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Entrevista a Martín A. Martinelli, docente-investigador

«Para comprender Palestina hay que conocer las raíces históricas del conflicto»

Fuentes: Revista Útimo Round

-¿Dónde y cuándo surgen los «palestinos»? -La idea del nacionalismo árabe nace en la época otomana como reacción al dominio de este imperio. Las raíces del movimiento fueron laicas e insistían en sus lazos históricos y culturales, de aquí se derivan los países actuales de Egipto, Siria, Irak, Jordania y los palestinos entre otros. La […]

-¿Dónde y cuándo surgen los «palestinos»?

-La idea del nacionalismo árabe nace en la época otomana como reacción al dominio de este imperio. Las raíces del movimiento fueron laicas e insistían en sus lazos históricos y culturales, de aquí se derivan los países actuales de Egipto, Siria, Irak, Jordania y los palestinos entre otros. La diferencia con el caso de los palestinos es que el sionismo europeo creó un Estado israelí-judío en el mismo territorio en que ellos pretendían administrar su Estado.

-¿Cómo se conforma esta identidad?

-Las identidades transnacionales del panarabismo y del panislamismo influyen sobre la conformación de la identidad palestina. De esta manera, la identidad palestina se encuentra dentro del mundo árabe e islámico: es de base étnico-cultural árabe y social-religiosa islámica. Los palestinos son árabes y, en su gran mayoría, musulmanes. La religión en este caso debe ser entendida como parte del patrimonio cultural. Los palestinos buscan consolidar un Estado que los represente.

-¿Qué influencia tuvieron las potencias coloniales de principio de siglo XX?

-Luego de la primera guerra mundial las potencias coloniales incumplieron su promesa de ayudar a la independencia de estos pueblos del dominio otomano. En esa época los palestinos se manifiestan como identidad particular, se proclaman más que nada desde el fin de la primera guerra mundial, aunque esto se venía desarrollando de diferentes maneras entre la población ya que compartían la misma tierra y cultura desde hacía tiempo. Comenzaron teniendo un sentido primero de identificación con su ciudad, luego con su región y por último con Palestina como un todo, similar a otros tantos casos de identidad nacional. Los palestinos lucharon contra el legado otomano, la autoridad mandataria británica y la colonización sionista. Y pasaron por diferentes dificultades para poder conseguir su Estado; su caso tiene similitudes, por ejemplo, con el de los kurdos y los armenios, de los cuales hasta el momento, solo los armenios lograron tener un Estado independiente.

-¿Cuándo comienza el conflicto con los judíos asentados en Palestina?

-Este conflicto moderno tiene su inicio a partir de finales del siglo XIX (1881) con motivo de las migraciones de judíos europeos (aliya en hebreo) de diferentes nacionalidades hacia la región de Palestina, que en esos momentos estaba bajo el Imperio Otomano con una división administrativa en «provincias», ya que previamente los palestinos tanto judíos, como musulmanes y cristianos, convivieron pacíficamente durante siglos en este territorio. Los franceses e ingleses se dividieron la región de Medio Oriente en 1916. En la Declaración Balfour de 1917, se utilizó como testimonio de la afinidad por las aspiraciones judías sionistas que eran perseguidos por la judeofobia (el mal llamado antisemitismo) que se practicaba en Europa, y buscaron la protección de las potencias para poder crear un Estado judío en Palestina o en otras tierras como por ejemplo Argentina, según planificaban desde el momento en el que se escribe la base de estas ideas en el libro de Theodor Herzl de 1896, El Estado judío. En 1920 se crea el Mandato Británico de Palestina, en donde hoy se encuentran Israel y los territorios palestinos ocupados de Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.

Decís que este es un «conflicto moderno», pero las justificaciones de Israel para asentarse allí son milenarias.

