones realizadas contra este enclave costero, en las operaciones emprendidas en los años 2012 y 2014, para asesinar al pueblo palestino.
Frente al reclamo y denuncia de los intentos de anexión de territorio cisjordano, dado a conocer por un grupo de parlamentarios (66 de ellos) de los más diversos partidos, solicitando el necesario pronunciamiento del gobierno chileno frente a esa medida, que quiere ser llevada a cabo por el régimen sionista, el comité parlamentario de amistad con Israel, en una carta firmada por su presidenta, la mencionada María José Hoffman y su vicepresidente Gabriel Silber también enviaron una misiva, pero mostrándose contrarios a la iniciativa de sus colegas.
Hoffman y Silber, sin apenas expresar rubor, ni pudor alguno frente a esta acción deleznable afirman: “Esta iniciativa (la solicitud de condena) nos parece parcial, antojadiza, inconducente y, en especial, ajena al deber de estar totalmente enfocados en las necesidades sanitarias, económicas y sociales de los chilenos…como se ha informado profusamente en los medios de prensa, en Israel recién se está formando un nuevo Gobierno de Unidad que incluye partidos políticos de todo el espectro, por lo cual todavía no se han fijado posiciones ni se han tomado decisiones sobre diversos asuntos políticos y tampoco en lo que respecta al conflicto palestino-israelí. Por lo tanto, a nosotros, en representación del Grupo Interparlamentario Chileno-israelí, compuesto por 46 Diputados, nos parece apresurado suponer que el gobierno de Israel concretará una supuesta anexión de Cisjordania, y nos parece peligroso promover desde el Congreso iniciativas que finalmente se pueden convertir en un elemento más del sistema de deslegitimación contra Israel que están orquestando en Chile algunos grupos radicalizados”
Parcial? Con el uso de este concepto el grupo pro-sionista asimila esta acción de exigencia a la cancillería como un hecho arbitrario, indebido, que no procede. Seguramente pretenderá este comité amigo del ocupante, que se considere la visión israelí, cuando bien sabemos cómo gran parte de los medios de información en el mundo son manejados por grupos ligados a esta ideología y que estamos más arriba de la coronilla con lo unidireccional de las noticias favorables al régimen ocupante.
Antojadiza? Usan un concepto que pretende mostrar esta exigencia de condena como una acción caprichosa, arbitraria, donde se pretende minimizar la importancia de efectuar una clara condena a acciones que se anuncian, pero que no son nuevas. Esto, pues desde el año 1948 que el mito sionista pretende conformar lo que llaman el Eretz Israel, bajo la falsificación histórica y las fábulas de hablar de un pueblo elegido para una tierra que dicen les fue entregada por una divinidad. Hasta ahora no existe corredor de propiedades con connotaciones divinas, habilitado y que pueda mostrar títulos de propiedad en una tierra que tiene dueño y ese es el pueblo palestino.
Inconducente? Hoffman y Silber dan por hecho que da lo mismo lo que se presente pues tienen confianza en la impunidad que Israel ha gozado estos 72 años. Confianza en que la crisis de conciencia de occidente les siga redituando en dinero contante y sonante, como lo ha denunciado el escritor estadounidense Norman Finkelstein (2) en su libro “la Industria del Holocausto” cuya madre y padre estuvieron en los campos de concentración de Majdanek y Auschwitz. Hay que dar la batallas aun teniendo claro que el chantaje, la presión y el aval de su padre putativo se hará sentir en todos los organismos internacionales. Las batallas se dan a pesar del supuesto carácter de potencia del ocupante. El denunciar conduce a develar, a mostrar a los ojos del mundo la hipocresía de un régimen criminal y eso ya es positivo.
Y como guinda de esta torta de conceptos oportunistas, Silber y Hoffman firman una carta, en que afirman, que la decisión de los 66 parlamentarios, que solicitan a la Cancillería pronunciarse sobre la intención de anexión de Cisjordania por parte del sionismo es “ajena al deber de estar totalmente enfocados en las necesidades sanitarias, económicas y sociales de los chilenos”.
Apelar en forma miserable a lo que es y debe ser su trabajo muestra la carencia moral de este grupo pro-sionista, que pretende confundir y desviar la necesaria condena a la política racista, de ocupante y colonial que lleva a cabo Israel sobre palestina. Estos sí son un grupo radicalizado, negacionista de los crímenes de lesa humanidad llevado a cabo por el extremismo de un régimen que desprecia a quien no profesa su ideología y su fe.
La exigencia ante la cancillería no es ajena a nuestra condición de ser humano, es parte indisoluble de nuestra esencia, de ser parte de una humanidad a quien le importa la suerte de sus semejantes. Componente de esta idea martiana respecto a que “patria es humanidad” aunque el sionismo sostenga que los únicos seres humanos son lo no goyim. Si tanto les preocupa las necesidades sanitarias, económicas y sociales de los chilenos, trabajen por ellas con resultados prácticos para los millones de chilenos que están pasando necesidades pero… sepan que son también necesidades del pueblo palestino, que a pesar de la pandemia están sometidos a presiones y crímenes precisamente en este contexto y ese sólo hecho nos obliga a pronunciarnos como seres humanos. La conducta del miserable, del desvergonzado es tratar de generar antipatías por las causas de los pueblos oprimidos, de tal forma que el mediocre, salga opinando con frases para el bronce como “para que preocuparse de otros si aquí tenemos necesidades” o “no importemos conflictos externos” mientras se solazan con la muerte de miles de palestinos.
Eso es lo que pretende este grupo de amigos del sionismo, generar una sociedad egoísta, individualista, que se mire el ombligo, que no exista solidaridad, ocultar, invisibilizar el sufrimiento de nuestros semejantes. Siempre habrá, para un ser humano decente la oportunidad y el deber de apoyar las causas justas. Siempre habrá la oportunidad de estar del lado de la vereda de los que sufren los crímenes y no del lado del criminal. Pues sabrá Hoffman y Silber que cuando viajan a la palestina histórica, allí donde asentó una entidad de nombre Israel bastaría con que se sacarán las vendas d ellos ojos y observen la segregación, habrán visto el muro que separa los oropeles sionistas d ela realidad de la Palestina ocupada? Habrán viajado a Beit Jala, a Al Khalil, a Al Quds este y habrán conversado con el pueblo palestino sometido a la ocupación?
Si van a Al Khalil no se queden a tomar café con los colonos que ocupan el caso histórico y que custodiados por soldados ocupan un territorio que no le pertenecen. Si se van a bañar al mar Muerto recuerden que esa es tierra Palestina a la cual no pueden ir los palestinos, rodeada de asentamientos con colonos extremistas. Si de verdad hablan de la paz en la zona sería bueno que respondieran un par de preguntas que suelo hacer. Si de verdad creen en la dignidad humana, la justicia social o las nociones de reparar el mundo y todo ello implica que honestamente quieren hacer una contribución al mundo, más allá de vuestras nociones culturales de justicia social y así evitar consecuencias sociales negativas entonces responda Sra. Hoffman y Sr. Silber.
¿Están dispuesto a emitir una declaración donde llamen al retiro de las tropas sionistas de Cisjordania, de los 650 mil colonos incluyendo aquellos que rodean Al Quds (Jerusalén) y el fin del bloqueo a Gaza, el retorno de los refugiados y la demolición del muro de la vergüenza? ¿Están dispuestos a apoyar las reivindicaciones palestinas destinadas a lograr su autodeterminación? No creo que lo hagan, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, en sionistas chilenos que defienden en forma parcial, antojadiza, inconducente y ajena a un régimen criminal.