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Entrevista con el escultor y documentalista Nida Sinnokrot

Palestina Blues

Fuentes: Rebelión

PALESTINE BLUES Por: Un grupo de campesinos que luchan contra las autoridades por la pretensión de éstas de apropiarse de su tierra, fuentes de agua y cosechas, con el argumento que obstaculizan la construcción de un muro de seguridad, sin embargo los granjeros sospechan que es sólo una excusa para robarles. Todo se inicia con […]

PALESTINE BLUES

Por:

Un grupo de campesinos que luchan contra las autoridades por la pretensión de éstas de apropiarse de su tierra, fuentes de agua y cosechas, con el argumento que obstaculizan la construcción de un muro de seguridad, sin embargo los granjeros sospechan que es sólo una excusa para robarles. Todo se inicia con la persecución de unos tanques a un grupo de civiles que se manifiesta pacíficamente por el asesinato de una pacifista – Rachel Corrie – aplastada por un bulldozer Caterpillar, cuando la joven intentaba impedir que la máquina, por orden del gobierno de ocupación, demoliera por enésima vez una vivienda de una familia nativa. Se aprecian seres humanos huyendo y a ratos enfrentándose inútilmente contra monstruosas máquinas de acero, que en movimiento lanzan ruidos en forma de alaridos infernales, dejando además a su paso una estela de gas lacrimógeno y a ratos también descargas de proyectiles de todo tipo, contra personas que simplemente gritan o permanecen de pie. Diría que son tanques, pero en realidad son gigantescos módulos de acero, pareciera destinados a amedrentar incluso con su fisonomía. Es difícil no establecer una comparación entre la dramática situación cotidiana que se expone, demoledoramente actual y real, con las habituales cargas de la policía o de militares contra manifestantes, tan corrientes en tiempos de alguna dictadura militar latinoamericana, sin embargo, esto es diferente. La macabra selectividad de una dictadura estándar, que causa terror entre los disidentes, no desaparece acá sino se amplifica a una especie de terror global, donde los niños, mujeres y ancianos pueden ser objetivo militar, tanto como el más comprometido militante armado. Es el retrato fílmico de la vida cotidiana en la Palestina ocupada, narrada por el escultor palestino-estadounidense Nida Sinnokrot.

A propósito de la presentación de su filme en el Festival Internacional de Cine de Santiago de Chile, conversamos con Sinnokrot sobre lo que en sus palabras pretendió ser el seguimiento de la lucha de un grupo de humildes granjeros, por el agua y la tierra, y la pretensión de arrebatárselos.

En la presentación del film tu dices que fuiste a Palestina a hacer algo y te encontraste con el muro…por qué ese cambio de planes? Qué pensaste cuando lo viste?

La verdad que soy escultor, recibí una beca de la fundación Rockefeller para hacer una instalación, una pieza de arte, acerca de los puntos de chequeo (checking points) en la ribera occidental (west bank), pero al mismo tiempo yo sentía que tenia que hacer algo más didáctico en mi trabajo, porque mi trabajo va más por el lado de las emociones, de las sensaciones, es fenomenológico, no es didáctico. Así que en paralelo estaba haciendo una investigación sobre las políticas israelíes sobre el agua subterránea, el acuífero subterráneo, que conecta Palestina con Israel, porque estaba buscando la manera de hablar o de abordar el conflicto árabe-israelí sin tener que hablar sobre nacionalidades o religión, sin tener que hablar en términos de árabe, israelí, cristiano, musulmán; sin la carga de todo el peso histórico que tiende a ennegrecer el tema…

¿Entonces no habías hecho filmes previamente?

Bueno, había hecho algunos, pero como instalaciones. Por ejemplo, había hecho filmes que se mueven en el espacio en relación a tu cuerpo, algo bastante visceral. E iba a hacer uno sobre lo que se siente atravesar un punto de chequeo, y otro sobre la búsqueda de agua, para un film a futuro. Así que cada mañana me levantaba y filmaba el punto de chequeo, el cruce, para mi instalación.

¿Y no tenías problemas al hacerlo?

Es que bueno, y usaba una cámara escondida, con un orificio en mi mochila.

No, yo me refiero a problemas contigo, un palestinoestadounidense en un punto de chequeo israelí.

En el año que yo estaba, Israel no había implementado esta nueva política que restringe aún más el movimiento. En el año que hice esto yo tenía una visa de 3 meses. Cada día cruzaba el punto de chequeo y luego iba con un amigo mío que es hidrólogo a explorar las áreas…los pueblos que tienen bastante agua subterránea y creo que el tercer pueblo al que fui era Jayyous el pueblo que sale en mi película.

Poco después de mi primera visita, recibieron órdenes de confiscación del ejército israelí, avisándoles que sus tierras serían rodeadas para la construcción del muro. En ese momento cambio mi propósito y aunque no sabía realmente como hacer una película, tomé un acercamiento intuitivo y empecé a documentar lo que veía.

A través de mi investigación, descubrí que Israel tenía intenciones previas con el agua, que siempre se había considerado una causa de guerra, (casus beli) el agua como seguridad para Israel, y ha habido planes desde fines de los ochenta que muestran fronteras potenciales para Israel que incluyen todo el acuífero, y el trazado de la muralla, es idéntico al contorno del acuífero.

