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Mujeres, también desiguales en salud

Fuentes: Boletín Ecos 34

Entre los determinantes que inciden en la salud de las personas -ingresos, escolarización, hábitos, etc.-, el sexo y el género figuran entre los de más peso, aunque ambos se han ignorado en la investigación, enseñanza y práctica médica. Introducir la perspectiva de género en el estudio de la salud, visibiliza las diferencias entre hombres y […]

Entre los determinantes que inciden en la salud de las personas -ingresos, escolarización, hábitos, etc.-, el sexo y el género figuran entre los de más peso, aunque ambos se han ignorado en la investigación, enseñanza y práctica médica. Introducir la perspectiva de género en el estudio de la salud, visibiliza las diferencias entre hombres y mujeres en la forma de manifestar y experimentar la enfermedad, y contribuye a mejorar el estado de salud de las personas y los colectivos.

 

En la víspera del Día Internacional de la Mujer , el Boletín ECOS, que publica FUHEM Ecosocial, ha querido explorar esta cuestión a través de la entrevista a Carme Valls Llobet, los artículos* de Mª Pilar Sánchez López, Teresa Ruiz Cantero y Lucero Herrera Cairo, Mª Isabel Casado Mora, y Vanesa Puig Barrachina y demás colaboradoras, y una selección de recursos sobre la materia elaborados por el Centro de Documentación Virtual.

 

Enfoque de género aplicado al estudio de la salud

Cada vez se hace más evidente la necesidad y los beneficios de introducir no sólo el análisis del sexo, sino también el del género como variables en la investigación y la práctica relacionada con la salud. Para Mª Pilar Sánchez López, Catedrática de Psicología de la UCM, sexo y género interactúan entre sí y con otras variables sociales y económicas, produciendo a veces patrones desiguales de exposición a riesgos, acceso y utilización diferentes a la información sobre la salud y a los servicios. Estas diferencias, a su vez, tienen un impacto claro sobre la salud, y de forma diferenciada sobre la salud de las mujeres.

 

Para   Carme Valls Llobet , médica especializada en endocrinología y directora del programa Mujer, Salud y Calidad de Vida en el Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), cree que es necesario introducir la Ciencia de la Diferencia en los estudios universitarios de las Ciencias de la Salud porque » existen diferencias entre mujeres y hombres en la forma de enfermar, de manifestarse los síntomas, en las causas del dolor, en la prevalencia de determinados diagnósticos, y en la metabolización de fármacos, que tienen formas diferentes de actuar según el sexo biológico o según interaccionan con la fase del ciclo menstrual».

 

De los sesgos a las innovaciones de género

En la última década del siglo XX, la evidencia científica confirmó la existencia de sesgos de género en la atención sanitaria de enfermedades graves y/o frecuentes. Según dicen Teresa Ruiz Cantero, Catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, y Lucero Herrera Cairo, investigadora en Salud Pública en la misma universidad, ante un mismo problema de salud, se realiza un menor esfuerzo diagnóstico y terapéutico en el caso de que quien padezca sea mujer. Estos sesgos de género son socialmente perjudiciales y costosos, y su origen se encuentra en la generación de conocimiento sesgado por no incorporar la perspectiva de género.

 

¿Quién cuida a las cuidadoras?

La mayoría de los cuidados a personas dependientes se realizan en el ámbito domiciliario y son asumidos por la familia, de manera no remunerada. El cuidado de personas dependientes no se distribuye de forma homogénea entre los miembros de la familia. El rol de «cuidadora principal» viene determinado por el género (femenino), el parentesco (hija, esposa, madre), y la convivencia en el hogar. María Isabel Casado Mora, enfermera especializada en género y salud, explica y detalla el Plan de Atención a Cuidadoras Familiares en Andalucía, en el que están identificadas unas 90.000 personas como cuidadoras de personas con alto nivel de dependencia.

 

Neoliberalismo y desigualdad en salud: un problema con rostro femenino

El artículo de Vanessa Puig-Barrachina, Joan Benach y otras autoras , explica en qué consisten las políticas neoliberales aplicadas en el marco de la crisis económica y social de 2008, y analiza algunos de los efectos que tienen: entre ellos, la generación de desigualdades de género en la salud, el empeoramiento en la salud de las mujeres, sobre todo, por la intensificación del trabajo y la precarización del empleo.