Traducido para Rebelión por J. M.
En una entrevista exclusiva para Ceasefire, el renombrado intelectual Noam Chomsky habla con Frank Barat sobre la situación actual en el Oriente Medio, en particular la crisis en Siria, las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos y el papel del poder de EE.UU. en la región.
¿Cuál es la definición de las negociaciones entre Israel y Estados Unidos y por qué la Autoridad Palestina continúa prestándose?
Desde el punto de vista de EE.UU., las negociaciones son, en efecto, un camino para que Israel continúe su política de tomar sistemáticamente todo lo que quiera en Cisjordania, mantenga el asedio brutal de Gaza, separe Gaza de Cisjordania y, por supuesto, ocupe los Altos del Golán sirios, todo con el pleno apoyo de EE.UU. Y el marco de las negociaciones, igual que en los últimos veinte años de la experiencia de Oslo, simplemente ha proporcionado una tapadera a esta situación.
Según su opinión, ¿por qué la Autoridad Palestina continúa jugando este juego una y otra vez?
Probablemente, en parte, por desesperación. Podemos preguntarnos si es la decisión correcta pero no tiene muchas alternativas.
Entonces, ¿definitivamente la AP acepta ese marco para sobrevivir?
Si se niega a acoplarse a las negociaciones que proponen los Estados Unidos, su base de apoyo se derrumbaría. Sobrevive esencialmente a base de donaciones. Israel se ha asegurado de que no tenga una economía productiva. Es una especie de lo que se llamaría en Yiddish una «Sociedad Schnorrer«: pide prestado y vive de lo que pueden conseguir.
Si tiene otra una alternativa no queda claro, pero si rechazan la demanda de EE.UU. de acudir a las negociaciones en condiciones totalmente inaceptables, su base de apoyo se erosionaría. Y no tiene apoyo -externo- suficiente para que la élite palestina pueda vivir de una manera bastante decente -a menudo pródiga- en su estilo de vida, mientras la sociedad que la rodea se derrumba
¿Entonces sería negativo el derrumbe y desaparición de la AP, después de todo?
Depende de lo que la reemplazase. Si se permitiera a Marwan Barghouti, por ejemplo, unirse a la sociedad de la forma en que lo hizo, por ejemplo, Nelson Mandela, podría tener un efecto dinamizador en la organización de una sociedad palestina que podría presionar por demandas más importantes. Pero recuerda, no tienen muchas opciones.
De hecho, si nos remontamos al principio de los Acuerdos de Oslo, hace 20 años, había negociaciones en curso, las negociaciones de Madrid, en las que la delegación palestina estaba encabezada por Haider Abdel-Shafi, una figura muy respetada de la izquierda nacionalista Palestina. Abdel-Shafi se negaba a aceptar los términos de los Estados Unidos e Israel, que les permitían fundamentalmente la continuidad de la expansión de los asentamientos. Se negó, por lo que las negociaciones se estancaron sin llegar a ninguna parte.
Mientras tanto Arafat y los palestinos del exterior fueron paralelamente a Oslo, ganaron el control y Haider Abdel-Shafi se opuso de forma tan contundente que ni siquiera se presentó a la dramática ceremonia sin sentido donde Clinton sonreía mientras Arafat y Rabin se estrechaban las manos. Abdel-Shafi no se presentó porque se dio cuenta de que era una traición absoluta. Pero se basaba en principios y por lo tanto no podía llegar a ninguna parte a menos que consiguiera un importante apoyo de la Unión Europea, los Estados del Golfo y en última instancia de los Estados Unidos.
¿Qué cree que está realmente en juego en Siria en este momento y qué significa para la región en general?
Bueno, Siria se está suicidando. Es una historia de terror y cada vez va peor. No hay una salida en el horizonte. Lo que probablemente sucederá, si esto sigue así, es que Siria será dividida en tres regiones, una región kurda -que ya se está formando- que podría desgajarse y unirse de alguna manera al semiautónomo Kurdistán iraquí, tal vez con algún tipo de acuerdo con Turquía.
El resto del país se dividiría entre una región dominada por el régimen de Assad -un régimen brutal horrible- y otra sección dominada por las diversas milicias, que van desde lo extremadamente dañino y violento hasta lo secular y democrático. Mientras tanto, Israel está observando y disfrutando del espectáculo. Si nos fijamos en el New York Times de esta mañana hay una cita de un funcionario israelí que expresa esencialmente su alegría por ver a los árabes masacrándose unos a otros.
Sí, he leído eso
Para los Estados Unidos, así está bien, no quieren otro tipo de salida. Si los EE.UU. e Israel hubieran querido ayudar a los rebeldes -y no lo hacen- podrían hacerlo incluso sin la intervención militar. Por ejemplo, si Israel fuera a movilizar fuerzas en los Altos del Golán (por supuesto, son los Altos del Golán de Siria, pero por ahora el mundo tolera más o menos o acepta la ocupación ilegal de Israel). Si iban a hacer eso, sería obligar a Assad a mover fuerzas hacia el sur lo que aliviaría la presión contra los rebeldes. Pero no hay ningún indicio siquiera de eso. Asimismo, no están dando ayuda humanitaria a la gran cantidad de refugiados que sufren, no están haciendo ningún tipo de cosas simples que podrían hacer.
