Una vez más, y por enésima ocasión, el Maccabi de Tel Aviv visitará Gasteiz, y una vez más aquellas personas respetuosas con los derechos humanos del pueblo palestino nos sumamos al llamamiento internacional de boicot a los representantes del estado de Israel. La campaña mundial de Boicot, Desinversiones y Sanciones al apartheid israelí fue puesta […]
Una vez más, y por enésima ocasión, el Maccabi de Tel Aviv visitará Gasteiz, y una vez más aquellas personas respetuosas con los derechos humanos del pueblo palestino nos sumamos al llamamiento internacional de boicot a los representantes del estado de Israel. La campaña mundial de Boicot, Desinversiones y Sanciones al apartheid israelí fue puesta en macha por la propia sociedad civil palestina en 2005. Mediante la misma se hace un llamamiento a la sociedad civil de todo el mundo a que boicotee a los representantes del estado sionista hasta que pongan fin a la ocupación, desmantelen el muro de apartheid, garanticen el cumplimiento del derecho al retorno de la población palestina refugiada, y reconozcan a la población palestina de Israel los derechos de ciudadanía en condiciones de igualdad.
El llamamiento de boikot al Maccabi de Tel Aviv se fundamenta en sus implicaciones directas con las políticas criminales de Israel. Esa implicación viene demostrada por las evidencias publicadas y difundidas por ellos mismos en su página web oficial [1]. El 9 de enero de 2009, durante las trágicas semanas en las que la armada israelí llevo a cabo la conocida como «operación plomo fundido» sobre la población civil de la Franja de Gaza, los maccabeos publicaban en su web un publi-reportage de apoyo y legitimación de la operación militar. La publicación recogía el momento en el que tres de las estrellas del club visitaban a los soldados del ejercito israelí en la franja y les repartían regalos, firmaban autógrafos, y charlaban amistosamente con ellos, mientras a escasos 300 metros ese mismo ejército rociaba a la población gazatí con fósforo blanco.
La masacre que entre el 28 de diciembre de 2008 y el 10 de enero de 2009 se cobró la vida de alrededor de 1500 personas y destruyó las principales infraestructuras de la franja ha sido calificada como crimen de guerra por el informe Goldstone, redactado por el Relator de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para Palestina. Eso no ha supuesto la menor cortapisa al Maccabi para seguir haciendo ostentación pública a través de su página oficial en internet de su apoyo explicito a la operación militar, lo que supone una evidencia irrebatible de su implicación directa en la legitimación de un crimen de guerra.
Desde la masacre de Gaza y la publicación del informe Goldstone el club israelí ha vuelto a visitar en dos ocasiones más nuestra ciudad. En ambas ocasiones, pese a contar con el compromiso verbal de la gerencia del Baskonia y de la Diputada Foral de Deportes, de que se respetaría el derecho de la ciudadanía a expresar pacíficamente en el estadio su repulsa a los crímenes de Israel y la solidaridad con el pueblo palestino, la ertzaintza se sometió a los protocolos de seguridad impuestos por el Mossad (servicios secretos israelíes) y se empleó con contundencia en impedir cualquier muestra pública de solidaridad en el pabellón y los aledaños. Como consecuencia se produjeron incautaciones de materiales totalmente legales e inofensivos (banderas, pancartas, octavillas, globos, pañuelos palestinos…). E incluso se vivieron episodios represivos contra activistas y contra espectadores.
El próximo 28 de febrero el Maccabi de Tel Aviv visitará nuevamente nuestra ciudad. Nuevamente, y si no lo remediamos, serán recibidos con toda «normalidad», y como en ocasiones anteriores, la prensa oficial se ocupará de que cualquier muestra de solidaridad con el pueblo palestino sea convenientemente silenciada. Aceptar con normalidad los crímenes de guerra, a sus autores, o a quienes los justifican nos sitúa en algún punto de la cadena de responsabilidades. La visita del Maccabi va más allá de lo puramente deportivo. No podemos aceptar con normalidad que esa institución sea recibida con cordialidad en nuestro pueblo. No podemos aceptar con normalidad que en nombre de la seguridad se coarte nuestra libertad de expresión en un espacio público. La visita del Maccabi es éticamente inadmisible y además perjudicial para nuestros derechos civiles.
Quienes nos sumamos al llamamiento del movimiento BDS queremos manifestar que: el Maccabi de Tel Aviv es equipo non grato en Gasteiz y haremos todo lo que esté en nuestra mano para que no transcurra con normalidad este evento que no tiene otro fin que legitimar la imagen del estado de Israel. Así mismo llamamos a la ciudadanía gasteiztarra a que boicotee este partido, y a quienes decidan asistir al encuentro que conviertan el pabellón de Zurbano en un clamor contundente por los derechos humanos en Palestina. Maccabi no es grato en Gasteiz. Nos van a oir.
Euskal Herria Palestina SAREA. Gasteiz
[1] http://www.maccabi.co.il/News.asp?id=1768&language=english
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