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Mientras los egipcios exigen la caída de Mubarak, éste designa como Vicepresidente al torturador favorito de Estados Unidos

Fuentes: Uruknet.Info

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Mientras el pueblo de Egipto continúa demostrando que no está dispuesto a tolerar que se prolongue la dictadura de 30 años del Presidente Hosni Mubarak, nadie -y menos que nadie el pueblo egipcio- estaría tan loco como para pensar que la respuesta de Mubarak, al designar como Vicepresidente al jefe de la inteligencia, Omar Suleiman, constituye algún tipo de cambio.

Como Stephen Soldz (psicoanalista, psicólogo y activista contra la tortura) informa, en un incisivo artículo publicado por Op-Ed News (referenciado abajo), Suleiman jugó un papel principal en el programa de torturas de la administración Bush, que no sólo arroja una débil luz sobre el tipo de relación de EEUU con el régimen de Mubarak, sino que indica también que para el pueblo egipcio, devastado por un régimen torturador que se ha ido extendiendo a lo largo del gobierno de Mubarak, Omar Suleiman es el último hombre en el que cabría pensar como posible sucesor.

[La carrera en la tortura del nuevo Vicepresidente de Egipto: Omar Suleiman y el Programa de Entregas Extraordinarias y Torturas, por Stephen Soldz, Op-Ed News (29 de enero de 2011)]

En respuesta a las protestas masivas de estos últimos días, el Presidente egipcio Hosni Mubarak ha designado a Omar Suleiman, jefe de los servicios de inteligencia, como su primer Vicepresidente en treinta años de gobierno. Cuando se anunció ese nombramiento, los comentaristas de Al Yasira le describieron como un hombre «distinguido» y «respetado». No obstante, resulta que el tipo se distingue, entre otras cosas, por su papel central en las torturas egipcias y en el programa estadounidense de entregas extraordinarias y de torturas. Además, es «respetado» por las autoridades estadounidenses por su cooperación con sus planes de tortura, entre otras iniciativas variadas.

Katherine Hawkins, experta en el programa estadounidense de entregas extraordinarias para torturar, ha enviado algunos textos críticos donde Suleiman aparece. Así, Jane Mayer, en «The Dark Side«, señaló el papel de Suleiman en el programa de entregas extraordinarias:

    Se autorizaba cada entrega al más alto nivel de ambos gobiernos… El jefe desde hace muchos años de la agencia central de inteligencia egipcia, Omar Suleiman, negociaba directamente con los altos funcionarios de la CIA. El ex Embajador de EEUU en Egipto, Walker, describió a su homólogo egipcio Suleiman como alguien «muy brillante, muy realista», añadiendo que era consciente que tenía bastante que ver con «algunas de las cosas negativas a las que los egipcios se habían comprometido, como torturas y cosas así. Algo en lo que, por cierto, no mostraba muchos remilgos» (pág. 113).

El trabajo de investigación de Stephen Grey, en «Ghost Place«, sobre el programa de entregas extraordinarias señala también a Suleiman como personaje central del mismo:

    Para negociar con esas seguridades [que los egipcios no «iban a torturar» a los prisioneros entregados para torturarles], la CIA trató principalmente en Egipto con Omar Suleiman, el jefe del servicio general de inteligencia del país (EGIS, por sus siglas en inglés) desde 1993. Fue él quien dispuso los encuentros con el Ministro del Interior egipcio… Suleiman, que entendía bien el inglés, era un hombre sofisticado y urbano. Otros me dijeron que Suleiman ha sido durante muchos años el interlocutor-jefe de EEUU con el régimen egipcio, el principal cauce con el mismo Presidente Hosni Mubarak, incluso en cuestiones que tenían poco que ver con la inteligencia y la seguridad.

El papel de Suleiman aparece también destacado en un cable de WikiLeaks:

    En el contexto de la estrecha y sostenida cooperación entre el gobierno de EEUU y el gobierno de Egipto para asuntos de contraterrorismo, Post cree que las seguridades escritas del gobierno egipcio sobre el retorno de tres egipcios detenidos en Guantánamo (Ref. telegrama), representan el firme compromiso del gobierno egipcio a adherirse a los principios requeridos. Esas seguridades fueron directamente aprobadas por Suleiman, el Jefe del Servicio General de Inteligencia egipcio (EGIS) a través de los canales de enlace, la vía más eficaz de comunicación en esta cuestión. La palabra de Suleiman es la garantía del gobierno egipcio, y el historial de cooperación de este gobierno en las cuestiones de contraterrorismo apoya aún más esta valoración. Fin del resumen.

Sin embargo, Suleiman no era sólo el burócrata al que acudir cuando los estadounidenses querían organizar unas cuantas torturas. Parece ser que este «hombre sofisticado y urbano» disfrutaba también empleándose él mismo un tanto ásperamente en la tortura.

