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Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

Noticias de (otra) Catalunya (XL)

Fuentes: Rebelión

Y usted mismo, amigo mío, que ahora parece cargar tan fácilmente sobre sus hombros su parte de la miseria del mundo, ¿estuvo usted siempre tan seguro de su causa? (…) Usted que, como pensador y como poeta tiene que cumplir una misión tan alta, ¿pudo usted siempre reconocer claramente los rasgos de su estrella?(…) Amigo […]


Y usted mismo, amigo mío, que ahora parece cargar tan fácilmente sobre sus hombros su parte de la miseria del mundo, ¿estuvo usted siempre tan seguro de su causa? (…) Usted que, como pensador y como poeta tiene que cumplir una misión tan alta, ¿pudo usted siempre reconocer claramente los rasgos de su estrella?(…) Amigo mío, por favor, no acusemos de inconstancia, no reprochemos la inconstancia. La época está enferma, y todos nosotros lo estamos con ella.

Franz Liszt (desde Venecia): carta a H. Heine, 15 de abril de 1838

I

Ninguna calle de la ciudad lleva su nombre, el de Antonio Ruiz Villalba.

Alberto Herbera, un trabajador de la SEAT, como Antonio Ruiz, un admirable luchador de toda la vida y de mil batallas democráticas, obreras y populares, ha descrito su asesinato en estos términos:

«16 de octubre de 1971. La Policía Armada, a pie y a caballo, requerida por la dirección de la empresa (entonces pública) entra en la factoría de SEAT en la Zona Franca de Barcelona.

Alrededor de 20.000 trabajadores/as se han declarado en huelga y han ocupado la fábrica, en demanda de la negociación del convenio colectivo, del reconocimiento de derechos sindicales, por la readmisión de compañeros despedidos con anterioridad, contra la represión laboral.

El primer ataque de la policía es rechazado. Los obreros ocupan los talleres y los defienden armados con tornillería. Los rodamientos tirados a los pies de los caballos hacen caer a los policías, inutilizando la carga de caballería. Rodeados por los trabajadores, algunos policías sacan sus armas de fuego y disparan. Antonio Ruiz Villalba cae herido de muerte. Fallece pocas horas después.

La batalla no ha concluido. La resistencia tiene lugar taller a taller. Llegan más y más refuerzos policiales. Tras varias horas de lucha, y con algunos miles de trabajadores arrinconados en el último taller, se negocia la salida de los obreros a la calle, sin identificaciones.

La lucha obrera en SEAT ya no dejará de crecer hasta 1975, convirtiéndose en referente de las luchas obreras contra los patronos y contra la dictadura. Siguió la represión, los despidos, las torturas, el exilio, hasta la amnistía laboral de 1976. Después empezó otra etapa, como en todas partes, que acabó dilapidando buena parte de lo que conquistaron aquellos formidables luchadores. Lo que queda nos lo están arrebatando ahora, sin resistencia.»

La historiadora Soledad Bengoechea, miembro también de Espai Marx, ha añadido:

«Lo que explicas tan bien, Alberto, me ha llevado a este párrafo del libro que estos días he desempolvado:

La lucha política y sindical fue una gran escuela de formación. En el Prat, se discutían informes, se leía prensa clandestina y, en muchos casos, libros teóricos. Mercè Renom y yo tuvimos ocasión de ver bibliotecas de dirigentes obreros de aquellos años y eran importantes. Fue una coyuntura singular, la de los últimos años del franquismo, en la cual en amplias capas sociales se leía mucha historia, marxismo, teoría política o ensayo. En una publicación clandestina encontramos: «Cada lucha es una experiencia a explicar, analizar, aplicar en uno u otro grado en todas partes» (Informaciones Obreras, 1973, nº 107, 20 mayo). También algunos de los entrevistados expresaban esta idea: Jesús Camacho nos decía así: «La militancia tiene dos partes: una es el compromiso y la acción, la otra son las ideas, la táctica, el programa. Yo no estaba preparado cuando dije que sí, que quería entrar en el partido [PSUC]. Pero «jugábamos» con necesidades, con sentimientos y personas; esto te obligaba a ser honesto y sacrificado y a formarte mucho.

