Fotografías de Ángeles Lucas
Hizo falta encender Sol para que se iluminaran lejanos puntos en la geografía de la dignidad. A las decenas de asambleas de ciudades y pueblos surgidas por todo el estado español se sumó la voz de otras tantas ciudades en todo el mundo que pedían el fin de un sistema injusto y criminal que margina a millones de personas al paro y la precariedad haciéndolas invisibles.
El mismo día que las asambleas se expandían por los barrios, en numerosos lugares se volvió a escuchar el rechazo a un sistema que se dice democrático pero que apalea a ciudadanos pacíficos que sólo reclaman sus derechos.
Las grandes agencias de noticias y los principales medios de comunicación españoles han dado una relativa importancia a las réplicas del movimiento 15M en diversos países europeos: las movilizaciones en Francia o Italia, por ejemplo, han recibido cobertura informativa, pero no ha sucedido igual con las desarrolladas en Europa oriental y sur-oriental; nada se sabe de Viena, Praga, Budapest o Estambul. Este silencio interesado trata de ocultar la marea de «indignados» que insisten en ser escuchados. Pese al bloqueo de los grandes medios, las demandas por una democracia real han surgido y crecido en otros muchos países. Es el caso de Turquía.
Al mismo tiempo que los medios turcos empezaban (alrededor del día 18) a hacerse eco de las protestas, un grupo de residentes españoles (especialmente en Estambul, especialmente estudiantes) comenzaron a movilizarse. La primera de las concentraciones tuvo lugar el pasado 20 de mayo frente al Consulado de España en Estambul. El grupo ha crecido durante esta semana, se ha formalizado mediante una página en Facebook y ha conseguido también el apoyo de organizaciones políticas turcas. El viernes el programa de televisión Söz Hakki (Hayat TV) estuvo dedicado a las movilizaciones en España y uno de los activistas asistió al programa para intentar explicar qué es lo que sucede. Ayer una nueva movilización tuvo lugar en el centro de la ciudad. Decenas de personas (no sólo españoles y turcos, no sólo jóvenes y estudiantes) marcharon por la calle Istiklal desde la Plaza de Taksim hasta la puerta del Instituto Galatasaray, donde se llevó a cabo una sentada de algo más de una hora.
Pancartas, consignas y un pequeño manifiesto en inglés, turco y castellano, fueron la forma de protesta contra políticos y banqueros y una muestra de apoyo a cuantos llevan ya casi dos semanas en las calles. La marcha también estuvo adornada con flores como símbolo de solidaridad con los compañeros violentamente desalojados en Barcelona el día anterior. Los manifestantes fueron claros: «sabemos que, aunque lo llamen democracia, no lo es, y que, aunque lo pretendan, quienes dicen representarnos no tienen la legitimidad para hablar por nosotros. También sabemos que nuestra función aquí es relativamente distinta a la de quienes dan la batalla en España, aunque no por ello es menos importante: nuestra tarea es romper, en ambas direcciones, la barrera informativa, traducir las reclamaciones para hacerlas comprensibles y, lo que es más importante, intentar compartir con quienes nos acogen la idea, la esperanza, la certeza de que hay otra forma de entender la democracia, otra forma de hacer política, y de que ambas están, lo han estado siempre, al alcance de la mano si uno está dispuesto a luchar por ellas».
Algunas estudiantes mostraron su preocupación por la situación actual: sin posibilidad de trabajar ni de vivir de manera independiente en sus ciudades de origen, cualquier oportunidad que facilite la estancia en Turquía es algo más que un deseo. Otro joven, que portaba en su camiseta el lema «¿Si no lo hemos votado, por qué nos gobierna el Mercado?», expresaba su rechazo a la dictadura de un modelo corrupto que margina a los jóvenes y los lanza a la precariedad.
Arropados por decenas de curiosos, se distribuyó y se dio lectura a este pequeño comunicado:
Actualmente el panorama político, económico y social es desolador. En España, al igual que en muchos otros países, estamos sufriendo la crisis capitalista mundial, que sumada a la avaricia de políticos corruptos y banqueros nos ha llevado a una situación límite. Esta situación nos ha obligado a salir a la calle para reclamar un cambio.
Apoyamos a España desde aquí porque el problema es a nivel mundial; globalización y neoliberalismo se extienden por todo el planeta, generando infelicidad y destrucción a su paso. Nuestro mundo va en la dirección equivocada y somos NOSOTROS quienes tenemos el poder para cambiar eso.
Países como Islandia o España han puesto las bases para una revolución política, económica y social a nivel mundial sin usar la violencia.
Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del ser humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio.
Si como nosotros tu también lo crees, organizate, lucha, responde!
La revolucion es un virus… extiéndelo!
Más fotografías en: http://www.flickr.com/photos/angeleslucas/sets/72157626827987266/
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