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Marchas y caceroladas en varios puntos de España y el mundo contra el pago de la deuda

Fuentes: Agencias

En Madrid, miles de personas han partido desde la sede de la UE para concluir en la Puerta del Sol, pasando por Neptuno. En Barcelona, Valencia, Sevilla, Gijón, Santander o Murcia, centenares de personas han salido también a la calle, cacerola en mano. La protesta se enmarca dentro de una convocatoria a nivel internacional bajo […]

En Madrid, miles de personas han partido desde la sede de la UE para concluir en la Puerta del Sol, pasando por Neptuno. En Barcelona, Valencia, Sevilla, Gijón, Santander o Murcia, centenares de personas han salido también a la calle, cacerola en mano. La protesta se enmarca dentro de una convocatoria a nivel internacional bajo el lema ‘Global Noise’ a la que se han sumado decenas de ciudades en el mundo.

Varios miles de personas han participado este sábado en Madrid y en otras ciudades de España en manifestaciones-caceroladas para expresar el rechazo al pago de una deuda pública que los ciudadanos «no han creado» y que consideran por ello «ilegítima», porque creen que solo beneficia al poder financiero.

En Madrid, miles de personas han asistido a esta protesta, convocada con el lema No debemos, no pagamos, de nosotros depende, que está enmarcada en la campaña mundial Global Noise -Ruido Global- contra las desigualdades y la opresión de «un sistema injusto que pone al capital por delante de las personas».

El acto, que se ha desarrollado entre la plaza de Emilio Castelar y la Puerta del Sol y que ha contado con muchos representantes del movimiento 15-M, se ha iniciado con una cacerolada frente a la sede del Parlamento Europeo en España.

Al llegar a Cibeles, un grupo de doce personas se ha desnudado y otras se han quedado en ropa interior en un círculo que han rodeado de papel celofán para rechazar los recortes y el impacto de la deuda española en la política de ajustes emprendida por el Gobierno.

Levantando las manos han coreado consignas como «El pueblo unido jamás será vencido» o «Manos arriba, esto es un atraco», así como «Esta deuda no la pagamos», «La lucha sigue cueste lo que cueste» y «No es una crisis, es una estafa». Cuando los participantes en la protesta, entre los que había gente de todas las edades, han llegado al Ministerio de Economía, en la calle Alcalá, han detenido la marcha y han gritado otras frases como «No nos representan».

Según explican en su web, con esta protesta quieren exigir «la moratoria en el pago de la deuda hasta realizar una auditoría ciudadana», la «creación de una banca pública», el «cese inmediato de las privatizaciones y recortes», la «anulación» de la reforma laboral» así como «responsabilidades civiles y penales a los gestores políticos y económicos que han generado la deuda ilegítima».

En otras ciudades de España

Además de Madrid, otras ciudades españolas acogen este sábado manifestaciones contra la deuda. La plaza del Ayuntamiento de Valencia ha vivido una cacerolada en la que decenas de valencianos han mostrado su oposición a los rescates, las ayudas a la banca, los recortes y las privatizaciones.

Desde las 17.00 de la tarde, la plaza que acogió en su día las concentraciones del 15-M se ha llenado del sonido de cacerolas, pitos, cencerros, panderetas y sartenes, y de carteles con lemas como auditoría de la deuda ya, la deuda o la vida, no tenemos ni para cacerolas o soy generación ni ni: ni capitalismo ni patriarcado.

Los iaioflautas han mostrado una pancarta en la que reivindican que luchan por el futuro de sus hijos y nietos, y también se han podido ver narices de cerdo, carteles críticos con el Nobel de la Paz para la Unión Europea y apelaciones como «Valencia despierta» o «que el miedo no nos pare».

Junto a Valencia, otras ciudades como Barcelona, donde se han visto camisetas con el mensaje «por el derecho a una vivienda digna», Valladolid, Sevilla, Almería, Ciudad Real o Murcia se han echado también a las calles.

En Barcelona, unas 1.500 personas -según la Guardia Urbana- se han concentrado en la plaza de Cataluña para respaldar esta protesta con cacerolas, llaves y otros instrumentos de percusión. Los organizadores han hinchado el centro de la plaza tres globos gigantes de color negro que simulaban tres bombas: uno con la inscripción «deuda», otro con la frase «mecanismo de estabilidad europeo» y un tercero donde se podía leer «movimiento 13-O «.

En Sevilla, varias decenas de personas, cerca de 300 según los organizadores, han recorrido en un ambiente festivo las calles del centro de la capital hispalense en una manifestación-cacerolada que ha partido de la Puerta de Jerez a las 18.00 horas.

En Zaragoza, decenas de personas se han concentrado a las 19.00 horas en la escalinata del Paraninfo universitario, en el centro de la capital aragonesa, y han mezclado su sonora protesta con el bullicio de las Fiestas del Pilar 2012.

Varios centenares de personas tambié han llevado a cabo en Gijón una ruidosa protesta con silbatos y cacerolas en contra de la política de recortes del Gobierno de España.

En Vigo, un millar de personas han secundado la cacerolada. Los participantes, mayores, jóvenes y niños, han hecho sonar con estruendo pitos, timbales, cuernos y, sobre todo, utensilios de cocina: cacerolas, calderos y sartenes. La manifestación ha desfilado por la zona comercial de Vigo y ha desembocado en la delegación territorial de la Xunta.

En Murcia, decenas de personas han protagonizado también una cacerolada frente a la sede del Banco de España mientras que en Santander, unas 80 personas han respaldado la cacerolada contra las «desigualdades y la opresión de un sistema económico injusto que pone al capital por delante de las personas» que se ha celebrado en la Plaza Porticada a las 18.00 horas.

«Cacerolada internacional»

La protesta, que ha recibido el respaldo de la Coordinadora 25-S, que organizó las manifestaciones en los alrededores del Congreso, se enmarca dentro de una convocatoria a nivel internacional bajo el lema ‘Global Noise’ (Ruido Global), a la que ya se han sumado, además de Madrid y otros puntos de España, decenas de ciudades en todo el mundo -entre las que destaca Nueva York, liderada por el movimiento Occupy Wal Street-, para hacer «una cacerolada internacional».

«Salimos a la calle cacerola en mano en cientos de ciudades de todo el mundo. Dado que no nos quieren escuchar, vamos a hacer ruido para mostrar nuestra repulsa a las desigualdades y la opresión de un sistema económico injusto que pone al capital delante de las personas», defienden.