Todo lo cual sugiere que tanto Israel como Estados Unidos prefieren exactamente lo que está sucediendo, tal como informaba el NYT esta mañana. Mientras tanto Israel puede celebrar, en su condición de lo que llaman una «ciudad en la jungla». Hubo un interesante artículo del editor de Haaretz, Aluf Benn, que escribió acerca de cómo los israelíes van a la playa, disfrutan y se congratulan de ser una «ciudad en la jungla» mientras las bestias salvajes de afuera se desgarran entre sí. Y, por supuesto, Israel bajo esta imagen no está haciendo nada excepto defenderse. Les gusta esa imagen y los EE.UU. tampoco parecen muy descontentos con ella. El resto es calentamiento.
¿Entonces se puede hablar de un ataque de los EE.UU., cree que ocurrirá?
¿Un bombardeo?
Sí
Bueno, es una especie de debate interesante en los Estados Unidos. La ultraderecha, los extremistas de derecha, que son una especie de espectro internacional, se opnen, aunque no por las razones que me gustan. Se oponen porque, «¿por qué debemos dedicarnos a resolver los problemas de los demás y perder nuestros propios recursos?» Están literalmente preguntando, «¿quién va a defendernos cuando nos atacan, ya que nosotros mismos estamos dedicados a ayudar a otros países en el extranjero?» Esa es la ultraderecha. Si nos fijamos en la derecha «moderada», gente como por ejemplo David Brooks del New York Times, está considerado un comentarista intelectual a la derecha. Su punto de vista es que el esfuerzo de los EE.UU. de retirar sus fuerzas de la región no está teniendo un «efecto moderador». Según Brooks, cuando las fuerzas de Estados Unidos están en la región, eso tiene un efecto moderador, mejora la situación, como se puede ver en Irak, por ejemplo. Pero si vamos a retirar nuestras fuerzas, entonces ya no somos capaces de moderar y mejorar la situación.
Esa es la visión normal de la derecha intelectual en la corriente principal, los demócratas liberales y otros. Así que hay un montón de dichos acerca de «¿debemos ejercer nuestra ‘responsabilidad de proteger’?» Bueno, sólo echar un vistazo a los registros de los EE.UU. sobre la «Responsabilidad de Proteger». El hecho de que incluso decir estas palabras revela algo ciertamente insólito en los EE.UU. y, de hecho, en la cultura moral e intelectual de Occidente.
Esto es, aparte del hecho en sí, una grave violación del derecho internacional. La última línea de Obama es que él no estableció una «línea roja», sino que la estableció el mundo por medio de sus convenios sobre la guerra química. Bueno, en realidad, el mundo tiene un tratado, que Israel no ha firmado y que los EE.UU. ha descuidado totalmente, por ejemplo cuando apoyó el uso realmente horrible de Saddam Hussein de armas químicas. Hoy esto se utiliza para denunciar a Saddam Hussein, ignorando el hecho de que no sólo se toleraba sino que, básicamente, con el apoyo del Gobierno de Reagan. Y, por supuesto, la convención no tiene mecanismos de aplicación.
Tampoco existe lo que se denomina «Responsabilidad de Proteger», eso es un fraude perpetrado en la cultura intelectual de Occidente. Hay un concepto, de hecho dos: una aprobada por la Asamblea General de la ONU, que se refiere a la «Responsabilidad de Proteger», pero no ofrece ninguna autorización a cualquier tipo de intervención, excepto en las condiciones de la Carta de las Naciones Unidas. Hay otra versión, que se aprobó sólo por parte de Occidente, los EE.UU. y sus aliados, que es unilateral y dice que dicha responsabilidad permite la «intervención militar de las organizaciones regionales en la región de su autoridad sin la autorización del Consejo de Seguridad».
Bueno, traducido al inglés, esto significa que proporciona la autorización a los EE.UU. y la OTAN de utilizar la violencia dondequiera que elijan, sin autorización del Consejo de Seguridad. Eso es lo que se llama «responsabilidad de proteger» en el discurso occidental. Si no fuera tan trágico, sería ridículo.
Gracias, profesor Chomsky.
Esta entrevista tuvo lugar en la tarde del viernes 6 de septiembre de 2013. La transcripción que hizo Ceasefire fue ligeramente alterada por motivos de legibilidad según la versión audio. Se realizó en colaboración con Le Mur a Des Oreilles, echa un vistazo a sus programas de audio mensuales en lemuradesoreilles.org.
Frank Barat es coordinador del Tribunal Russell sobre Palestina. Su libro Gaza in Crisis: Reflections on Israel’s War Against the Palestinians, con Noam Chomsky e Ilan Pappe, ya está disponible. La edición francesa del libro, publicado en 2013, cuenta con una extensa entrevista a Stephane Hessel.
Noam Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge.
Fuente: http://ceasefiremagazine.co.uk/noam-chomsky-syria-descends-suicide-israel-enjoying-spectacle/
rCR