El antifranquismo era un proceso progresivo; a partir que nos íbamos formando íbamos comprendiendo el sentido de los derechos que reclamábamos: mejora de las condiciones de vida, libertad sindical, libertades democráticas, derecho de autodeterminación».

Alberto Herbera ha añadido otro comentario complementario donde demuestra de nuevo su generosidad y activismo incansable. No se pierdan el último paso:

«Ningún problema [en la edición de su nota], aunque el relato lo he escrito de memoria. Seguro que hay datos imprecisos, pero entre la fábrica, la PAH y la familia voy de cabeza y no tengo tiempo de contrastarlos.

No tengo a mano la revista que el «Memorial Democrático de los Trabajadores de SEAT» dedicó al acontecimiento, en octubre de 2011, 40 años después. En el Memorial, que preside Carlos Vallejo, participan algunos de los protagonistas de aquellos acontecimientos. Yo les he oído el relato en vivo y es impresionante. Si quieres contactar con el Memorial y/o con Carlos Vallejo dímelo.

Por cierto, leí las Historias desde la cadena de montaje, de Ben Hamper, que nos recomendaste. Por momentos, me veía allí o veía a Rivethead junto a mi puesto de trabajo. El pasaje que reprodujiste sobre el accidente y el paro de la cadena se repitió, casi idéntico, en el taller 8 de Martorell [de la SEAT, en Barcelona] hace cinco años. El cuerpo del compañero fue retirado precipitadamente para que la cadena pudiera volver a arrancar. A diferencia de la factoría de GM en Flint, nuestro compañero murió allí mismo. Salud. Alberto».

II

No es una aproximación marxista, desde luego que no. Pero vale la pena recogerla.

David Byrne, un músico conocido por todos (incluso por mí) que, salvo error mío, vivió en Barcelona hace años, ha alertado que cada día es «más difícil que vivan aquí [Nueva York] los nuevos creadores, los artistas. Lo que fue imán cultural mundial ahora está en peligro de volverse museo para ricos».

Más allá de trabajo, escribió en The Guardian en octubre de 2013, «venimos a Nueva York por la posibilidad de la interacción e inspiración». Ciudades que son sólo centros de negocios no necesariamente son buenos lugares para vivir. Nueva York tiene algo más: «Gracias a las olas sucesivas de migrantes que han compuesto la ciudad… uno es impactado por la conformación multiétnica de Nueva York… Otras ciudades puede que sean más limpias, más eficientes, más cómodas, pero Nueva York es funky, en el sentido original de la palabra: Nueva York huele a sexo».

Cuenta DB se mudó a la ciudad en los años 70 del pasado siglo fue porque era «un centro de fermentación cultural… Nueva York era legendaria. Era donde las cosas pasaban… y uno sabía de antemano que la vida no sería fácil. La ciudad es un cuerpo y una mente, una estructura física, como también un depósito de ideas e información. El conocimiento y la creatividad son recursos… La ciudad es una fuente que nunca se detiene; genera su energía de las interacciones humanas que se dan en ella. Desafortunadamente, estamos llegando al punto en que muchos ciudadanos de Nueva York han sido excluidos de esta ecuación por demasiado tiempo. La parte física de la ciudad -su cuerpo- ha sido mejorada inigualablemente…. pero la parte cultural -su mente- ha sido usurpada por el uno por ciento de arriba».