-Empiezo haciendo una aclaración al respecto: la Biblia no es un libro histórico, en el sentido en el que lo analizamos los historiadores. Esto no quita que sea considerado sagrado por muchas personas en el mundo. En este caso Israel con el propósito de legitimar su asentamiento en la zona recurrió a la tradición bíblica (la Torah en este caso, libro sagrado para los judíos), considerando lo escrito allí como una especie de título de propiedad de esas tierras. Denominaron a Cisjordania como Judea y Samaria, junto con la intención de ir aumentando los asentamientos israelíes en esos territorios. En otras palabras, se emplea una justificación bíblica para la obtención de determinadas tierras en el siglo XX. Lo que dice la Biblia – Torah se utiliza para tratar de establecer el mito de que los judíos tienen un vínculo ininterrumpido con esas tierras y por ello les corresponde la misma en desmedro de los palestinos.

-Por otra parte, mitos extendidos en otros lugares y momentos históricos…

-En efecto, la creación de los mitos que justifican tanto el sionismo, como el apartheid en Sudáfrica o la conquista de América. Estos mitos coloniales pueden resumirse en: «la tierra estaba en estado virgen»; «el pueblo a ser conquistado es de una condición inferior»; «la colonización es una misión civilizadora», y otros. En el caso particular del sionismo se da la apelación al mandato bíblico, al derecho histórico, al persistente anhelo de la diáspora, a la Shoah (catástrofe en hebreo), a la decisión de las Naciones Unidas (181 de 1947), a la realidad de la conquista militar, a la ininterrumpida residencia judía en la tierra. El Estado de Israel se funda sobre los mitos de «una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra», «la voluntaria emigración de los árabes» y las ideas de «hacer florecer el desierto» y dar solución parcial al problema judío en Europa, entre otras.

-¿Qué son las «Intifadas» y cuándo comienzan?

-Entre 1936 y 1939 se produjo una revuelta espontánea que podría considerarse la primera Intifada compuesta básicamente por campesinos y marginados de los centros urbanos, conocida como la Gran Revuelta. Esto marcó la primera reacción masiva a la llegada de judíos europeos. Las revueltas conocidas como Intifada («levantarse») podría decirse que comienzan con este hecho. Intifada literalmente significa «el despertar a sobresaltos», podría decirse que es un producto histórico de todos los esfuerzos previos de resistir a la supresión de la identidad nacional palestina, mediante la expropiación gradual y un control de los territorios ocupados.

-¿Cuál es el contexto de la formación de Israel, a fines de 1947?

-El sionismo, que es un movimiento político surgido entre europeos judíos, tuvo desde sus comienzos el objetivo de crear un Estado, con un nacionalismo étnico junto a una forma de colonialismo europeo de ultramar. El sionismo buscó que la identidad judía, que es religiosa y en parte cultural, se fundiera en una identidad nacional judía moderna, aunque no tuvieran un único país de origen, ni una misma lengua, ni cultura, ni costumbres en común, por provenir de lugares disímiles. Hasta mediados del siglo XX los ingleses respaldaron la iniciativa del sionismo, y luego de la segunda guerra mundial ese respaldo lo realiza Estados Unidos hasta hoy. En 1947 la ONU, motivada por la responsabilidad y la culpa europea del horror contra los judíos, recomendó un plan de partición que adjudicaba el 54% de la Palestina del mandato británico a la comunidad judía, que ocupaba una pequeña porción del territorio en esos momentos, y el resto a los árabes palestinos. Jerusalén quedaría según esa recomendación como ciudad internacional.

-La reacción a este hecho no se hizo esperar.

-No. En 1948 se produce la guerra entre los ejércitos árabes y el naciente Estado de Israel. Allí son expulsados unos 780.000 habitantes de Palestina, creando el problema de los refugiados más largo de la historia actual, a partir de los ataques y amenazas del ejército próximamente israelí, un hecho que luego se quiso justificar diciendo que en realidad los ejércitos árabes le habían mandado mensajes radiales a los palestinos árabes para que evacuaran la zona, lo cual nunca fue comprobado. La guerra de 1948 en Palestina es conocida por los israelíes como «la guerra de la Independencia», al mismo tiempo que para los palestinos es al-Nakba «la catástrofe». En los primeros meses de 1948 las fuerzas armadas judías expulsaron a miles de personas y asesinaron a cientos. En lo que es considerado un intento de limpieza étnica. El mito sionista del éxodo voluntario contrasta con los planes de «transferencia» que tenían los sionistas de trasladar a los palestinos nativos a otros países árabes de la región.

