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Objetivo: destruir la economía libanesa

Fuentes: SODEPAZ

El gobierno libanés estima que los daños económicos de la agresión israelí suman ya 2.100 millones de eurosAdemás de destacar las más de 900 víctimas mortales provocadas por los bombardeos indiscriminados, un tercio de las cuales son niños y niñas, se merece una breve reflexión otro aspecto que explicaría la rabia ciega y el furor […]

El gobierno libanés estima que los daños económicos de la agresión israelí suman ya 2.100 millones de euros

Además de destacar las más de 900 víctimas mortales provocadas por los bombardeos indiscriminados, un tercio de las cuales son niños y niñas, se merece una breve reflexión otro aspecto que explicaría la rabia ciega y el furor con que Israel se ensaña en este conflicto: la economía libanesa y cómo destruir un competidor.

Ante la imposibilidad, cada día más palpable, de conseguir una victoria militar, el ejército israelí está realizando una masiva operación de «terror aéreo» orientada a destruir la economía libanesa y provocar enfrentamientos entre los diversos sectores del pueblo libanés. Las estimaciones coinciden -a pesar de que el mando israelí no informa de sus muertos- en que sus tropas ya han perdido más de 50 soldados y sus heridos suman decenas, sin conseguir su objetivo de destruir la capacidad operativa de Hezbolláh.

El gobierno libanés estimaba hace unos días que los daños económicos de la agresión israelí sumaban ya 2.100 millones de euros, lo que representa un 12% de su Producto Interior Bruto anual. Según Emile Lahud, presidente del Líbano «(..) Israel no desea un Líbano prospero. Cada vez que nos va bien nos ponen patas arriba. Les haríamos competencia.» Muchos economistas afirman que se necesitarán unos 4.200 millones de euros y varios años para reconstruir la infraestructura destruida.

En una publicación del 17 de julio, titulada «Líbano desafía la gravedad» del FMI, los autores se congratulaban de la buena marcha de la economía libanesa, pese a la enorme deuda externa. Cuando la publicación llegó a la calle, hacía días que el aeropuerto de Líbano había sido atacado por la aviación israelí, así como el puerto y otras infraestructuras vitales para la economía. El ministro de finanzas libanés, Yihad Azur, rebajó las previsiones de crecimiento para 2006 de un 6% a un 3%.

La aviación israelí bombardea puentes, carreteras, plantas eléctricas, puertos y silos, al igual que torres de transmisión de televisión y redes de teléfonos celulares. Una de las más recientes masacres se ha producido al atacar a trabajadores agrícolas en un granja mientras recogían fruta cerca de la frontera con Siria, en la localidad de Qaa.

Israel destruyó tres pistas del aeropuerto internacional de Beirut, obligando al cierre de sus instalaciones e impuso un bloqueo a los principales puertos marítimos del país.

Los sectores más afectados por la agresión son las infraestructuras, que han dejado a Beirut aislado y buena parte de las ciudades sin electricidad ni agua potable, y el turismo, sector que contribuye con un 12% al PIB total del país. El Líbano esperaba este año un total de 1,6 millones de turistas –cifra récord, la mejor en 30 años – junto a 2.500 millones de euros que se calculaba iban a gastar y, en cambio, solo hubo seis meses y medio de temporada turística, antes de los ataques. El daño al sector turístico tiene un carácter permanente. Se han provocado derrames de petróleo en las costas de más de 15.000 toneladas, resultado del bombardeo de los depósitos de petróleo de la central eléctrica de Jiyé, al sur de Beirut, el pasado 14 de julio, que han provocado uno de los mayores desastres ecológicos del Mediterráneo. La mancha de crudo es de un tamaño similar a la que dejó el Erika en las costas francesas y españolas hace un par de años y el coste de la limpieza de las playas se estima superiror a 50 millones de euros.

Los observadores, corresponsales y testigos citados por agencias, dan cuenta de que el país está destruido, sin luz, sin agua, con carreteras cortadas, con puentes destruidos, medio ambiente afectado por los explosivos, la gente huyendo desesperada, en tanto que Beirut, la capital, se encuentra aislada, con sectores demolidos, a oscuras, y con decenas de cadáveres sepultados bajo los escombros.

Cientos de miles de personas se han visto obligadas desplazarse de sus hogares. Naciones Unidas estima que más de 700.000 personas han huido de sus hogares y más de 200.000 personas han cruzado la frontera hacia Siria. Cifras que aumentarán a medida que la crisis se alargue. Consecuencia de esta crisis humanitaria, será la hipoteca de la reconstrucción futura del país y de los fondos que se puedan obtener para la misma, como pueden ser los 1.300 millones de euros donados por Arabia Saudita recientemente.

Todo esto sucede bajo la inoperancia europea, la parálisis de Naciones Unidas y la supervisión de los EE.UU., como describe Thierry Meyssan en la Red Voltaire: «Para ser más precisos aún, el plan de destrucción del Líbano fue sometido por el ejército israelí a la administración Bush hace ya poco más de un año, como reveló el San Francisco Chronicle. Ese plan fue objeto de discusiones políticas, el 17 y el 18 de junio de 2006 en Beaver Creek, durante el Foro Mundial que el American Enterprise Institute organiza todos los años. Benjamin Netanyahu y Dick Cheney lo discutieron ampliamente junto a Richard Perle y Nathan Sharansky».

Fuentes: FMI Boletín Red Voltaire, ACNUR, Cinco Dias, El País, Dilitio

Video: July War 2006 (Beirut, Lebanon) http://www.sodepaz.net/modules.php?name=News&file=article&sid=3567