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El actor palestino mas famoso internacionalmente acusado de terrorismo

Mohammad Bakri: «Todos los palestinos debemos ser Ghandi»

Fuentes: Rebelión

Mohammad Bakri es, sin duda, uno de los actores palestinos más famosos en todo el mundo y al mismo tiempo, uno de los cineastas más comprometidos de Palestina, donde sigue viviendo todavía hoy, a pesar de las innumerables ofertas que ha recibido para hacer cine en EEUU.   Nació en la pequeña aldea galilea de […]

Mohammad Bakri es, sin duda, uno de los actores palestinos más famosos en todo el mundo y al mismo tiempo, uno de los cineastas más comprometidos de Palestina, donde sigue viviendo todavía hoy, a pesar de las innumerables ofertas que ha recibido para hacer cine en EEUU.

 

Nació en la pequeña aldea galilea de Bina y estudió bachillerato en Akko, antes de matricularse en la Universidad de Tel-Aviv, donde decidió abandonar la carrera de Derecho para estudiar Arte Dramático.

 

Acaba de rodar «The lark farm» que será estrenada a principios de 2007. Ha participado en el cine más comercial norteamericano, compartiendo reparto con actores como Toni Curtis («The mummy lives») o Antonio Banderas («The Body»). Sin embargo la polémica que sigue a Mohammad Bakri se debe a sus dos documentales de denuncia social sobre la situación de Palestina: «1948» y sobretodo, «Jenin, Jenin», donde Bakri denuncia la masacre que sufrió el campo de refugiados de Jenín, a manos de las tropas israelíes, en 2002. A raíz de este documental, cuya exhibición fue prohibida en Israel, Bakri sufrió una brutal persecución pública e incluso recibió varias denuncias que lo obligaron a defender su película en los tribunales. Unos meses después de la producción de «Jenin, Jenin» dos sobrinos de Bakri participaron en un atentado suicida en Israel, concentrando en el actor todavía más iras y ataques de las autoridades israelíes.

 

La indescriptible odisea que ha vivido Bakri a causa de «Jenín, Jenín» es relatada en su último documental, recientemente estrenado: «Desde que te fuiste», donde incluye imágenes del juicio y la censura israelí que ha castigado sin piedad a «Jenin, Jenin». Pese a todo, Mohammad Bakri se niega a abandonar su hogar en Palestina, desde donde continúa luchando contra la ocupación israelí con las únicas armas que conoce: el cine.

 

-Sr. Bakri, usted nació en 1953 en un pueblo de Galilea. ¿Qué es lo que más recuerda de su infancia antes de entrar en la universidad para estudiar teatro, y empezar a relacionarse con los israelíes?

Como bien dices nací en una pequeña aldea, que era como un campo de refugiados, porque estaba cerrada con alambrada. No se podía salir de allí sin permiso de la autoridad militar. Eso duro hasta 1964. Cuando tenía 5 o 6 años, los comunistas eran perseguidos por el ejército y la policía. Mi tío era comunista y vivía escondido entre el cementerio y la iglesia. Porque a ellos no se les ocurría que alguien podía dormir entre las tumbas. Ese es uno de mis primeros recuerdos. Recuerdo también que mi madre siempre me decía, si no obedeces voy a llamar a la policía. La policía israelí representaba lo más negativo, lo más tremendo. Cuando te amenazaban con la policía, obedecías. Recuerdo también cuando el ejército israelí pasaba por la aldea. Siempre nos escondíamos detrás de nuestras madres. Donde estoy viviendo, en Galilea, en todas las aldeas pasaba igual. Venían, juntaban a toda la gente en la plaza del pueblo y dividían a las mujeres a un lado y a los hombres a otro. Y a los hombres los separaban, de los 14 años a los 50 a un lado y el resto al otro. Un día separaron a unos hombres jóvenes, los pusieron en fila, con los tanques allí y les dispararon delante de todos. Entonces estalló un caos. Por eso muchos se fueron a Siria y Líbano. Por ese recuerdo hice mi primera película. Esos son mis recuerdos de la aldea. Y ese fue el germen de mi inquietud política. Un niño marcado por el miedo, esa fue mi primera relación con los israelíes…

 

-Creo que era el único estudiante árabe en el Departamento de Teatro de la Universidad, aunque usted quería estudiar Derecho. ¿Si hubiese aprobado el examen de acceso para ser abogado, como imagina que habría sido su vida? ¿Menos conflictiva?

