Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Aquí va un curso intensivo acerca de la siniestra dictadura militar egipcia en comparación con el valor desplegado por el poder popular.
Anejo A: Mensaje del Vicepresidente Omar «Jeque al-Tortura» Suleiman a la revolución. Presten especial atención al final de la entrevista (1).
Contexto: Ese es el caballo por el que Washington ha decidido apostar, el conductor de una «transición ordenada», esencialmente: mubarakismo con gestión militar y estiramiento facial. Suleiman, según sus propias palabras, cree que Egipto «no está preparado para la democracia».
Curiosamente, el Departamento de Estado de EEUU hace ahora hincapié en que hubo «elementos» del ejército egipcio que estuvieron muy atareados durante la durísima represión llevada a cabo contra activistas y periodistas la semana pasada (los grupos por los derechos humanos llaman la atención sobre el hecho de que, desde el 25 de enero, la cifra de personas acosadas/detenidas pudo llegar a las 10.000). Sucede que es el mismo ejército que el Presidente Barack Obama alabó tanto por su neutralidad y moderación la semana pasada, igual que hizo el martes el supremo del Pentágono Robert Gates.
Y lo que es aún más siniestro. Según la agencia de noticias estatal egipcia MENA, el «Jeque al-Tortura» dijo el martes a los «jefes de los periódicos»: «no podemos tolerar» las protestas de la Plaza Tahrir; el Presidente Hosni Mubarak no va a dimitir; y no habrá «ningún final del régimen». El diálogo en curso con las fuerzas de la oposición se revela como lo que es: el régimen escupiendo mentiras.
Anejo B: El ejecutivo de marketing de Google Wael Ghonim, uno de los líderes del movimiento del 25 de enero, en su primera entrevista en el canal egipcio Dream TV, tras haber sido encarcelado por los servicios de seguridad y mantenido durante doce días con los ojos tapados. Presten atención a la parte 5, cuando a Ghonim se le muestran las fotos de la gente asesinada por los matones de Mubarak (2).
La entrevista con Ghonim fue un catalizador electrizante. Incluso Reuters se vio obligado a decir a todo el mundo: «Las lágrimas del activista pueden ser un elemento de cambio en Egipto». No es por casualidad que este martes -cuando se cumplieron dos semanas completas de ira contra el régimen- la Plaza Tahrir estuviera completamente atestada, desbordando gente por todas sus calles laterales.
Decenas de ciudadanos de clase media, bien vestidos y portando cámaras iban por primera vez a la plaza, y eso incluía a banqueros y ex ministros. Varias facultades de la Universidad de El Cairo se incorporaron. Un grupo de profesores universitarios ocupó la calle frente al Parlamento. Alguien subió hasta la puerta principal y colocó un cartel (que más tarde quitaron) donde decía: «Cerrado hasta la caída del régimen».
Los blogueros egipcios y la gente de la plaza apoyaron el gesto. Alrededor del 5% de los manifestantes pertenecían a partidos nacionalistas árabes y/o progresistas. No más del 15% están afiliados a los Hermanos Musulmanes. Y no menos del 80% no pertenecen a ningún partido o son apolíticos. Se habla de un gran impulso revolucionario, incluso contra las múltiples estrategias de cooptación desplegadas por el régimen.
Ghonim fue también a la plaza. Se negó a aceptar el papel de héroe/líder que ya le han colocado algunos de la prensa extranjera. Dijo a los cientos de miles de personas «Vosotros sois los héroes». «Vosotros» no sólo significa la Plaza Tahrir, significa las dos terceras partes de los 350 millones de personas del mundo árabe que tienen menos de 35 años. Lo que Ghonim sí aceptó fue unirse a una coalición de diez representantes de los grupos de jóvenes que están coordinando las protestas y dando a conocer sus demandas.
Incluso la clase trabajadora se está moviendo. Ahran Online informa de que alrededor de 6.000 trabajadores de la Suez Canal Company en Suez, Port Said e Ismailia empezaron una sentada en protesta por los miserables salarios y las condiciones de trabajo. Y la gente de Telecom Egipto está amenazando con hacer lo mismo; quieren un aumento de un 10% y el despido del director gerente.
Es pan comido decidir quién está en el lado correcto de la historia entre el «Jeque al-Tortura», apoyado por Washington, y los manifestantes. La revolución de la calle egipcia demuestra que el espantoso concepto de la «excepción árabe» -según la cual las dictaduras y la represión dura son algo intrínseco al mundo árabe- no fue más que una falsa opinión fabricada por Washington, sus secuaces europeos y los mismos dictadores.
Los jóvenes egipcios quieren una democracia al estilo occidental, elecciones libres y justas, prensa libre y lo más importante de todo, un gobierno soberano y verdaderamente representativo. Y eso no implica en absoluto seguir siendo un esclavo de la política exterior de EEUU. Y, al mismo tiempo, tampoco implica que Egipto quiera una réplica sunní del líder supremo que gobierna Irán.
Como la revolucionaria América Latina ha acuñado, la lucha continúa. Si tan sólo y de forma inequívoca, Obama posicionara a EEUU en el lado correcto de la historia. Les dejo una posible banda sonora para los días y semanas venideros del rapero sirio-estadounidense Omar Offendum y otros (3):
Les oí decir que la revolución no se televisaría
Al Yasira les demostró que estaban equivocados, Twitter les ha dejado paralizados…
Notas: 1. Omar Suleiman sobre la crisis 2. Entrevista con Wael Ghonim 3. Omar Offendum, The Narcicyst, Freeway, Ayah, Amir Sulaiman
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/
rCR