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Observaciones sobre el Islam de Obama

Fuentes: Rebelión

En líneas generales, el discurso del presidente Obama en El Cairo, si por un lado anunciaba el regreso a la política tradicional de alianzas de EEUU con la derecha religiosa, por otro, recogía las directrices del segundo mandato de Bush respecto a Oriente Medio. En dicho marco, podemos resaltar los siguientes puntos: 1.Que el intento […]

En líneas generales, el discurso del presidente Obama en El Cairo, si por un lado anunciaba el regreso a la política tradicional de alianzas de EEUU con la derecha religiosa, por otro, recogía las directrices del segundo mandato de Bush respecto a Oriente Medio.

En dicho marco, podemos resaltar los siguientes puntos:

1.Que el intento de acercarse al llamado mundo musulmán es una respuesta al fracaso parcial de la política exterior de EEUU respecto a Irak, Afganistán, Irán y Palestina, pero también a la búsqueda de alianzas, conforme a las exigencias de la actual agenda de Washington que da prioridad a la contención del avance de China y Rusia en Asia y África. Al igual que durante la Guerra Fría, un EEUU cristiano pide la cooperación de los gobiernos e instituciones religiosas para luchar contra los ateos. Positiva experiencia, ya que a través de la ultraderecha cristiano-musulmana consiguió golpear el bloque socialista desde Afganistán hasta Polonia, mientras desacreditaba a los «teólogos de liberación».

Hoy, no se les cae la cara de vergüenza al confesar su participación en la creación de los grupos terroristas como Al Qaeda y Talibán.

Para este objetivo, Obama ha necesitado reformar la seudo doctrina de Choque de civilizaciones de Huntington. Confeccionada para justificar las guerras de Bush, y en ella se advertía del peligro de un pacto entre las «civilizaciones» budistas, musulmanes y ortodoxos, – o sea, entre China, el mundo islámico y Rusia- contra EEUU, el máximo representante de la civilización judeo- cristiana. Ahora, Obama incluye al Islam dentro del bloque de amigos del imperio para reducir a sus enemigos infieles.

2. El que Obama eligiera una universidad teológica, y no una científica para lanzar su discurso, es una de las manifestaciones de su intento de mantener la religión como actor político en Oriente Medio, en perjuicio de las fuerzas seculares y progresista, duramente discriminadas y perseguidas.

3. Su insistente referencia al respeto a la libertad religiosa, y rehusar a exigirlo en el terreno político y social, tenía el objetivo de no herir a los dictadores amigos -jeques, sultans caudillos-, que aplastan con total impunidad los mínimos derechos humanos. Claro que el señor Obama no podía pedir la suspensión de la Ley de Emergencia Nacional que impera en Egipto desde 1981, mientras en su propio país mantiene el Patriot Act en función desde la oscura era de Bush.

¿Podría EEUU utilizar y saquear un país y sus recursos a su antojo, teniendo aquellos cuidadnos libertades políticas y el derecho a reclamar su soberanía sobre sus riquezas?

4. Si la separación entre el Estado y la religión es uno del primeros pasos para sentar las bases de un Estado democrático, y el Occidente afirma que sufre las consecuencias del protagonismo del Islam en la escena pública, ¿Por qué tras derrocar los gobiernos laicos de Irak y de Afganistán, Washington ha implantado en su lugar gobiernos islamistas?

5. El presidente Obama, igual que la Administración Bush, confunde la opinión publica al presentar los conflictos mundiales, -que se libran por el control sobre los recursos-, como disputas de carácter religioso, ocultando, de paso, la naturaleza clasistas de los mismos. Sin duda, una herramienta estéril para explicar la alianza sagrada entre los reyes saudís, fundamentalistas islámicos, con Bush y su equipo, fundamentalistas cristianos, para destruir a un musulmán árabe como Saddam Husein, o el apoyo de Mubarak a la última agresión israelí contra los palestinos de Gaza.

6. La elección de Egipto para lanzar este discurso, obedecía a los intereses de EEUU: se trata de uno de sus principales aliados, y es el país árabe que ha firmado la paz con Israel. Nada importaba que el presidente-caudillo, Hosni Mubarak, sea uno de los tiranos más déspotas de la zona. Podría haber elegido Indonesia, mayor país musulmán del mundo, con instituciones democráticas, y elecciones regulares.