¿Qué importancia tuvo la guerra de 1967?

-La guerra de 1967 marcó una nueva etapa en el conflicto israelí-árabe e israelí-palestino, por ser la tercera derrota de los países árabes frente al Estado de Israel. Israel ocupó los territorios habitados por los palestinos de Cisjordania (administrada por Jordania) y la Franja de Gaza (administrada por Egipto), junto a la península del Sinaí de Egipto y las alturas del Golán perteneciente a Siria. La cuestión palestina adquirió una nueva dimensión y los Estados Árabes no pudieron recuperar los territorios perdidos, en consecuencia la reacción palestina fue que abandonaron las directivas árabes, todo ello con el agravante de esta situación que gran cantidad de los palestinos pasaron a vivir bajo la ocupación militar israelí. El fracaso militar árabe de 1967 provoca una progresiva palestinización del conflicto y desde 1967 existe una ocupación militar por parte del ejército israelí y la política de asentamientos de israelíes, tanto en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.

-¿Qué querés decir con «palestinización» del conflicto y cómo se relaciona ello con la guerra de 1973 y el estatus que logró en esos años la OLP?

-Palestinización en el sentido de que ellos mismos defienden su causa, siendo representados por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sin la intermediación como hasta ese momento principalmente de la Liga Árabe, y ansían que finalice la ocupación militar de sus territorios. La OLP es reconocida, el papel desempeñado por ella en la recuperación y articulación de la identidad palestina fue sustancial tanto en las comunidades que permanecieron en la Palestina histórica, como en los campos de refugiados y la diáspora. En 1974, en la Cumbre Árabe de Rafat se reconoce a la OLP como «único y legítimo representante del pueblo palestino». En cuanto a la guerra de octubre de 1973, Siria y Egipto intentan recuperar los territorios ocupados por Israel en 1967, los altos del Golán y la península del Sinaí. Esta última fue recuperada por Egipto, luego de realizar algunas concesiones en el tratado de paz que firmara con Israel recién en 1979.

-¿Qué fue la «Primera Intifada» y qué consecuencias tuvo?

-La «Primera Intifada» se produjo en 1987 y enfrentó a las poblaciones palestinas contra el ejército ocupante israelí. Dicha sublevación fue fruto de la desesperación, la explotación económica, la sensación de no tener salida para la larga ocupación, la expropiación de tierras y los asentamientos judíos. Tiene analogías con la producida en 1936, ya que recae en principio sobre la Palestina rural. Las razones que causaron la primera intifada deben buscarse en los veinte años de ocupación israelí y su política de socavar la existencia nacional y material de los palestinos en su propia tierra. Dejó fragmentadas geográficamente y demográficamente Cisjordania y Gaza mediante una intensa ocupación militar acompañada de nuevos asentamientos. La Intifada comenzó sin que la OLP ni los Hermanos Musulmanes tomaran la decisión política de comenzar con la revuelta.

-¿Cuál es la relación del proceso de Oslo con «Segunda Intifada»?

-En el proceso de Oslo de 1993, lo que la OLP buscaba era negociar sobre el problema de los refugiados, el asunto de Jerusalén y la cuestión de un Estado palestino de pleno derecho. Su objetivo era solucionar lo acaecido en 1948 y no únicamente poner fin a la ocupación israelí de 1967. En la cuestión palestina hallamos algunos sentimientos de fracaso de la población como el fracaso de la paz y a continuación la creación de la Autoridad Nacional Palestina en 1994. La «Segunda Intifada» se produce en el año 2000 y se emplean de parte palestina los ataques suicidas para enfrentar una fuerza militar superior israelí. Se continúa con la ocupación militar y el crecimiento de los asentamientos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. La esperanza de un Estado democrático laico en toda Palestina pasó a ser la de un Estado palestino en Gaza y Cisjordania. De todos modos en este caso las leyes israelíes son las que imperan, en una zona limítrofe y en litigio dado que no tienen un estatus totalmente definido. Son parte de un territorio ocupado militarmente.

