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Argentina, Brasil y Uruguay reconocen el Estado palestino

Palestina como Estado: preguntas pendientes

Fuentes: Rebelión

Es digno de celebración el anuncio del gobierno argentino que reconoce al Estado Palestino en el marco de las fronteras existentes previas a la «Guerra de los Seis Días» de 1967. Este reconocimiento otorgado también pocos días antes por Brasil y Uruguay fortalece la posición negociadora de un pueblo que hace largas décadas lucha heroicamente […]

Es digno de celebración el anuncio del gobierno argentino que reconoce al Estado Palestino en el marco de las fronteras existentes previas a la «Guerra de los Seis Días» de 1967. Este reconocimiento otorgado también pocos días antes por Brasil y Uruguay fortalece la posición negociadora de un pueblo que hace largas décadas lucha heroicamente por construir su Estado.

No obstante será preciso trascender el plano de lo enunciativo y diseñar una política exterior regional, del Mercosur, si es que se quiere facilitar la concreción de los anhelos de los palestinos. Pero hay una preocupante paradoja: Uruguay, Brasil y Argentina reconocieron al Estado de Palestina abriendo las puertas al establecimiento de relaciones diplomáticas al más alto nivel pero, salvo Argentina, también ratificaron el Tratado de Libre Comercio con Israel. Esta ambigüedad suscita razonables dudas acerca de la eficacia práctica del reconocimiento del Estado Palestino. Estas dos posturas no necesariamente son contradictorias pero su armonización no va a resultar para nada sencilla.

Así como es positivo que el Mercosur se haya manifestado en esta materia sería deseable que también lo hiciera la UNASUR, adoptando una clara postura a favor de un Estado Palestino «libre e independiente» impulsando medidas conducentes a evitar que tan feliz pronunciamiento se quede en el plano de la retórica y no contribuya a fortalecer la viabilidad del nuevo Estado Palestino. Porque, ¿qué caso tendría celebrar este reconocimiento y su representación en los organismos internacionales con estatus de Estado de Palestina -y ya no como entidad política (Autoridad Nacional Palestina) con representación desde la OLP (Organización para la Liberación de Palestina)- en ausencia de un claro compromiso con el desarrollo de la economía, el bienestar y la dignidad de la nación palestina y sin que ese Estado pueda disponer de las atribuciones indispensables para ejercer la soberanía sobre su propio territorio, cosa que en este momento no existe debido a la interferencia de Israel? Ni la Corte Internacional de Justicia de La Haya -con facultades consultivas y no resolutivas- ni la ONU han podido hasta ahora garantizar tal elemental atributo, por lo cual será imprescindible tratar de hacerlo desde otros bloques regionales como el Mercosur y la UNASUR. No es un dato menor que la misma ONU, que declaró la partición histórica de Palestina en 1947, sólo haya reconocido a Israel como Estado y no a Palestina. La ONU desde sus diferentes cuerpos ha emitido una serie de resoluciones (Nº 181 de 1947; 242 de 1967; 338 de 1973) sobre el tema que son constantemente violadas sin que existan penalizaciones para los responsables. Naciones Unidas reconoció, en 1974, a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como entidad representativa del pueblo palestino, pero no como Estado, y tampoco ha reconocido a la Autoridad Nacional Palestina con rango de Estado, aún después de los cuestionables y polémicos Acuerdos de Paz de Oslo de 1993. La ONU instituyó un Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino (Res. 32/40 B, 1977) pero demostró ser incapaz para detener el avance del oprobioso muro que está construyendo Israel, o resolver la desesperante situación de casi cuatro millones de refugiados producto de la Ocupación. La solidaridad internacional debe traducirse en hechos, no en celebraciones. En este sentido el movimiento internacional de «Boicot, Desinversión y Sanciones al Estado de Israel», que auspicia desde 2005 la adopción de diversas sanciones para quienes incumplan cualquier resolución de la ONU, debería ser tomada en cuenta por los gobiernos del Mercosur y la UNASUR a la hora de garantizar el efectivo respeto a la autodeterminación de los palestinos. De lo contrario, su reconocimiento sería un gesto retórico privado de toda eficacia práctica.

 

* La autora es Historiadora, docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Sede Trelew. CONICET.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.