NY, actualmente, es una ciudad dividida, donde cada vez más partes son reservadas para los ricos. Añade DB, «mientras la clase media apenas logra sobrevivir, y olvídate de los artistas en ciernes, músicos, actores, danzantes, escritores, periodistas y pequeños comerciantes. Poco a poco los recursos que mantienen vibrante la ciudad se están eliminando». La clase obrera, obviamente, no existe en la cosmovisión «liberal» del ex de TH. Señala también que al privilegiar el sector financiero sobre lo demás se ha devaluado la cultura real. La situación de los bienes raíces, donde todo es para ricos, impide que el talento joven de todo tipo encuentre dónde vivir aquí, y con ello, «se volverá una ciudad más parecida a Hong Kong o Abu Dhabi que el lugar rico y fértil que históricamente ha sido. Esos lugares puede que tengan museos, pero no tienen cultura… Si Nueva York va hacia allá…me voy».

Hasta aquí el ex de Talking Heads.

¿Y si cambiamos NY por BCN? ¿Y si pensamos en Barcelona? ¿Y si tomamos pie en la ciudad no de los prodigios sino de los negocios? ¿Y si reflexionamos sobre la «millor botiga del món»? ¿Y si pensamos en la transformación pija-muy-pija de una ciudad anteriormente afable y acogedora (que, desde luego, no suprimió ni de lejos las diferencias sociales)? ¿A quiénes se ha ido expulsado poco a poco de la ciudad durante décadas? ¿Dónde se ubican las más insoportables desigualdades sociales? ¿Dónde se nota la (in) comunicación entre barrios? ¿Qué zonas visita, conoce, cada uno/una de nosotros? ¿Una, dos, tres, cuántas ciudades? ¿Qué planes para la ciudad tienen las élites de la ciudad que dominan y quieren seguir dominando Ayuntamiento, diputaciones y gobierno de la Generalitat?

En su horizonte: expulsar, seguir expulsando, a las clases trabajadoras al extrarradio de la ciudad, o al extrarradio del extrarradio. El centro y los barrios altos para ellos, para sus negocios, sus elegantes escaparates horteras y el turismo con posibilidades… Y su ciudad de diseño. Bussiness is Bussiness!

III

Alguien tan prudente, razonable, informado y moderado como Joan Boada Masoliver, un ex alto cargo del gobierno tripartito, lo ha señalado en estos términos:

«A nadie se le escapa que el llamado Procés es una ventana que abre a CiU la oportunidad de ocultar su hachazo, en plena crisis, al Estado del bienestar. De pronto Convergència se apunta a la independencia y se lanza a la conquista de un objetivo sin ninguna estrategia, sin ninguna hoja de ruta ni camino trazado, si exceptuamos la conducción de Cataluña hacía Ítaca, la isla del retorno y del nuevo amanecer… Parece que no han entendido que no es fácil liderar un proceso revolucionario en un partido de orden, que tiene un electorado liberal de centro derecha, nacionalista, pero sin exagerar, y que sus ideólogos, o sea los que les dan la pasta, no están para aventuras que pongan sus negocios en peligro. No hay que olvidar que el Gobierno de Mas se autodenominó amigo de los negocios.»

Y no sólo es eso, ahora viene lo mejor (es decir, lo peor):

«Así estamos, esperando el 9-N mientras el Gobierno catalán, con el apoyo de ERC, lleva a término una clara estrategia, que empezó hace cuatro años, de destruir y privatizar los elementos esenciales del Estado del bienestar. Así, Cataluña se ha convertido en la zona de Europa donde han crecido más las desigualdades sociales, donde el paro juvenil llega al 50%, donde se han eliminado miles de empleos públicos, sobretodo en sanidad y educación, donde se reducen más drásticamente los beneficiarios y la cuantía de las prestaciones sociales, y donde la corrupción forma parte del ADN de este Gobierno. Cualquier país moderno esperaría un debate serio y sereno sobre los pros y contras de un proceso de independencia. En cambio se toman decisiones políticas electoralistas que conducen a la ciudadanía por un camino oscuro. Esto no quita que muchas personas en Cataluña tengan ganas de cambiar la situación, incluso de independizarse de España, pero eso no puede hacerse a golpe de ocurrencia, sin un camino trazado, sin un debate sereno y no puede estar en manos de una asamblea por más nacional y catalana que sea.» (es decir, de ANC, el gran aquelarre nacionalista encabezado normalmente por doña Carme Forcadell, ex ERC, una política, que trabaja entre tinieblas, que cree que existen formas correctas e incorrectas de «ser catalana». La suya, por supuesto, se ubica entre las primeras).

