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Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre la industria criminal del amianto

«No existe en España una norma legal específica sobre desamiantado»

Fuentes: Rebelión

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 45 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha reseñado […]

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 45 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha reseñado y destacado su obra.

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Me quiero centrar esta vez en una traducción reciente suya. Pero déjeme antes preguntarle algunas cuestiones. La siguiente es una reflexión que lleva su firma. ¿A quién está dirigida? ¿A raíz de qué? Es esta: «En un orden lógico de prioridades, antes de acometer un desamiantado generalizado a nivel nacional, debería de poder tenerse la certeza de que el mismo podría realizarse en las adecuadas condiciones de seguridad y profesionalidad, lo cual actualmente no es factible garantizarlo, dado que, a diferencia de lo que rige en las naciones europeas de nuestro entorno (Francia, Holanda, Reino Unido, Alemania, Italia, etc.), para realizar tareas de desamiantado, no se precisa de capacitación previa alguna, bastando con un mero acto administrativo, como es la inscripción previa en el registro RERA. Al no haber acreditaciones, tampoco se producen desacreditaciones por malas prácticas, una cuestión que en otras naciones (Francia, por ejemplo) conduce a practicar periódicas y aleatorias inspecciones sorpresivas, esto es, no anunciadas previamente, y a que en otros países (el Reino Unido, por ejemplo), en los que, algunos años, las desacreditaciones llegan a superar en número al de las propias acreditaciones. Aquí, las acreditaciones tendrían que empezar por poder contarse con la concreción de los oportunos estudios teóricos y prácticos, impartidos por unas instituciones docentes habilitadas para esa finalidad, y con arreglo a un programa de contenidos, igualmente fijados oficialmente por autoridad competente. Se trata de una cuestión de extremada importancia, habida cuenta del hecho de que se cuenta ya con un ejemplo, el de Polonia, en el que un programa general de intensivo desamiantado, sostenido a lo largo de varios años sucesivos, ha tenido un reflejo, después de transcurrido el tiempo de latencia, consistente en un incremento nada desdeñable, en la tasa de cánceres de pulmón.» Por cierto, ¿cuál es la última norma legal sobre desamiantado en España?

No existe una norma legal específica sobre desamiantado. Lo que sí existe es una normativa sobre amianto, en la que una de las cuestiones abordadas, es el desamiantado, y las condiciones mínimas de seguridad, en las que el mismo ha de ser realizado.

Un artículo suyo reciente, se editó en rebelión, tenía por título: «El amianto en el Tribunal Europeo de Derechos del Hombre: el caso Moor». ¿Qué caso es este?

Se trataba de un caso en el que el límite fijado para la prescripción en la legislación suiza, vetaba al demandante su facultad de acudir a la justicia, en demanda de indemnización por el padecimiento de un mesotelioma. El tiempo de latencia habitual para que surgieran los primeros síntomas determinaba que ya se estuviera incurriendo en haber rebasado ese tiempo de prescripción. El Tribunal Europeo determinó que ese tope temporal equivalía a una denegación de amparo judicial, por lo que, para no vulnerar ese derecho, anulaba el fallo precedente, obligando a la celebración de un nuevo proceso.

Recomienda usted este trabajo cuyo resumen facilitó usted mismo traducido al castellano:

Mazurek JM, Syamlal G, Wood JM, Hendricks SA, Weston A. Malignant Mesothelioma Mortality-United States, 1999-2015. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2017 Mar 3;66(8):214-218. doi: 10.15585/mmwr.mm6608a3. El resumen: «El mesotelioma maligno es una neoplasia asociada con la exposición ocupacional y ambiental por inhalación a las fibras de amianto y otras partículas minerales alargadas (EMPs) (1-3). Los pacientes tienen una supervivencia media de aproximadamente 1 año desde el momento del diagnóstico (1). El período de latencia desde la primera exposición causal al desarrollo del mesotelioma maligno varía típicamente de 20 a 40 años, pero puede ser de hasta 71 años (2,3). Las exposiciones ocupacionales peligrosas a las fibras de asbesto y otros EMPs han ocurrido en una variedad de operaciones industriales, incluyendo minería y molienda, fabricación, construcción y reparación naval, y construcción (3). Las exposiciones actuales al amianto comercial en los Estados Unidos ocurren predominantemente durante las operaciones de mantenimiento y remediación de edificios antiguos que contienen amianto (3,4). Para actualizar la información sobre mortalidad por mesotelioma maligno (5), los CDC analizaron registros anuales de causas de defunción † para 1999-2015, los años más recientes para los cuales se dispone de datos completos. Durante 1999-2015, en los Estados Unidos se notificaron un total de 45.221 defunciones con mesotelioma maligno, que se mencionan en el certificado de defunción como causa subyacente o contribuyente de muerte, pasando de 2.479 muertes en 1999 a 2.597 en 2015 (en el mismo período de tiempo). Las tasas de mortalidad ajustadas por edad, disminuyeron de 13,96 por millón en 1999 a 10,93 en 2015). Las muertes por mesotelioma maligno aumentaron para personas de ≥85 años, ambos sexos, personas de raza blanca, negra y asiática o de islas del Pacífico, y todos los grupos étnicos. A pesar de las acciones regulatorias y la disminución en el uso del asbesto, el número anual de muertes por mesotelioma maligno sigue siendo sustancial. La aparición continuada de muertes por mesotelioma maligno subraya la necesidad de mantener medidas para prevenir la exposición a las fibras de amianto y otros EMP causantes y para la vigilancia continua para vigilar las tendencias temporales». ¿Por qué cree usted que es tan importante?

