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Operación del Mosad amenaza a reportero

Periodista israelí tratado como «criminal fugitivo»

Fuentes: Counterpunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

NAZARET – Un periodista israelí que pasó a la clandestinidad después de escribir una serie de artículos que muestran violaciones de la ley aprobadas por comandantes del ejército israelí enfrenta la posibilidad de una prolongada condena de cárcel por espionaje si es capturado, ya que servicios de seguridad israelíes advirtieron este fin de semana que «se sacarían los guantes» para rastrear su paradero.

Shin Bet, la policía secreta de Israel, dijo que trata como «criminal fugitivo», a Uri Blau periodista del periódico liberal Haaretz que se oculta en Londres, y que ha emitido una orden para su arresto.

Las opciones que son consideradas son un pedido de extradición a las autoridades británicos o, si eso falla, una operación secreta del Mosad, la agencia de espionaje de Israel, para devolverlo clandestinamente al país, según Maariv, un periódico derechista.

Se reveló ayer que la informante del señor Blau, Anat Kamm, de 23 años, ex soldado recluta que copió cientos de documentos confidenciales durante su servicio militar, ha confesado recientemente después de su arresto en diciembre, que lo hizo para denunciar «crímenes de guerra.»

El Shin Bet afirma que el señor Blau posee cientos de documentos confidenciales, incluyendo algunos que según las informaciones tienen que ver con la Operación Plomo Fundido, el ataque de Israel contra Gaza en el invierno de 2008 en el cual se cree comúnmente que el ejército violó las leyes de la guerra.

Otros documentos, la base de una investigación de Haaretz publicada en 2008, tienen que ver con una reunión entre el jefe del ejército, Gabi Ashkenazi, y el Shin Bet en la cual se acordó ignorar un dictamen judicial y seguir realizando ejecuciones de dirigentes palestinos en los territorios ocupados.

Yuval Diskin, jefe del Shin Bet, quien ha dicho que su organización se mostró previamente «demasiado comprensiva con la investigación», exige ahora que el señor Blau revele todo su archivo de documentos y se someta a su retorno a un test con un detector de mentiras para identificar sus fuentes, según Haaretz. El periódico y sus abogados han recomendado que se mantenga oculto para proteger a sus informantes.

Haaretz también ha revelado que, en una acción altamente inusual poco antes del ataque de Israel contra Gaza, aceptó retirar una edición impresa después que el ejército exigió en el último minuto que no se publicara uno de los artículos del señor Blau. Su información ya había sido aprobada por el censor militar, que controla que los artículos no pongan en peligro la seguridad nacional.

Abogados y grupos por los derechos humanos temen que el ejército y el Shin Bet estén tratando de silenciar a los periodistas investigativos y de enviar una advertencia a otros corresponsales para que no sigan las huellas del señor Blau.

«Éste es un precedente peligroso, mediante el cual la entrega de material a un periódico israelí… es vista por la oficina de procurador como equivalente al contacto con un agente extranjero,» dijo Eitan Lehman, abogado de la señora Kamm. «La noción misma de presentar información sólo al público israelí es considerada como una intención de perjudicar la seguridad nacional.»

La determinación del Shin Bet de arrestar al señor Blau fue revelada después que una orden general de silencio fue alzada la semana pasada respecto al caso de la señora Kamm. Ha estado bajo arresto domiciliario desde diciembre. Admitió haber copiado cientos de documentos confidenciales mientras trabajaba en la oficina del brigadier general Yair Naveh, a cargo de las operaciones en Cisjordania, entre 2005 y 2007.

Conforme a un acuerdo con el Shin Bet del año pasado, Haaretz y el señor Blau entregaron más de 50 documentos y aceptaron la destrucción del computador del señor Blau.

Las dos partes se acusan de haber incumplido posteriormente el acuerdo: el Shin Bet dice que el señor Blau guardó secretamente otros documentos copiados por la señora Kamm que podrían ser útiles a los enemigos de Israel; mientras que este último dice que el Shin Bet utilizó los documentos devueltos para localizar a la señora Kamm, su fuente, después de haber dado garantías de que no lo haría.

Haaretz dijo que el señor Blau teme que tratarán de identificar a sus demás informantes si entrega su archivo.