Si es así, si lo que señala Joan Boada es correcto, la duda se impone: ¿qué sentido tiene entonces la alianza de ICV (o incluso de ICV-EUiA) con CiU en torno al dret a decidir no sé muy bien qué o, cuando se sabe, sobre el derecho a decidir una independencia-dependiente en clave nacionalista-independentista que ubica al resto de pueblos de Sefarad en el apartado «los otros», «los extranjeros» y crea una profunda división entre las clases populares catalanas?

IV

Jaume Cortés, abogado del Colectivo Ronda, ha hecho público este correo dirigido a Liga SFC – Plataforma de Acción para la defensa de los derechos de los afectados por el SFC (http://www.ligasfc.org/?p=701)

«Buenas tardes a todos, vienen tiempos difíciles, ¡pero no pensábamos que tanto!

Nuestro compañero de luchas, Mario Arias, presidente de la Asociación AQUA de Tarragona, que seguro que muchos de vosotros conocéis, es y ha sido siempre un gran luchador, abierto a todos. Lleva muchos años, igual que muchas otras personas, luchando por el reconocimiento del derecho de los enfermos de SQM, FATIGA CRÓNICA Y FIBROMIALGIA. Pues ahora, en una RESOLUCIÓN SIN PRECEDENTES, le han retirado la pensión porque el ICAMS considera que ayudar a los enfermos es como trabajar!!

Es un primer paso, la Generalitat NOS HA DADO UN PRIMER AVISO. El martes próximo [15 de julio de 2014] hacemos una rueda de prensa en Tarragona para denunciar la situación.

Como que estamos dispersos por todo el territorio y es muy costoso (por salud y recursos económicos) hacer una reivindicación físicamente, proponemos que todos aquellos que quieran dar apoyo a Mario, y a toda esas personas que dedica su tiempo libre a ayudar a los enfermos, que nos ENVIEN UNA FOTO POR CORREO ELECTRÓNICO AL CORREO [email protected] y con todas las fotografías haremos un mural que lo pondremos detrás nuestro durante la rueda de prensa.

Será un pequeño detalle, pero puede dar visibilidad al asunto.

Venga, animaos, os iremos informando.

Un saludo, Jaume Cortés

V

Los estudios y análisis de Vera Sacristán, Alber Coromines, Jordi Mir Garcia y otros investigadores y profesores son esenciales para conocer los aumentos de matrícula en estos últimos años en las universidades públicas catalanas. Los efectos contraequitativos son conocidos.

Un ejemplo directo que los corrobora:

El hermano y la cuñada de mi compañera tienen dos hijas jóvenes estudiando en la UB y la UPC. Biomedicina e Ingeniería de Audiovisuales concretamente. Ambas son estudiantes modélicas (y comprometidas, no están cegadas). Podían no serlo, no sólo una minoría de estudiantes superdotados debería poder estudiar como parece razonable y justo.

Como muchos otros jóvenes, siguen cursos de idiomas en la escuela oficial (también pública). Adquieren los libros imprescindibles para su formación académica. No viven en Pedralbes ni en los barrios altos de la millor de botiga del món. Se desplazan, desde luego, en transporte público desde su casa en las afueras. ¿Qué cantidad destinan mis cuñados a la formación de sus hijas, toda ella en instituciones públicas? Calculando a la baja unos 8.400 euros. Es decir, no cuento mal, 700 euros mensuales.

