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¡Mentiras!

Fuentes: Al-Shaqr al-Awsat

Hay tres mentiras que repiten los políticos y expertos occidentales cada vez que se hablan de Siria para justificar sus lánguidas posturas ante su crisis o para defenderse a sí mismos. Se trata del hallazgo e invención de las específicas «dificultades» de Siria, imposibles de superar o tratar a pesar de las posibilidades, los planes […]

Hay tres mentiras que repiten los políticos y expertos occidentales cada vez que se hablan de Siria para justificar sus lánguidas posturas ante su crisis o para defenderse a sí mismos. Se trata del hallazgo e invención de las específicas «dificultades» de Siria, imposibles de superar o tratar a pesar de las posibilidades, los planes y las medidas disponibles para los países del mundo. Estas tres mentiras sin supuestamente:

1. Que la sociedad siria está compuesta por sectas y etnias distintas, como si esta composición fuera algo nuevo o como si se hubiera creado durante el gobierno del Baaz durante el medio siglo pasado y no hubiera estado presente antes. Ellos hablan de las divisiones de la sociedad siria mientras repiten incesantemente que Siria siempre ha sido el país de la convivencia y la diversidad y que siempre se ha considerado el país de todo aquel que entraba en ella o vivía en ella, con independencia de su nacionalidad de origen, algo que es cierto.

Siria siempre ha sido el país de la convivencia y la diversidad, ya sea entre las sectas y las religiones o entre las civilizaciones y las etnias, y siempre ha tenido las puertas abiertas a los extranjeros, que se insertaron en su tejido y se convirtieron en su mayoría en parte de él. Ello lo indican los nombres de los sirios que pertenecen a distintas religiones, incluso en el seno de una única familia. Por ejemplo, la familia Kilo, cuyo nombre llevo, están divididos entre cristianos y musulmanes en la ciudad de Latakia y nosotros llamamos a los Kilo musulmanes primos al igual que ellos hacen con nosotros, pues somos una única familia que comparte las alegrías y las desgracias, las venturas y las desventuras. Cuando a unos de los musulmanes o cristianos de la familia Kilo se le pregunta por su grado de parentesco con alguien de la familia que lleva el apellido Kilo siempre responde: «Es mi primo». Además de eso, somos de una zona llamada la montaña de los Kurdos, que el régimen bombardea hace un mes y medio y donde ya no vive ningún kurdo, aunque nadie de la zona reniega de su nombre, y (los miembros de la familia) responden siempre que se les pregunta por su origen: «Soy de la montaña de los Kurdos, en la zona este de Latakia, donde viven musulmanes suníes y alauíes con cristianos de todos los tipos en paz». Incluso mi padre, que en paz descanse, nos contaba cuando éramos pequeños la historia del santuario en Kanbasa, donde nació, y de cómo se desplomaba constantemente hasta que los cristianos y los musulmanes decidieron construirlo juntos. Desde entonces, dejó de desplomarse y se ha mantenido en pie. Estos lo llaman el santuario de Yahya y aquel de Yuhanna [1].

Las sectas no se crearon en tiempo del Baaz, pero el sectarismo se creó debido a sus políticas, y ese es el problema al que se enfrenta hoy nuestro país, entre otros problemas que patrocinó el supuesto partido laico, que apostó por la sectarización del Estado, el poder y sus instituciones, para salvarse el pellejo en caso de que el pueblo se rebelara contra él. Y ahora se dirige al sacrifico para explotar el rencor y prejuicios sectarios que sembró en las almas para detonar la unidad popular y convertir la lucha por la libertad en un loco enfrentamiento sectario entre los sirios. Los «expertos» occidentales, en vez de observar esta realidad y comprenderla como es y aprender el hecho de que se irá con la marcha del régimen que la crió durante cerca de medio siglo, afanándose en desarrollarla, alimentarla y convertirla en un abismo imposible de llenar con los ciudadanos, consideran la bella diversidad siria como un problema estructural difícil de sobrepasar y que constituye la causa de la división entre los sirios. Ello a pesar de que la diversidad siempre ha estado presente, sin que los sirios estuvieran divididos o fueran incapaces de convivir en paz y complementándose unos a otros.

