El 24 de enero de 2010, fue la fecha de vencimiento de las elecciones legislativas y presidenciales en la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Si la democracia palestina fuese practicada con normalidad y sin obstáculos, el electorado palestino en los Territorios Palestinos Ocupados (OPT), se encontraría hoy frente a las urnas para elegir un nuevo presidente […]
El 24 de enero de 2010, fue la fecha de vencimiento de las elecciones legislativas y presidenciales en la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Si la democracia palestina fuese practicada con normalidad y sin obstáculos, el electorado palestino en los Territorios Palestinos Ocupados (OPT), se encontraría hoy frente a las urnas para elegir un nuevo presidente de la ANP y los nuevos miembros del Consejo Legislativo Palestino (CLP). Sin embargo, hoy no se han celebrado estas elecciones debido al conflicto pendiente y la división existente en el sistema político palestino.
Las segundas elecciones presidenciales palestinas se celebraron en enero de 2005 después del fallecimiento del último presidente Yasser Arafat en noviembre de 2004, y Mahmoud Abass fuese elegido como el presidente de la ANP. En enero de 2006, las segundas elecciones legislativas fueron celebradas, y la formación Hamas ganó la mayoría de los escaños del CLP (74 escaños) derrotando así al movimiento Fatah, que ganó sólo 45 de los 132 escaños del CLP. Había la esperanza de que estos resultados contribuyeran a la promoción de la emergente democracia palestina a través de una transición pacífica del poder, pero todos estos intentos fracasaron, y los resultados de las elecciones eran inciertos debido a la detención de decenas de miembros del CLP por las fuerzas de ocupación israelíes, y las sanciones económicas y boicot impuesto por la comunidad internacional.
Tales acontecimientos trajeron consigo un deterioro sin precedentes del estado de la seguridad interna y fueron un obstáculo a las reformas democráticas. El estado de anarquía y los ataques contra el estado de derecho aumentaron en las zonas controladas por la Autoridad Nacional Palestina, especialmente en la Franja de Gaza. Esta situación llevó a un conflicto armado entre Al Fatah y Hamas, en el que participaron los servicios de seguridad de ambas partes. Este enfrentamiento terminó con la toma de control por parte de Hamas de la Franja de Gaza en junio de 2007
Este conflicto dividió a la ANP, y la población palestina ha tenido que afrontar la realidad de tener dos gobiernos, uno en Ramallah, bajo la autoridad del presidente, y el otro en Gaza. Esta división puede apreciarse en todos los componentes del régimen palestino, incluido el poder legislativo y judicial.
Debido a estas circunstancias, las elecciones presidenciales no se celebraron a su debido tiempo, en enero de 2009 y el año 2009 terminó sin ningún indicador de que las elecciones legislativas se celebrarán en la fecha prevista, antes del 25 de enero de 2010.
La segunda mitad de 2008 fue testigo de una polémica nacional generalizada sobre el final del mandato del presidente palestino Mahmoud Abbas, el 9 de enero de 2009. Hamas y el gobierno de Gaza mantenían que el mandato presidencial terminaría el 8 de enero de 2009, de acuerdo con el final del período de cuatro años desde las últimas elecciones presidenciales celebradas el 9 de enero de 2005. Hamas afirma que a menos que se realicen nuevas elecciones presidenciales, el cargo de presidente quedaría vacante. En este caso, el cargo de presidente del CLP sería tomado temporalmente por el portavoz del parlamento durante un periodo de 60 días, durante este nuevo período deberían celebrarse las elecciones para elegir un nuevo presidente de la ANP, tal y como se indica en la Ley Fundamental de los territorios palestinos. Sin embargo, el movimiento Fatah y el gobierno en Ramallah sostienen que la Ley Electoral nº 9 (2005), que fue aprobada por el CLP, permite ampliar el mandato del presidente a fin de que unas elecciones simultáneas para el CLP y la presidencia palestina se celebren a finales del mandato del CLP en enero de 2010.
El Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH) publicó un informe que aclaraba su posición en ese asunto, y en el que señalaba que aunque reconocía que el final del período presidencial requiere la celebración de elecciones presidenciales antes del 10 de enero de 2009, la celebración de tal evento requiere unas condiciones adecuadas y un clima que garantice la equidad y la transparencia en todas las etapas del proceso electoral para poder permitir al electorado ejercitar su voluntad. Sin embargo, la división existente entre los movimientos Fatah y Hamas, no permiten las condiciones y atmósfera necesarias en los TPO para garantizar unas elecciones libres y transparentes que reflejen la voluntad del electorado. Las condiciones actuales no parecen indicar que esta atmósfera vaya a cambiar en un futuro cercano si ambas partes no inician de inmediato un diálogo serio y constructivo para poner fin a la división y alcanzan un acuerdo sobre las elecciones o alcanzan otra solución que permita unificar los TPO y el liderazgo político de la ANP. Además CPDH añadió que si el CPL asume el cargo de presidente después del 9 de enero de 2009, esto llevaría a una mayor fragmentación que no permitiría la celebración de elecciones libres y justas en los TPO en 60 días.