Con mucho esfuerzo, ahorrando de aquí, allí y de su período de descanso y disfrute, trabajando sus hijas cuando pueden, ellos pueden. Sin holgura pero pueden. Con dificultades a veces pero llegan. La cuestión: ¿cuántas familias trabajadoras pueden actualmente destinar una cantidad similar a los estudios de sus hijos e hijas?

¿Vemos, pues, en que se está convirtiendo la Universidad pública y democrática?

VI

«Sin argumentos contra el federalismo» es el título de un reciente artículo de Manuel Cruz, profesor de filosofía de la UB.

Hace algunas semanas, recuerda, Antón Costas, el presidente actua del Círculo de Economía, se declaraba partidario de que la consulta que los sectores soberanistas pretenden celebrar fuera «legal, acordada e informada». Probablemente, señala MC, cabría interpretar en sentido amplio el requisito de la información propuesto «de manera que abarcara también el conocimiento lo más exacto posible de las posiciones que mantienen las diversas fuerzas políticas en asuntos absolutamente fundamentales para el futuro de este país.»

Últimamente, prosigue MC, se han realizado bastantes encuestas entre los ciudadanos catalanes para conocer el grado de apoyo que obtienen las diferentes formas de entender la relación entre Cataluña y el resto de España. El resultado venía a ser casi siempre el mismo: «un tercio para cada opción, con ligera ventaja para federalismo e independentismo. Sin embargo, tan importante apoyo al federalismo quedaba reducido prácticamente a nada (apenas el 5%) en la pregunta pactada por el bloque soberanista para el 9 de noviembre». La respuesta SI-NO, señala Cruz con toda la razón del mundo, a la que se supone que deberíamos acogernos los federalistas, «cumplía en realidad la función de convertir en irreconocible la única alternativa al frentismo al que las otras dos opciones pretenden abocarnos.»

MC recoge a continuación las críticas que en los últimos tiempos ha recibido la propuesta de federalismo. La primera cronológicamente «fue la que afirmaba su insustancialidad con el argumento de que, en realidad, no había federalistas en Cataluña». Cuando empezaron a aparecer y a manifestarse, «se procedió a corregir el tiro: donde en realidad no había federalistas era en España». Cuando se hizo evidente también la falsedad de la corrección, «se negó la existencia de apoyo al federalismo por parte de los principales partidos españoles.» La realidad, de nuevo, se encargó de arruinar el titular: el inequívoco, en opinión de MC (próximo al área «socialista»), «alineamiento de los principales partidos de izquierda (PSOE e IU ) con la opción federal obligó a modificar una vez más la argumentación, dejándola, ya bastante anémica, en el punto en el que ahora se encuentra: el PP nunca se avendrá a una reforma de la constitución de signo federal.»

Repárese, prosigue el profesor de filosofía de la UB, «en que una argumentación semejante, en cualquiera de sus variantes, escamotea lo sustancial en cualquier debate de ideas que se pretenda tal». A saber, «la discusión que entre en el fondo del asunto, que en este caso no es otro que la valoración de las virtudes y defectos del modelo federal en sí mismo». La discusión se ve sustituida de manera sistemática «por una descalificación puramente táctica acerca de su viabilidad». La crítica en sentido propio deja su lugar de esta manera a afirmaciones pragmáticas: «con el PP es imposible», «la derecha española nunca lo aceptará» y similares. En opinión de MC, se le hurta así al ciudadano «la posibilidad de saber qué argumentos específicos tienen en contra del federalismo las fuerzas políticas soberanistas, tan empeñadas en ningunearlo.»

Aplicando la lógica más elemental, apunta MC, cualquiera pensaría que quienes ponen tanto énfasis en este orden de argumentos «lo hacen porque consideran que su opción independentista supera los obstáculos señalados, es decir, resulta mucho más practicable que la federalista». De este modo, «el PP está dispuesto a negociar la independencia o que la misma derecha española que no parece dispuesta a transigir con el federalismo, sí se mostraría receptiva a permitir la secesión de Cataluña». Tesis ambas que, señala MC, no son, manifiestamente, el caso.