No creo que hubiese cambiado mucho, porque si estuviese en el mundo del Derecho también seria un luchador por Palestina. No cambiaría gran cosa.

 

-Ha trabajado con Antonio Banderas, con Tony Curtis, con Paz Vega. ¿Por qué un actor de teatro y de películas reconocido internacionalmente, tiene que complicarse la vida haciendo un documental tan arriesgado como «Jenin, Jenin»?

El hombre no vive sólo de pan. Cuando uno se lava por la mañana tiene que verse la cara.

Y cuando uno se acuesta por la noche tiene que hacer un repaso de su vida, para poder corregir día a día. Entonces si yo sólo hiciera películas internacionales con Antonio Banderas, quizás no podría dormir por la noche. Mi meta no es llegar muy lejos en cosas que no afectan directamente a mi entorno. Lo que quiero es trabajar en mi propio entorno. Mis recuerdos son los que empujan las imágenes en mi retina…

 

-Para quienes no han visto aún la película, cómo podría explicarse sin la fuerza de las imágenes, lo que ocurrió en el campo de refugiados de Jenin en abril de 2002. Yo estuve allí hace unos meses y le recuerdan a usted con mucho cariño.

Cuando grabé «Jenin, Jenin» no lo hice por ningún reconocimiento, sino justamente porque me sentía obligado a hacerlo. Yo tuve que patear la calle, hablar con la gente.

 

-«Jenin, Jenin» es una gran película. Hace que el público piense en Palestina y sienta ganas de hacer algo por Palestina. Pero ¿Cuántas veces se ha arrepentido de haber rodado esa película? ¿Con las perspectiva de estos 4 años, cambiaria algo del guión?

Nunca me he arrepentido de hacer la película. Si tuviera que hacerla ahora añadiría, pero no quitaría. Yo desearía no tener que hacer nunca «Jenin, Jenin-2», pero las circunstancias, desgraciadamente, podrían ser distintas y las películas se hacen porque las masacres existen. Estoy demandado por 5 soldados que salen en la película. Me piden 2.7 millones de euros por daños su honor… soldados israelíes que han estado en Jenin y se consideran ofendidos…

 

-He leído en una de las entrevistas que le han hecho, que si dijese en Galilea las cosas que dice en Tel Aviv aún habría tenido más problemas ¿no existe una ley igual para todo Israel?

No. En Israel hay igualdad entre los judíos, pero no entre judíos y palestinos. Por ejemplo la prohibición de «Jenin,Jenin», la guerra contra mi, la provocación constante a la que estamos sometidos mi familia y yo, que estamos amenazados de muerte incluso… Lo que hay en Israel es un estado judío para los árabes, y democrático para los judíos. Si esta película la hubiese hecho un cineasta israelí, no la podrían prohibir y si la pudieran censurar, nunca tendría estos ataques. Es imposible, en Israel no puede existir igualdad ni justicia. Solo tienes que ir al aeropuerto de Tel-Aviv y observar cuando llega un palestino…

 

-¿El abogado israelí Feldman ha llevado su defensa en el juicio a «Jenín,Jenín»? ¿Es sólo su abogado, es un amigo, un ejemplo de que es posible encontrar israelíes dispuesto a arriesgarse por los palestinos?

Es un amigo, y existe gente en Israel, aunque sea una minoría, que esta dispuesta a decir la verdad. Es una minoría, pero existen.

 

-En agosto de 2002 sus sobrinos Ibrahim y Yasin se vieron involucrados en el atentado a un autobús israelí en Meiron. ¿Qué ocurrió ese día y como lo vivió usted?