7. El Presidente, al puro estilo de los fundamentalistas, puso la fecha de la civilización de los pueblos de Oriente Medio en el nacimiento del Islam, borrando de un manotazo la milenaria historia pre islámica de los persas, babilonios, kurdos o egipcios, cunas de la civilización humana, negándoles una identidad étnica propia desligada de su religión.

8. Considerar a Arabia o Egipto, como países

«moderados», ha sido el colmo. Claro que los adjetivos que reparte el mandatario estadounidense cobran sentido en relación a los intereses de su gobierno. Quienes no se sometan, sin ser musulmanes, como Evo Morales, llevarán la etiqueta de «radicales»

9. Obama justifica la ocupación de Afganistán con el 11s, como si la presencia de una banda terrorista en un país fuese motivo de su bombardeo y ocupación! Claro que cuesta mantener la sonrisa y confesar que han vulnerado la soberanía de un país miembro de la ONU, por su importancia geoestratégica.

10. Es obvio que hasta que Washington y sus aliados fabriquen otro enemigo, tirarán del carro de Al Qaeda -que con Obama ha sustituido al «terrorismo islámico» de Bush. Así mientras lo combaten, ocuparán las más codiciosos del planeta.

11. El «enorme trauma» que sufrió el presidente de EEUU por la muerte de cerca de 3 mil personas en aquellos atentados, no lo sufre, ni como persona humana ni mucho menos como miembro de la elite gobernante de su país, por la destrucción de la vida de cerca de 50 millones de personas solo en Irak y en Afganistán, matando bajo los bombardeos a decenas de miles de sus gentes, torturándoles a cientos, dejando a millones de viudas y huérfanos, y todo eso sin pagarles ninguna indemnización ni siquiera pedir el perdón. De Nuevo, la macabra idea xenófoba de vidas con distintos valores.

12. Respecto al conflicto palestino israelí, sin reconocer la responsabilidad de su país por apoyar a los causantes de la tragedia palestina, ni una palabra sobre la devolución de las tierras ocupadas y anexionadas ilegalmente por Israel. Más perverso, el compadecimiento del Presidente hacia los palestinos por su «búsqueda de una patria». Será la primera vez, creo, que alguien niega que palestinos han tenido una patria desde hace miles de años, y que han sido expulsados de ella, con el apoyo del Occidente, y a lo largo de un proceso de limpieza étnica. Tampoco mencionó la política de Apartheid aplicada por Tel Avive a los ciudadanos árabes, ni el bloqueo genocida a Gaza. Señor Obama se emociona al recordar el terror que sufren los niños hebreos con el ruido de los misiles inocuos palestinos, mientras se muestra insensible hacia la muerte de cientos de niños de este pueblo, masacrados por las armas sofisticadas israelíes, algunas incluso prohibidas.

13. El presidente si por un lado se queda sin la autoridad moral para mediar en este conflicto, tomando partido en favor de su aliado, por otro se equivoca si piensa que complaciendo a los mandatarios fantoches árabes, neutralizará la lucha de sus pueblos por la justicia y libertad.

14. En cuanto a Irán, dentro de su estrategia de formar un frente unido árabe contra este país, Obama, al querer referirse al Golfo Purisco, omitió el adjetivo Pérsico, satisfaciendo de esta manera a sus aliados árabes que pretenden cambiar el nombre de una de las más antiguas referencias y geográficas del mundo, en un intento de reducir la influencia iraní en la región. De paso, retomó la acusación sin fondo de Israel y su antecesor Bush, sobre las armas nucleares de Irán, ignorando el informe de los servicios de inteligencia a de su país, publicado en 2007, que reconcomería la inexistencia de tales programas militares. Está claro que la preocupación de Obama por las mencionadas armas no incluye, como de costumbre, al arsenal ilegal y existente de Israel, el único que posee estos hongos mortíferos en Oriente Medio.

*«Todo orden mundial que eleve a una nación o grupo de personas sobre otro fracasará inevitablemente», es de lo poco que se puede rescatar de su discurso y sus planes para mantener la hegemonía mundial de EEUU sobre el palneta, a toda costa.