Estamos pues ante una clara contradicción: «los mismos que se acogen al tacticismo más pragmático para descalificar la propuesta federalista, son los que, cuando son requeridos a explicar el contenido de su propuesta independentista, la definen como la última utopía ilusionante en tiempos de descreimiento político generalizado y cosas parecidas». Si el motivo para desdeñar el federalismo es su inviabilidad, comenta, mucho más inviable, por definición, resulta cualquier utopía (es decir, debería haber escrito, el independentismo). Sin embargo. «es curioso, lo que en un caso (el del federalismo) sirve para rechazar una propuesta, en el otro (el del independentismo) constituye su principal atractivo.»

Tal vez, finaliza Cruz, el meollo inconfesado de la contradicción radique en otro lugar. En el siguiente: «ese «no, si ya me gustaría que fuera posible» que muchos independentistas sobrevenidos terminan por admitir cuando se les insta a que se definan respecto al federalismo en cuanto tal y dejen de hablar por un momento de su hipotética viabilidad». Están reconociendo algo, concluye (hablando propiamente de algunos independentistas, no de todos, alejados muchos años-luz de toda opción federalista por «española»), que «a los redactores de la confusa pregunta que se pretende someter a consulta el 9 de noviembre parece preocupar sobremanera, y es que muy probablemente la opción federalista no solo constituya la única salida para el embrollo en el que estamos metidos sino también la mejor solución para el futuro de Cataluña y de España.»

Mas ha hablado de recientemente de que la redacción de la pregunta, es decir, de las preguntas de la consulta pueden ser alterada.

Sea como fuere, en lo que Manuel Cruz no yerra es que la opción federalista no permite su expresión en la formulación actual. Sólo cabe un NO en la primera pregunta que no da pie a ningún matiz posterior ni tampoco, cosa a todas luces inadmisible, a una opción en la segunda pregunta (¿Dónde está la contradicción de esta formulación: yo no quiero que Cataluña sea un estado propio pero si así se decide no quiero que sea un estado desligado del resto de España?).

VII

En honor de Albert Einstein, un científico-filósofo que renunció por dos veces a la nacionalidad alemana aduciendo motivos político-sociales, un texto citado por otro gran filósofo y amante del saber científico y nada amante de los nacionalismos excluyentes, Francisco Fernández Buey, en su Albert Einstein. Ciencia y consciencia (Retratos del Viejo Topo, 2005): «El peor producto de la vida de rebaño es el sistema militar, plaga de la civilización que debería abolirse lo más rápidamente posible. Odio el culto al héroe, la violencia insensata y todo este repugnante absurdo que se conoce con el nombre de patriotismo. Tengo en tal alta consideración al género humano que ceo que este espantajo habría desaparecido hace mucho si los intereses políticos y comerciales que actúan a través de la enseñanza, no corrompiesen sistemáticamente el sentido común de las gentes.»

VIII

Una demostración (mejor: una ilustración) de esa España que explota permanentemente a Cataluña, según se firma en ponencias, artículos e incluso en nombres de congresos científicos, aparte de lo extendido sin descanso entre círculos independentistas y afines:

Para recordar lo sabido: las sociedades de inversión de capital variable (sicav), solo abonan el 1% de sus beneficios al fisco, siempre y cuando su capital esté en bolsa. Para construir una sicav se ha de disponer de un capital inicial de 2,4 millones de euros y contar con más de cien participantes (tarea no siempre imposible con hombres y mujeres de paja predispuestos a ellos). Tres ejemplos catalanes, molt catalanes:

El propietario de la transnacional de confección Mango, Isak Andic, ha llegado a controlar diez sicavs con un valor total de 574 millones.

El jugador de fútbol Gerard Piqué tampoco está alejado de la cultura evasora de impuestos (como su compañero Leo Messi por ejemplo). Constituyó una sicav, Kerad 3 Invest, con un capital inicial de 10 millones de euros.

