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Mar de desaparecidos

Fuentes: Periodismo Humano

El viernes 6 de mayo una patera se hundía a dos millas de las costas españolas. 24 adultos y dos niñas, de 1 y 3 años, desaparecían. Y 30 sobrevivieron, dos de ellas las madres de los bebés, cuyos cuerpos fueron encontrados horas más tarde.

Francófonos y anglófonos juntos en una patera que iba sobrecargada.

Salieron de las costas marroquíes la madrugada del jueves cinco de mayo. La zódiac, que era de las pequeñas, llevaba demasiada carga.

«La gente está desesperada, la situación en África es muy difícil y en los países árabes también. La desesperación les lleva a aceptar un viaje en condiciones de riesgo mayores. Hoy es un día complicado, me siento triste por todo lo que ha pasado, por la gente perdida pero también enfadado, no se puede enviar a la gente a la muerte de esa forma, no se puede sobrecargar las barcas. Entiendo que los pasadores marroquíes no den valor a la muerte de nuestros hermanos porque casi siempre nos ven como animales, pero nosotros tenemos que controlar», declara un refugiado costamarfileño.

Doce horas después de la salida de la zódiac nadie había logrado contactar con ellos y las informaciones contradictorias empezaron a circular en Oujda y Rabat.

«Se esconden cuando deciden pasar a Europa, no se lo dicen a nadie, dicen que están de viaje. Nunca sabes realmente si tu compañero de casa se ha movido para irse o no, es la ley del silencio. Totalmente normal y comprensible, pero después de un accidente es mucho más difícil saber quién realmente iba en la embarcación». Fode sospecha que un compañero burquinabe estaba  en esa patera.

La mañana del viernes seis de mayo se despertó con la noticia y de madrugada la información corría como la pólvora por todas las ciudades de Marruecos.

«Dicen que han muerto 39. He viajado dos veces para ir a Almería, las dos veces nos interceptó la policía marroquí y me enviaron a la frontera deportada. El riesgo del viaje es muy grande, pero muchas de nosotras tenemos que ir porque tenemos una deuda, esa deuda hay que pagarla y no decidimos sobre el viaje. He dicho que no viajaría de nuevo, sobre todo después de enterarme de la noticia», declara Beauty, nigeriana.

La resaca de la información durará varias semanas. Algunas de las familias en origen lograrán ser informadas de lo que ha pasado y otras nunca lo sabrán.

Amina vino a buscar a su marido del que no sabía nada desde hacía cinco meses.

Hace una semana se enteró que se embarcó en una zódiac pequeña de remos junto con otros cinco senegaleses. Su objetivo era llegar a Algeciras. No se ha sabido nada de ninguno de los seis.

Amina dice que volverá a Senegal con la certeza de que el mar se tragó a su marido, aunque reconoce tener un poso de esperanza y que él la llame algún día desde España, pidiéndole perdón por haber pasado tanto tiempo sin dar noticias.

Fuente: http://pandoras.periodismohumano.com/2011/05/06/mar-de-desaparecidos/