-Para mí ese día fue un infierno, porque soy antiviolencia y estoy en contra del martirio. Desde todo punto de vista lo rechazo. Desde el punto de vista humano y político. La violencia no puede ser nunca un instrumento. Aunque Israel sea un estado criminal, yo le pido a mis paisanos palestinos, que tenemos que renunciar a usar las mismas armas que usa ellos. Nosotros tenemos que ser todos Gandhis en Palestina. Todos ser como Gandhi, para quitarles esa arma a los israelíes. Ellos justamente siempre tienen ese slogan de que luchan contra el terrorismo, pero eso es mentira, ellos son el estado terrorista. De una manera u otra ellos están detrás de esos ataques, porque así justifican sus represalias. Yo no soy responsable de la operación de mi sobrino, pero sufrí las consecuencias y por supuesto estoy en contra. La consecuencia fue la muerte de 13 palestinos de mi zona como represalia por el ataque.

 

-«Jenin, Jenin» no fue su única película rodeada de polémica. En 2005 usted protagonizó «Domicilio Privado» («Private») que también se ocupa del conflicto palestino-israelí y que desató otra polémica enorme en Israel ¿Por qué?

-En Israel «Private» no fue prohibida, lo que hicieron fue silenciarla, acallarla. Como si no existiera. Y hasta ahora el director no pudo encontrar un distribuidor en Israel, ni en Alemania, ni en muchos países, ni siquiera en los árabes.

 

-En «The Body», («EL Cuerpo») otra película polémica, interpreta a Abu Yusef, un miembro de la resistencia palestina… Después del escándalo que se produjo en 2002 con el atentado de Meirón ¿no resultaba un papel peligroso para usted de cara a la opinión pública israelí?

-La película fue anterior al incidente de Meirón. Para mi esta película fue un poco una encerrona porque no me sentía cómodo. Sólo acepté con una condición: le dije al director que era una película parcial y el me contestó que justamente tenía que participar para mantener el equilibrio. Así que le pedí hacer unos cambios al papel de Abu Yusef en su dialogo. Rodamos una historia muy bonita, que yo le contaba a Banderas, pero luego se corto en edición.

 

-Hamas ganó a Al Fatal en las últimas elecciones democráticas, después de que USA e Israel declarasen a Hamas organización terrorista. Se cortaron las ayudas internacionales, miles de funcionarios no reciben su sueldo y un colapso económico amenaza Palestina ¿Se ha tocado ya fondo o todavía pueden empeorar más las cosas?

-Aun no tocamos fondo. En este momento creemos que la política occidental, comandada por Israel y EEUU y por Europa más pasivamente, más que ir contra el terrorismo, está con el terrorismo. Esta política no es justa. Yo no soy de Hamas. No vote, ni puedo votar ni votaría por ellos, pero tienen que darse cuenta de que están cercando a un pueblo entero, a toda su ilusión.

El precio no lo está pagando Hamas sólo, sino todo el pueblo y eso no es justo. Eso demuestra que había un plan contra el Islam y contra el derecho palestino. Yo soy musulmán, gracias a Dios.

 

-Sharón justificaba sus incursiones en Palestina por los atentados suicidas; Ben Laden llama a los musulmanes a la Yihad usando a Palestina como ejemplo de la opresión occidental y hasta a usted, durante el juicio por «Jenin, Jenin» lo compararon con Ben Laden… ¿No cree que la causa Palestina y el llamado terrorismo se está convirtiendo en una excusa para muchos intereses políticos y económicos occidentales?

-Yo no puedo hablar mucho de Ben Laden porque para nosotros sigue siendo un interrogante, no sabemos que representa, porque nunca atacó Israel. Solamente conozco a Sharon, no conozco a Ben Laden. Para mi, por ejemplo, lo de las torres gemelas es un crimen imperdonable. Me da igual que esté Ben Laden o Sharon… y probablemente estén los dos. O quizá Sharon sólo… La historia de Sharon está llena de crímenes, bien organizados, bien estructurados, para conseguir algo. Cómo saber quién planifica los atentados para luego justificar su política… Ben Laden, por ejemplo era socio y aliado de EEUU, en Afganistán. Entonces, es una lucha de intereses entre dos socios.

¿Quién es el responsable al final de esto? Para mí la política exterior de Estados Unidos…