Poco después del 11/S, las fuerzas de seguridad pakistaníes capturaron al ciudadano australiano Mamdouh Habib, quien, bajo presiones de EEUU, fue torturado por dichas fuerzas. Después, operativos de la CIA procedieron a hacer una entrega extraordinaria con él a Egipto (con un diplomático australiano como observador), una práctica no muy común. En Egipto, Habib se mereció la atención personal de Suleiman. Como relataba Richard Neville, basándose en los recuerdos de Habib:

    Habib fue interrogado por el director de la inteligencia del país, el General Omar Suleiman… Suleiman se tomaba un interés personal por cualquiera que fuera sospechoso de tener vínculos de Al-Qaida. Como Habib había visitado Afganistán poco antes del 11/S, estaba bajo sospecha. A Habib se le sometió repetidamente a descargas de alto voltaje, se le sumergió en agua hasta las ventanas de la nariz, se le golpeó, se le rompieron los dedos y se le colgó de ganchos metálicos.

Pero tal tratamiento no fue suficiente para Suleiman, por tanto:

    Para hacer que a Habib se le soltara la lengua, Suleiman ordenó a un guardia que matara a un prisionero del Turkestán horriblemente esposado frente a Habib, y así lo hizo, con un tremendo golpe de kárate.

Una vez que los hombres de Suleiman le extrajeron una confesión a Habib, fue devuelto a custodia estadounidense y finalmente encerrado en Guantánamo. Su «confesión» se utilizó después como prueba en su juicio en Guantánamo [en realidad, en el Tribunal de Revisión de su Estatuto de Combatiente, una junta de revisión militar].

El corresponsal para temas de inteligencia del Washington Post Jeff Stein informó de algunos detalles más acerca de Suleiman y su importante papel en el viejo Egipto que los manifestantes están tratando de dejar atrás:

    «Algunos analistas consideran a Suleiman un posible sucesor del Presidente», decía el pasado viernes la Voice of America. «Se ha ganado el respeto internacional por su papel de mediador en los asuntos de Oriente Medio y por poner freno al extremismo islámico.»

Un editorialista del International News de Pakistán predecía el jueves: «Probablemente, Suleiman echará por tierra los planes de su jefe [para instalar a su hijo], incluso aunque el gurú de la inteligencia y aspirante tenga ya 75 años».

Suleiman se graduó en la prestigiosa Academia Militar de Egipto, pero también recibió entrenamiento en la Unión Soviética. Bajo su dirección, la inteligencia egipcia ha trabajado como uña y carne con los programas de contraterrorismo de la CIA, y muy notablemente en 2003, en la entrega extraordinaria desde Italia de un sospechoso de Al-Qaida conocido con el nombre de Abu Omar.

En 2009, la revista Foreign Policy clasificó a Suleiman como el jefe de inteligencia más poderoso de Oriente Medio, por delante del jefe del Mossad Meir Dagan.

La revista señalaba, en una observación que podría resultar irónica: «Más que cualquier otro factor, la influencia de Suleiman se deriva de su inquebrantable lealtad a Mubarak».

Si Suleiman sucede a Mubarak y retiene el poder, es probable que los funcionarios del gobierno y expertos estadounidenses le reciban con aplausos por sus distinguidas credenciales. Deberíamos no olvidar que lo que va a reconocérsele es su capacidad para tratar con brutalidad y torturar a los prisioneros. Como Stephen Grey señala:

    En secreto, hombres como Omar Suleiman, el espía y el político más poderoso del país, hizo el trabajo por nosotros, el tipo de trabajo que a los países occidentales no les apetece hacer por sí mismos.

Si Suleiman recibe alabanzas en EEUU, es porque nuestros dirigentes saben bien que es la clase de líder con la que pueden contar para hacer cuanto sea necesario para restaurar el orden y asegurar así que Egipto continúa mostrándose amistoso hacia los intereses estadounidenses.

Sin embargo, hay algunos indicios de que es posible que la administración Obama no acepte el nombramiento de Suleiman. Hoy criticaron la reordenación de puestos en el gobierno egipcio. Si así fuera, sería una buena señal de que la administración Obama puede tener ciertos límites más allá de los cuales no se atreve a llegar a la hora de alinearse con nuestros más brutales «amigos».

Confiamos en que los manifestantes egipcios rechacen la farsa del nombramiento de Suleiman y sigan presionando hasta conseguir un cambio total de régimen. De otra forma, la cámara de torturas egipcia volverá a ponerse en marcha, sin duda alguna, mientras un nuevo régimen restablece la «estabilidad» y sigue sirviendo a los intereses de EEUU.

Nota: Para más información sobre Omar Suleiman y el programa de torturas estadounidense, véase este breve comentario de Jane Mayer en The New Yorker [*]. Abordaré más detalles de esta historia en un artículo que publicaré pronto.

N. de la T.:

[*] Véase la traducción al español del artículo referido en:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=121431

Fuente:

http://uruknet.info/?p=m74441&hd=&size=1&l=e