-En este sentido está la construcción del muro que construyó Israel en Cisjordania.

-Sí, Israel ha comenzado a construir en 2002 un muro de ocho metros de alto por dos de ancho, «El muro del apartheid o de separación», en límite inexacto con Cisjordania, que será de setecientos kilómetros de largo a su finalización. Utilizó como pretexto la seguridad. Pese a ello, en el año 2004, la Corte Internacional de Justicia declaró que el muro violaba el derecho internacional humanitario y de derechos humanos, que se debía desmantelar además de repararse los daños causados por la construcción del mismo. Los palestinos han quedado dispersados en un territorio inconexo. Se aplica un modelo similar al de los bantustanes para dispersar e incomunicar a los palestinos mediante numerosos checkpoints, que son los controles exhaustivos que realiza el ejército israelí en los territorios palestinos.

-¿Israel se opone a la creación de un Estado palestino?

-Sí, en los hechos Israel se opone a la creación de un Estado palestino pero también se niega a conceder derechos plenos y ciudadanía a los palestinos de Gaza y Cisjordania. Los palestinos siguen viviendo sometidos al colonialismo de poblamiento israelí, la ocupación o en otros tantos casos el exilio. La situación en la actualidad nos muestra que existen más de nueve millones de personas árabes musulmanes y cristianos que se identifican a sí mismos y son identificados por otros como palestinos y que están en la búsqueda de conformar un Estado propio, aun con las diferencias políticas internas entre Hamás y Al-Fatah que son las organizaciones más representativas de la Franja de Gaza y Cisjordania. Esto se produce en medio de las dificultades que provoca el constante control militar israelí sobre todo en Cisjordania. Para los palestinos es complicado circular por los territorios que habitan y reclaman, porque deben pasar por los diferentes puestos de control militares israelíes.

-¿Cuál es la situación de Jerusalén hoy día?

-Este conflicto es una «guerra» o más bien una disputa asimétrica entre dos contendientes en condiciones diametralmente opuestas, por lo tanto se necesita un importante cambio de paradigma para llegar a una solución real, lo cual no es imposible pero sí complicado. Pongamos por caso, la indefinición que existe sobre el territorio de Cisjordania. No obstante vale aclarar que, la presunción de que es un conflicto de compleja magnitud, suele ser utilizada como excusa para no buscar las soluciones adecuadas al problema, como podría ser una retirada israelí de los territorios ocupados, lo cual a su vez es intrincado ya que la infraestructura que Israel construye a diario allí lo dificulta enormemente. Un acuerdo equitativo sobre la forma de compartir Jerusalén y los lugares considerados sagrados constituiría una pieza central en el acuerdo entre estos dos pueblos, y la clave para una paz justa y duradera en todo Medio Oriente. De todas maneras es difícil augurar si esto o la creación de un Estado palestino independiente en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este darían solución definitiva al conflicto.

-¿Qué es lo que se pide de un lado y de otro en la actualidad del conflicto?

-Desde el sector palestino se reclama el derecho al retorno de los refugiados, el detenimiento de las políticas de asentamientos israelíes en Cisjordania y el estatus de Jerusalén. Desde el sector israelí, se promete que mientras se realizan las conversaciones por la paz se detendrá la construcción de asentamientos, aunque inmediatamente se continúa buscando como objetivo la consecución de «hechos sobre el terreno», que significa que lo que está hecho no puede volver atrás. Los palestinos consideran que el territorio de Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza tiene que formar parte del Estado palestino. No obstante ellos consideran «Palestina» a todo el territorio que formaba parte del Mandato Británico de Palestina (1922-1948), pero dadas las condiciones impuestas por las guerras de 1948 y de 1967, anhelaron luego obtener al menos un Estado independiente en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este, con las dificultades que esto acarrea.

-Desde Israel se dice que Hamás es una organización terrorista. ¿Qué tipo de organización es Hamás?