2. Que el ejército sirio goza de un poder imposible de contrarrestar, puesto que posee una defensa aérea superior similar a la de Pakistán -qué increíble- y tiene armas de destrucción masiva dispersas por varios puntos, además de unas fuerzas muy bien entrenadas y un largo etcétera. Iraq, cuando lo atacó EEUU, tenía 625 bases de misiles de defensa antiaérea que no derribaron ni un solo avión estadounidense. Siria no tiene ni un cuarto de esa cifra. Y aunque algunas armas tienen capacidad de defensa antiaérea relativamente moderna, no son tan modernas como para no poder ser confrontadas, especialmente porque no son de la primera generación rusa, sino de la segunda. Iraq también tenía un almacén de armas de destrucción masiva no inferior al que se dice que posee el régimen sirio hoy. A pesar de ello, los líderes militares estadounidenses se burlaron de la capacidad de Iraq en su momento, pero hicieron que los medios exageraran su tamaño, como hacen hoy con Siria, pero para no atacar a su régimen. Cuando EEUU decidió entrar en Iraq, su ejército no pudo hacer nada contra ellos y los líderes de la Guardia Republicana dijeron que se encontraron bajo el diluvio de las balas que antes incluso de poder contactar con sus guardianes, que estaban justo delante de sus despachos. Yo no estoy llamando en absoluto a una intervención militar, pero afirmo que la no intervención no es resultado de la fuerza del ejército sirio, sino del hecho de que los que tienen la decisión de intervenir en su mano quieren que el régimen se mantenga hasta que destruya las ciudades y pueblos de Siria y las borre de las ecuaciones de poder y dominio en la zona durante un largo período. Y puesto que el ejército del régimen es el que las destruye, nadie pondrá límite a lo que hace, hasta que logre su cometido. Entonces dirán que Siria tiene un ejército de mala calidad, desentrenado y débil, carente de toda base constituyente de fuerza, y entrarán para echarlo.

3. La imposibilidad de unir a la oposición. Al fundarse el Consejo Nacional Sirio, muchos occidentales dijeron que la oposición siria se había unido hasta el punto de que podía ofrecer una cobertura nacional para cualquier intervención militar exterior. Cuando el CNS les pidió que intervinieran -sus líderes hablaron de promesas en ese sentido- utilizaron el pretexto de la falta de unidad de la oposición y de la división de la sociedad siria. Hoy, una vez publicado un pacto nacional por parte de la oposición unida en el que se ha determinado la identidad de la Siria del futuro y que ha ofrecido una imagen unida en torno a la etapa de transición, lo que se ha hecho en presencia de delegados y embajadores occidentales y árabes y con la bendición del ministro de Exteriores turco, que alabaron el paso unificador adoptado, esos mismos se encontraron con una nueva mentira, que es la infiltración de «Al-Qaeda» en el Ejército Sirio Libre, como si ayer no hubieran preparado el camino entre Benghazi y Trípoli con las bombas de sus aviones para la oleada de «Al-Qaeda» desde el este de Libia hasta el oeste y no supieran que los líderes de «Al Qaeda» que estaban en la cárcel de Guantánamo jugaron un papel fundamental en la dirección de la lucha contra las fuerzas de Gadafi. Los occidentales saben que quien dirige las batallas en Siria son los oficiales en el ejército, que nunca han pertenecido a «Al-Qaeda» y que quienes entran en ellas son cientos de miles de sirios de a pie que es imposible que «Al-Qaeda» haya logrado organizar y dirigir durante los escasos meses pasados. Aun así, los puedes ver exagerando hoy sobre la división del pueblo sirio y la fuerza del régimen y conviertendo a «Al-Qaeda» en un ogro aterrador que tiene asida a la revolución en Siria, para que no hagan nada que detenga la locura oficial que atormenta al pueblo en todas las ciudades, municipios y pueblos.

Señores: Cuéntennos otra película. Si sus intereses exigieran una intervención, dirían que Siria está unida en su diversidad, que lo está deseando, que su ejército está destrozado y se siente incapaz, y que su revolución está limpia de todo rastro de Al-Qaeda o Al-Qa’ima [2]

Notas:
[1] Ambos hacen referencia a san Juan Bautista.
[2] Entendemos que se trata de un juego de palabras, pues Al-Qaeda significa «la base» y al-Qa’ima, «la pata».

Fuente original: http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2012/09/mentiras.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+TraduccionesDeLaRevolucinSiria+%28Traducciones+de+la+revoluci%C3%B3n+siria%29