Las elecciones legislativas debían celebrarse antes de 25 de enero 2010, tal y como está estipulado por la ley. También de acuerdo con la ley, el Presidente Palestino debe anunciar la fecha de las elecciones legislativas con tres meses de antelación. Sin embargo, el año 2009 terminó sin que se haya llevado a cabo ningún tipo de preparativo para la celebración de las elecciones.
El 23 de octubre de 2009, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, anunció que aprobaría un decreto convocando elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas en la ANP para el domingo, 24 de enero de 2010. Este decreto añadió una nueva dimensión a la crisis política en curso ya que ha provocado posiciones y reacciones conflictivas. El equipo presidencial considera que el decreto es legítimo desde el punto de vista constitucional y no supone una contradicción con el proceso de reconciliación, mientras que Hamas y el gobierno de Gaza consideran el decreto inconstitucional dado que el mandato del presidente terminó en enero de 2009. Así sostienen que el presidente no tiene la autoridad para expedir dicho decreto antes de que finalice el pacto de reconciliación nacional, que incluiría necesariamente un acuerdo sobre las elecciones presidenciales, y los problemas que surgieron a partir de la finalización de periodo de la presidencia.
El CPDH emitió un documento donde exponía su posición sobre el decreto presidencial antes mencionado, [1] en la que destaca que las elecciones son un derecho de todas las competencias nacionales y grupos que forman la sociedad civil, pero no serían posibles sin llegar a un pacto de reconciliación nacional amplio que puede terminar con la fragmentación y restablecer la dignidad de los poderes legislativo, ejecutivo e instituciones judiciales del gobierno palestino, que han sido afectados por la crisis y se han convertido en un reflejo de la subsiguiente fragmentación. El CPDH señaló además que la celebración de elecciones requieren de un clima electoral apropiado, que incluya el ejercicio público de las libertades; la liberación de los presos políticos, el levantamiento de la prohibición impuesta a las actividades políticas (las impuestas a Hamas en Cisjordania y a el Movimiento Fatah en la Franja de Gaza), la reapertura de cientos de asociaciones, el respeto por la libertad de prensa y la libre expresión, y permitir el trabajo libre a todos los medios de comunicación impresos, y audiovisuales. Además, el CPDH afirma que las elecciones no pueden celebrarse sin garantías judiciales adecuadas y sin la existencia de un poder judicial independiente y unido, incluyendo un tribunal que sea capaz de abordar los asuntos electorales y solventar los conflictos electorales. Este tribunal debe ser considerado como una institución neutral e independiente de todos los partidos y el electorado.
A la luz de lo anterior, el CPDH destaca los siguientes puntos:
1) Si bien apoya la celebración de elecciones presidenciales y legislativas en sus fechas de vencimiento, el CPDH subraya que las elecciones no se pueden celebrar sin que finalice antes el proceso de reconciliación nacional y sin disponer las medidas necesarias para garantizar unas elecciones libres y justas.
2) El hecho de no celebrar las elecciones presidenciales y legislativas en sus fechas de vencimiento no significa que exista un vacío legal en el ANP, pero el proceso democrático se vería socavado, ya que la autorización pública ofrecida por el pueblo palestino en las presidenciales de 2005 y la elecciones legislativas de 2006 no es infinita, sino que expira el 24 de enero de 2010. A partir de esta fecha, nadie puede reclamar la democracia o la representación de la voluntad pública, ya que este poder debe volver a la población para renovar su autorización.
3) El debate sobre las elecciones no sólo es legal, ya que es parte del conflicto político en curso. Las dos partes en conflicto han empleado la Ley Fundamental y otras leyes pertinentes para beneficiar sus estrechos intereses partidistas, ignorando la filosofía y el espíritu del proceso de legislación.
4) Las elecciones no son meramente un objetivo, sino que son parte de un proceso a largo plazo para establecer un régimen democrático, la celebración de elecciones periódicas son una piedra angular en dicho proceso.
[1] «La reconciliación es un requisito previo para las elecciones, el Decreto Presidencial es Constitucionalmente valido, pero es inapropiado e imposible sin la reconciliación «, Artículo de Opinión, el 25 de octubre de 2009. 26 de enero, 2010.
Traducción: Daniel F. Rivera, arabista, investigador y traductor.
Fuente: http://www.nodo50.org/csca/agenda10/palestina/arti21.html