Recomiendo:
0

Cronopiando

Otro tren que pierde España

Fuentes: Rebelión

Ilustración J. Kalvellido

El Estado español está dejando escapar todos los trenes. Se le acaba de ir otro. La legalización de SORTU hubiera sido una muy buena noticia para consolidar la normalización de la vida en el País Vasco y dejar sin argumentos la denostada violencia, pero como si le fuera imprescindible, lejos de contribuir a la paz, los mismos que ayer propusieran a la sociedad vasca elegir entre «bombas o votos» hoy le cierran la vía democrática.

Antes habían dejado partir otros trenes que, igualmente, habrían ayudado a su pretendido anhelo de hacer posible la paz. Al Estado español le hubiera bastado con respetar sus propias leyes penitenciarias y poner fin a la inhumana dispersión de presos vascos para establecer siquiera un punto de encuentro con una sociedad vasca que, además, debe asistir a la fiesta de la impunidad con que se recompensa el terrorismo cuando se ejecuta en nombre del Estado. Entre los pocos que fueron juzgados por los asesinatos del GAL, para no mencionar otros crímenes con el mismo sello, y los aún menos que fueron condenados, hace ya tiempo que nadie guarda prisión. Sus víctimas ni siquiera disfrutan del reconocimiento como tales.

Persiste la tortura, la más execrable de todas las violencias, a pesar de las reiteradas denuncias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos; son condenados a penas de cárcel dirigentes políticos como Arnaldo Otegi por el «delito» de opinar, no obstante el repudio del mismo tribunal europeo; se cierran medios de comunicación y se encarcela a periodistas…

La buena nueva para quienes creemos en la independencia y en el socialismo es que cuantos más trenes pierde España, más cerca queda nuestra estación.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.