-Hamás (acrónimo que significa Movimiento de Resistencia Islámica) es una organización que cuenta con una serie de organizaciones dependientes que desarrollan sus actividades en muy diversos ámbitos. Estos abarcan desde la educación cultural y religiosa a los jóvenes a través de sus madrasas, la asistencia social a los palestinos más necesitados, la representación en las instituciones democráticas palestinas. Las últimas elecciones palestinas, bajo supervisión internacional, resultaron en victoria de Hamás, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. Siempre hay que tener en cuenta la polivalencia de los términos y quién es el que emite los términos. El gran público en general abreva de la información masiva que simplifica todo: «los musulmanes y los árabes son terroristas, no les importa morir con tal de matar a otro». Por otra parte, hay que aclarar que no todos los árabes, que es una lengua y una cultura, son musulmanes, que es una religión, ni todos los musulmanes son árabes.

-¿Cuál es el rol de la prensa en el modo en que informa sobre el conflicto?

-Creo que en la prensa ha habido un pequeño cambio, aunque no rotundo en su crítica por la política del ataque israelí sobre todo a partir de difundir la muerte de niños palestinos. Lamentablemente, en Argentina existen falsas acusaciones de judeofobia, erróneamente llamada «antisemitismo», como la que sufrió Pedro Brieger por explicar la ocupación militar israelí. Además, en las redes sociales ha habido una mayor pronunciación en contra de la forma en que está empleando la violencia el ejército israelí contra la población civil, y esto ha provocado una mayor difusión que en otros momentos de lo que está sucediendo.

-¿Cuáles otros objetivos persigue Israel con estos últimos ataques?

-La política de Israel es aislar todavía más la Franja de Gaza, dejar a Hamás en el poder aunque más debilitado, oponerse a toda posibilidad de unión palestina y desviar la atención de la ofensiva colonialista acelerada en Cisjordania. Mientras que Hamas desea reforzar su posición en tanto que movimiento de resistencia tras los golpes que ha sufrido como movimiento político. Desde Hamas se está ofreciendo una resistencia quizás inesperada para Israel, por ejemplo, el diario israelí Haaretz advirtió sobre la lentitud de la misión y la «matanza al por mayor» de civiles palestinos. La comunidad internacional lamentablemente no interfiere para frenar lo que está ocurriendo, dados los intereses de las diferentes potencias. Al menos hasta ahora han mirado hacia otro lado. Por otra parte, existe sí un movimiento internacional de boicot, desinversión y sanciones a Israel similar al que se utilizó en su momento para detener el apartheid en Sudáfrica que el tiempo dirá si logra ser efectivo. A su vez, Rusia y China que han logrado imponerse ante el inminente ataque de Estados Unidos a Siria en este caso no han intervenido. Las Naciones Unidas han condenado el accionar de Israel en numerosas ocasiones pero Estados Unidos, «el mediador deshonesto», ha intervenido para salvaguardar sus intereses y los de Israel.

-Por último, hay quienes piensan que el Estado de Israel debe desaparecer como tal porque se creó a partir de una invasión ilegítima y violenta, mientras que otros opinan que Israel tiene el derecho a conformar su Estado allí donde se asentó hace más de medio siglo. ¿Cuál es tu opinión?

-Noam Chomsky dice al respecto de tu pregunta: «Los Estados son lo que son. Ninguno tiene una legitimidad heredada». Como están las condiciones actualmente, si se pudiese y fuese viable podría formarse un estado binacional o dos estados contiguos, Israel y Palestina, aunque ambas opciones son complicadas teniendo en cuenta cómo está todo a día de hoy. Lo que no hay que dejar de lado es que la mayor parte de las poblaciones optan por vivir allí y no desean la guerra o el enfrentamiento, sino que es algo que se decide mayormente en las altas esferas. El caso de Israel es paradigmático, porque además existe una población al menos tan numerosa como la colonizadora y dominante que pide por un derecho sobre el mismo territorio que considera que le han usurpado. Aclaro que yo estoy en contra de toda esta violencia, es muy importante que se detenga el sufrimiento que soportan tanto los palestinos como los israelíes comunes, que son los más afectados por este conflicto.

Martín A. Martinelli docente-investigador autor del blog mediorienteactual.blogspot.com.ar

Fuente original: http://issuu.com/revistaultimoround/docs/ur_06_final/26