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Palestina y la pelota invisible

Fuentes: Rebelión

El juego que no termina, la pelota que no se ve, un juego en la tercera fase o en la quinta dimensión. Invisibilidad de algo tan tangible como las montañas de Jerusalén, pero nadie acierta a dar a la pelota. Palestina está en la incertidumbre de su futuro que no se vislumbra y los jugadores […]

El juego que no termina, la pelota que no se ve, un juego en la tercera fase o en la quinta dimensión. Invisibilidad de algo tan tangible como las montañas de Jerusalén, pero nadie acierta a dar a la pelota. Palestina está en la incertidumbre de su futuro que no se vislumbra y los jugadores de la política mundial, hacen que salen al campo para completar la farsa.

¿Está este verano 2016 siendo para la causa palestina de un compás de espera? Tal vez las elecciones de EEUU, o tal vez las iniciativas de Rusia, o tal vez las elecciones municipales palestinas… algo así como que no se sabe el diagnóstico exacto del paciente. ¿Acaso la causa palestina está en la unidad de cuidados intensivos, o en coma inducido? Muchas preguntas que nos deja este verano después de las últimas amenazas y amagos de agresiones sionistas a Gaza.

Nada nuevo en el horizonte aparte del continuo plan expansionista del colonialismo sionista en los territorios ocupados. Un plan que está siendo denunciado un día sí y otro también por la ONU y muchas más estancias internacionales. Pero a pesar de las leyes internacionales y las resoluciones de la ONU, estas son un espejismo para el criminal Netanyahu que dice en un comunicado: «Los obstáculos (para la paz) son los inacabables intentos de negar la conexión del pueblo judío con partes de su tierra histórica y el rechazo obstinado a reconocer que no son extranjeros allí«.

Mucho bla… bla… bla hemos leído este verano a los sionistas, algunos con mucho miedo de que su Estado sionista vaya a pique; ejemplos: El exjefe de espionaje (Mosad) Tamir Pardo afirmó que «la peor amenaza para Israel en estos momentos no es Irán sino el peligro de que se produzca una guerra civil, por la creciente polarización de la sociedad israelí«. Shlomo Ben-Ami, exministro de Asuntos Exteriores y exembajador en España, desde su miedo a perder los apoyos de EEUU al Estado infame llamado «Israel», se despacha a gusto contra el gobierno de Netanyahu. Este sionista desde hace mucho tiempo, juega al escondite en las galerías del palacio de papel de una socialdemocracia desvanecida, dice: «Al ignorar la protesta de la opinión pública europea en contra de su política palestina, el Gobierno de Israel ha perdido definitivamente el respaldo de Europa. Ahora su ciudadela, alguna vez invulnerable en Estados Unidos, está bajo amenaza. Con certeza debe darse cuenta de que ignorar este desafío equivaldría a saltar al vacío«.

En todo esto no podemos olvidar los saltos al vacío que los políticos palestinos hacen a diario, instalados ellos en la indefinición y en dejar pasar el tiempo, creen que el cielo llueve soluciones, algunos incluso creen en su propia reencarnación, como eternos en la tierra. La mayoría de ellos son ya ancianos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.