Por dos motivos fundamentalmente. En primer lugar, porque queda demostrado que la simple reducción en el tonelaje anual de amianto consumido no basta como para que se manifieste, años después, una disminución clara en la tasa de mesoteliomas; incluso cuando media una prohibición -lo cual, desde luego, no es el caso de los Estados Unidos, y menos todavía ahora, bajo presidencia del Sr. Trump-, bastantes años después de la fecha de entrada en vigor de la prohibición, en los países que la adoptaron, eso no basta como para que la reducción en la tasa se manifieste netamente.

Téngase presente, que aun con prohibición, el amianto instalado sigue estando ahí, en el entorno urbano principalmente, y sigue liberando fibras invisibles de asbesto, liberadas por el progresivo avance de la degradación de los materiales que lo contienen, deviniendo, por tanto a una condición de friabilidad progresiva. En cualquier caso, en esta ocasión, lo que se ha venido a observar, es un moderado incremento, en cifras absolutas, aunque en proporción a la población, sí haya habido una ligera disminución de la tasa de muertes por mesotelioma.

El segundo motivo, es porque en el estudio, una vez más, se pone de manifiesto que el tiempo de latencia del mesotelioma, como tantos otros parámetros biológicos, corresponde a una distribución gaussiana -curva «en campana»-, y no a una frontera tajante y definida, cosa que sistemáticamente muchas sentencias españolas vienen pasando por alto, en detrimento de una justa reparación económica a las víctimas de «la anaconda interna», como yo a veces le he llamado al mesotelioma, especialmente al pleural, por motivos obvios.

En un libro electrónico que ya tengo ultimado y pendiente de ser publicado, abordo también esta cuestión, con datos extraídos de la correspondiente bibliografía médica. No hay derecho a lo que se está haciendo en algunos tribunales españoles. Cualquier excusa es buena para denegar la indemnización.

Le preguntaré sobre el libro al que hace referencia. ¿Qué es eso del genocidio silencioso en la bahía de Cádiz?

Se refiere al enorme sub-registro e infra-diagnóstico que de las patologías asbesto-relacionadas, sobre todo las malignas -principalmente, cáncer de pulmón y mesotelioma-, se está dando en dicho entorno geográfico, que incluye asentamiento de astilleros, y con puertos de descarga del amianto importado en un pasado no tan lejano.

Voy a nuestro asunto básico en esta conversación. Me centro ahora en este artículo que usted mismo ha traducido: «Brasil. AMIANTO MATA. (Encarte especial «AMIANTO»)», por Daniele Correia Salzgeber, Eduardo Bonfim da Silva y Fernanda Giannasi. Nos informa brevemente de quienes son los autores y autoras.

Personalmente no conozco más que a Fernanda Giannasi, quien reúne la doble condición de experta y de activista contra los letales efectos de todas las variedades de asbesto -crisotilo incluido-, actividades en las que ha llegado a alcanzar un merecidísimo reconocimiento internacional. Entre los múltiples méritos que cabe atribuir a este artículo de brillante autoría conjunta, yo destacaría, por citar alguno concreto, a la esclarecedora descripción que se hace de los nefastos efectos de la práctica de los acuerdos extra-judiciales, auténtico chantaje bastante prodigado en Brasil. Yo no pierdo la esperanza de que en algún momento, y de alguna forma, «Rebelión» llegue a publicar esta traducción.

No debe perderla, desde luego que no. ¿En Brasil sigue permitido el amianto?

Sí, y no. A nivel de todo el estado federal, está permitido. Algunos municipios, y varios estados, sí lo han prohibido. Esa situación también configura un frente de batalla entre la industria minera -Brasil es país productor, consumidor y exportador-, y los activistas anti-amianto, capitaneados por Fernanda Giannasi, ex Inspectora de Trabajo, y ex funcionaria del correspondiente ministerio.

Se habla en el artículo de la invisibilidad social, invisibilidad que se debe a varias razones, incluyendo la falta de médicos y centros especializados para los exámenes de diagnóstico de alta complejidad, fuera del eje Río-São Paulo, pero sobre todo, se remarca, «por los acuerdos extra judiciales firmados por las empresas para hurtar datos ante los ojos del gobierno y de la sociedad en su conjunto». ¿Qué nos puede decir de este tema?

Pues que, efectivamente, es así. En Brasil, prácticamente, no existen datos epidemiológicos relativos a las patologías asbesto-relacionadas. Son «invisibles», y además prácticamente sin ningún reflejo, también, en el censo de litigios por dicha causa.

Lo mismo le pido sobre este fragmento del trabajo: «Hubo más de 5.000 acuerdos extrajudiciales entre las dos empresas líderes en el campo de la construcción, Brasilit y Eternit, con sus antiguos empleados, cuyos datos epidemiológicos están sumergidos en un enorme iceberg. Trabajadores éstos, que no fueron asistidos, ni por sus sindicatos, ni por las asociaciones de víctimas». ¿No son muchos acuerdos los cinco mil que cita? ¿Se está diciendo entonces que la investigación está bloqueada o muy dificultada en Brasil?

Efectivamente, es así lo que está sucediendo. Los que suscriben esos acuerdos, se comprometen, además de a no llegar a demandarles nunca, a ser tratados exclusivamente en clínicas privadas designadas previamente por la empresa respectiva, cerradas a cal y canto, en donde ni siquiera sus propios familiares pueden entrar ni a visitarles, que no dan información alguna a nadie, autoridades incluidas, clínicas de las que sólo se sale «con los pies por delante», limitándose la indemnización a la mera cobertura de los gastos médicos generados, impartidos siempre a criterio de los patrocinadores, las empresas del amianto. Todo legal en Brasil, por lo visto.

Veo que en todas partes cuecen habas. Lo dejo por el momento

 Seguimos cuando quiera.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.