Como documentalista, como equilibras la tensión que surge entre destacar un mensaje y la perspectiva artística

Es una pregunta interesante. Poco después que empecé a documentar lo que estaba viendo, me di cuenta que Palestina está bifurcada, separada en pequeños cantones como en Sudáfrica, los pueblos palestinos están separados por caminos que son solamente para judíos, los palestinos no pueden usarlos, o bien por puntos de chequeo que no puedes cruzar a menos que tengas la identificación apropiada, porque los palestinos no tienen pasaportes, no hay tal cosa como un pasaporte palestino, lo que tienen son carnets que emite Israel, lo que se asemeja a lo que hacía Sudáfrica en los tiempos del apartheid, y por asentamientos, que están construidos como cantones, que separan una parte de la ribera oeste de Gaza.

Así que me di cuenta que los granjeros palestinos a los que estaba filmando, nunca iban a poder llegar a una galería de arte a ver mi trabajo y en cambio una documental, quizás, podía llegar a más personas y llegar a superar estos obstáculos.

Pero necesitaba negociar mi punto de vista artístico con la idea de contar una historia, y personalmente intenté un trabajo que subvirtiera la estructura narrativa, porque pienso que hay una forma respecto de cómo uno hace una historia, y realmente quería evitar la manera en que se cuenta generalmente el conflicto árabe-israelí, así que encontré una manera al editar el filme para decir la historia con una estructura que era alternativa. Comencé con la típica estructura estadounidense de 3 partes -desarrollo, climax y desenlace – y de ahí empecé a extractar información, extractar, comprimir hasta subvertir la estructura, y entonces usando algo del film que había grabado para la pieza de instalación, opté por filmar una parte con una cámara recostada, que es muy desorientadora y te da una sensación de malestar que trata de reproducir lo que se siente llegar a un punto de chequeo. Y los puse todos juntos en el film.

En el comienzo de la película tu hablas de Rachel Corrie. Cuál es la reacción en la sociedad estadounidense con eso? Se ha exhibido en los EEUU?

No, aún no he mostrado la película allá, se ha visto en un par de lugares, pero no más. Yo empiezo la cinta con Rachel pensando que atraería la atención de la sociedad estadounidense, que atraería la atención. Por un lado. Por otro lado, estructuralmente funciona muy bien porque da a entender de inmediato lo que se está jugando (o de lo que se trata del documental) y entonces regresamos en el tiempo, comienzo con el final de mi viaje que es cuando Rachel muere. Y poco después unos periodistas fueron asesinados. Activistas civiles internacionales. Poco después comprendí que Rachel Corrie no captaba la atención ni los corazones de la mayoría de los estadounidenses, ella era mirada como miraban a John Walker, que es un americano capturado en Afganistán y que era talibán. A ella se le muestra en esa misma luz, como alguien que no debería haber estado ahí, alguien que estaba del lado del enemigo. Filmes sobre ella han tenido mala recepción en los EEUU les ha ido mejor en UK. Pero yo estaba interesado en llegar a la sociedad estadounidense, he vivido ahí por muchos años, por eso incluí los blues como música de fondo, para hacer un paralelo con el tema del movimiento de los derechos civiles. Porque una de las cosas más importantes con mi filme es no hacerlo una cosa local, no es un conflicto entre palestinos e israelíes, es un conflicto entre granjeros y aquellos que quieren quitarles sus recursos, lo que es universal. Así que no uso mapas para localizar el lugar, trato de mantener la historia abierta, creo que los mapuches en Chile han tenido el mismo problemas, en India, en China, estos conflictos ocurren en los países y creo que es muy importante verlo así y no como algo con la carga histórica del conflicto palestino israelí, es una historia muy simple.

Empezaste tu documental en el 2002 ¿cuándo lo terminaste?

Lo empecé el 2002 y lo terminé 6 meses y medio después. Empezando con la construcción de la pared, y terminando poco después de la muerte de Rachel Corrie en el 2003.

Qué reacciones has recogido en otras partes del mundo?

La reacción ha sido muy positiva, predominantemente positiva, pero al mismo tiempo el film sólo se ha exhibido en festivales, y el tipo de gente que va a esos festivales es como de cierto perfil: les gusta mantenerse informados, son abiertos de mente, etc. No he sido capaz de ponerlo en TV en los Estados Unidos por ejemplo, porque siento que allá no van a mostrar una historia Palestina. En Estados Unidos si muestras algo con palestinos tienes que tener también un espacio equivalente para mostrar el lado israelí, y de hecho algunos me han dicho eso, por qué no cubriste el punto de vista israelí, me decían. Pero yo soy palestino, la historia es sobre Palestina, y los palestinos existimos, tenemos nuestra propia identidad, y tenemos el derecho de contar nuestras propias historias…aunque no tengamos nuestros propios pasaportes. A propósito sin mi pasaporte de estadounidense no habría sido capaz de hacer esto.

Palestine Blues,

Director: Nida Sinnokrot 72 minutos, video.

El filme ha sido seleccionado en la muestra oficial del Underground Festival Film New York, Underground Festival Film Chicago y premiado como mejor realización New Orleáns Internacional Human Rights Festival, Mejor documental en el Euro-Arab Festival y mejor primera realización en el Docusur Internacional Film Festival