¿Y la Iglesia católica, catalana, apostólica y romana? Pues también apuestan por lo mismo. Francat Inversiones, controlada por las clarisas franciscanas de Cataluña, tiene un patrimonio de unos 4 millones de euros. Ulls Nous (tan viejos por otra parte) es propiedad de las hermanas de la caridad de Sant Vicenç de Paul y tienen inversiones de 5,4 millones. Finanzas Quercus es, desde luego, la estrella del firmamento nacional-católico catalán: bajo control de los hospitalarios de Sant Joan de Déu llegó a tener en 2012 un patrimonio de 14,9 millones.

Resultados, todos ellos, de la explotación española a la marginada sociedad catalana.

IX

El nuevo proyecto de Ley de Cooperativas ha supuesto una sacudida para el sector. Tomo pie en una información de Clara Blanchar. No es imposible que haya más noticias sobre el tema en el momento en el que el lector/a lea estas línes.

El esperado texto ha dividido a las cooperativas entre partidarios que aplauden el texto (porque facilita la entrada de financiación externa) y contrarios que consideran que desvirtúa la base participativa y mercantiliza este modelo de cooperación.

En el lado crítico, la postura más radical es la que mantienen quienes recogen firmas para pedir la retirada del borrador. Entre ellos, la Xarxa d’Economia Solidaria (XES), Coop57. En el lado opuesto, «apoyo total» al proyecto, el Grupo Clade, que agrupa a La Fageda, Suara, Grup Cultura 03 o Abacus. En medio está la Federación de Cooperativas de Trabajo, que, en principio, les representa a todos ellos: 3.105 organizaciones donde trabajan 39.149 personas. La Federación también se muestra crítica con la nueva ley. El matiz: antes que pedir su retirada ¡apuesta por negociar a través de los grupos parlamentarios para conseguir que durante el trámite en la Cámara recoja sus aportaciones».

La Federación cuestiona algunos aspectos del proyecto. Por ejemplo, que se rebaje de tres a dos los socios necesarios para crear una cooperativa. Pide regular mejor la implicación de los socios colaboradores (los que aportan capital) en la organización. «Deben tener derecho a voto, socios que se impliquen. Si no, estamos ante alguien que se limita a conceder crédito sin conciencia. Cuando se da más importancia al capital que a la persona sí se desvirtúa el modelo, queremos capital con conciencia, no especulativo».

Desvirtúa el modelo, este es el punto. Tampoco está de acuerdo la Federación con la figura del administrador único que contempla el proyecto: la cultura empresarial cooperativa se basa en la implicación de los socios y en órganos de decisión colectiva. Es su esencia. También alerta «de la «ambigüedad» en la elección de los miembros del Consejo Rector, cómo éste puede sancionar las faltas cometidas por socios o de que la admisión de capital pueda no ser votada «inexcusablemente» en la asamblea.

Otro punto importante, el de los excedentes que generan las cooperativas. La Federación defiende mantener la dotación de los fondos de reserva obligatoria: ahora es del 30% y la ley prevé que pueda caer al 15%. Tampoco acepta, de ninguna de las maneras, la posible reducción del 10% al 5% los fondos para educación de los cooperativistas y promoción del modelo.

Raimon Gassiot, miembro, coordinador adjunto, de una de las cooperativas sociales más interesantes e importantes de Cataluña, Coop57, una de las cooperativas catalanas de referencia, se opone al proyecto de Ley de Cooperativas. Coop57 forma parte de la plataforma que pide su retirada. Gassiot pone el acento crítico en los «aspectos que alteran el concepto de cooperativa y tienden a asemejarse más a las empresas mercantiles. Son cuestiones muy concretas que afectan a aspectos muy sensibles del modelo cooperativo. Puede parecer semántico, pero en vez de poner el acento en la satisfacción de necesidades de los socios, lo pone en la oferta de bienes y servicios, confunde el medio de la cooperativa con su finalidad [preocupa] que la ley reduzca a la mínima expresión y que sean repartibles los fondos de reserva». Su razonable posición: cree que, aunque las novedades no son obligatorias, «marcarán la norma». «Quien no lo haga será la excepción, estoy convencido de que será la norma para las cooperativas de nueva constitución. Hubiera sido mejor fijar la norma y abrirla a excepción.»

X

Buen verano y una recomendación que no les decepcionará: Rafa Burgos, Crema catalana , Icaria, Barcelona, 2014.

Un pequeño fragmento, para ir saboreando la crema:

«En 2008, Heinrich Kieber, empleado del Liechtenstein Global Trust Group (LGT), facilitó a los servicios secretos alemanes, a cambio de cinco millones de euros, una lista de 5.828 evasores que poseían cerca de cinco mil millones de euros. Uno de los titulares de esta lista, en la que figuraban doscientas cuentas opacas de ciudadanos españoles, era Artur Mas Baret, padre del actual president de la Generalitat de Catalunya y de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), Artur Mas Gavarró. La cuenta estaba a su nombre desde hacia veinticuatro años. El importe ingresado era de dos millones de euros, y el fraude, de 823.262. El beneficiario de esta cuenta en 2002, era el mismo Artur Mas hijo, entonces conseller de Economia i Finances. En 2009, Hacienda exigió a sesenta y siete de estos titulares que regularizasen su situación. Solo el 20% lo hizo. Otros catalanes ilustres que figuraban en la lista eran el empresario del sector náutico Luis Garí Sentmenar (7,98 millones de euros), el del sector químico Josep Bas Puig (4,2 millones), el de decoaración Jaume Graells Coll (1,2 millones), el auditor vinculado al sector editorial Jorge Serra Murtra (313.442 euros) y el arquitecto Alfredo Arribas (311.471 euros).

Hay ejemplos de evasión fiscal de similares características en los años cincuenta del siglo XX -en pleno franquismo- cuando algunos ilustres apellidos catalanes aparecieron relacionados con cuentas en Suiza.»

Otro ejemplo de realismo político-económico de la mejor tradición:

«Las torres que se alzan en el número 621 de la avenida Diagonal de Barcelona son el símbolo del poder. Nada se mueve en Cataluña (y más allá) sin el correspondiente consentimiento estelar de La Caixa».

En ese número de Diagonal, la antigua avenida del Generalísimo Franco, trabajaba y creo que sigue trabajando, la infanta Cristina, la hermana del Rey, la esposa de don Iñaki Urdangarin

(Extraño es de todos modos el siguiente paso de la presentación del libro escrita por Santiago Vidal Marsal, magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona, redactor de un proyecto de Constitución para Cataluña:

«Que no se confunda el lector: no estoy defendiendo la supresión de las clases sociales, pues desde el fracaso del comunismo admito que nuestra sociedad se rige por criterios materialistas que potencian el deseo de escalar posiciones. Y seguramente es lícito que quien más se esfuerza y mejor hace su trabajo obtenga mayores beneficios. La ambición no es mala en sí misma ni se limita a un honesto deseo de mejorar. Lo preocupante es que demasiada gente está dispuesta a olvidar que hay determinados valores que no son de ninguna manera prescindibles».

¿No defiende la supresión de las clases sociales? ¿Defiende entonces su existencia en versión más humana? ¿De qué fracaso del comunismo habla el juez Santiago? ¿Criterios materialistas por economicistas? ¿Admitir el deseo de escalar posiciones sin límites? ¿Lícito que quien más se esfuerza y mejor hace su trabajo obtenga más beneficios? ¿Pero esto no es la cantinela mil veces repetida de la cosmovisión capitalista? ¿La ambición no es mala en sí misma? ¿Qué valores no son de ninguna manera prescindibles?).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.