El señor Blau llegó a saber de su difícil situación en diciembre, mientras estaba fuera del país de vacaciones. Dijo que un amigo lo llamó para advertir que el Shin Bet había entrado a su casa y la había registrado de arriba abajo. Posteriormente supo que habían estado controlando su teléfono, su correo electrónico y su computador durante muchos meses.

En una maniobra que sorprendió a numerosos observadores, el Shin Bet reveló la semana pasada que el señor Blau se ocultaba en Londres, a pesar de la amenaza de que lo convertiría en un objetivo más fácil para las agencias de inteligencia de otros países.

Amir Mizroch, analista en el derechista periódico Jerusalem Post, señaló que era como si los servicios de seguridad de Israel estuvieran «diciendo a los agentes de inteligencia sirios, libaneses, palestinos, de Hizbulá e iraníes en Londres: ‘Seáis todos bienvenidos, para que os ocupéis de Uri Blau’.» Agregó que el verdadero objetivo podría ser hacer salir al señor Blau para que busque refugio en la embajada israelí.

La señora Kamm está acusada de espionaje con la intención de dañar la seguridad nacional, la acusación más grave posible, que podría llevarla a la cárcel por 25 años. Ayer, otro de sus abogados, Avigdor Feldman, llamó al señor Blau a volver a Israel para devolver los documentos para ayudar a «minimizar el asunto.»

«El verdadero problema es si esta actitud excepcionalmente dura tiene solamente el objetivo de recuperar los documentos de Kamm o de perseguir a Blau y sus demás fuentes,» dijo Jeff Halper, un analista israelí. «Puede ser que Kamm sea la excusa que los servicios de seguridad necesitan para identificar el círculo de informantes de Blau.»

El señor Blau ya ha publicado varios artículos, al parecer basados en los documentos de la señora Kamm, en los que muestra que el comando del ejército aprobó políticas que no sólo violaban el derecho internacional sino también los dictámenes de los tribunales israelíes.

Sus informes han incluido revelaciones de que altos comandantes aprobaron asesinatos extra-judiciales en los territorios ocupados en los que era casi seguro que morirían palestinos no involucrados; que, en violación de un compromiso con el alto tribunal, el ejército emitió órdenes de ejecutar a palestinos buscados incluso si podían ser capturados con seguridad; y que el ministerio de defensa compiló un informe secreto en el que muestra que la gran mayoría de los asentamientos en Cisjordania eran ilegales incluso según la ley israelí.

Aunque los artículos originales aparecieron en 2008, el ejército publicó una declaración durante esta semana en el sentido de que los informes del señor Blau eran «ofensivos y engañosos.» Ningún alto comandante ha sido acusado por las actividades ilegales del ejército.

B’Tselem, un grupo israelí por los derechos humanos, dijo que su investigación ha mostrado que «en numerosos casos los soldados se han comportado en los territorios como si estuvieran en una misión de asesinato, en lugar de operaciones de arresto.»

Agregó que las autoridades se habían «apresurado a investigar la filtración y prefirieron ignorar las graves sospechas de flagrantes violaciones descritas en esos documentos.»

Un grupo de importantes periodistas presentaron esta semana una petición a fin de que no se juzgara al señor Blau: «Hasta ahora, las autoridades no han procesado a periodistas por poseer información secreta, que la mayoría de nosotros ha tenido en una u otra forma. Esta política de la fiscalía refleja, desde nuestro punto de vista, un desequilibrio entre la libertad del periodismo, la libertad de expresión y la necesidad de seguridad.»

Sin embargo, la cobertura mediática del caso en Israel ha sido en su mayor parte hostil.

Yuval Elbashan, abogado, escribió ayer en Haaretz que otros importantes reporteros y analistas militares han abandonado al señor Blau y han demostrado «si lealtad al sistema [de seguridad] como los más humildes de sus sirvientes.»

Uno, Yossi Yehoshua, corresponsal militar del periódico de mayor circulación en el país, Yedioth Aharonoth, con quien se dice que la señora Kamm tomó contacto antes de hacerlo con el señor Blau, debe testificar contra ella en su juicio programado para el próximo mes.

Foros de chateo y columnas de comentarios también sugieren poco apoyo del público israelí para la señora Kamm o el señor Blau. Varios sitios hebreos en Internet muestran ilustraciones con la señora Kamm entre rejas o junto a la soga de un verdugo.

Un informe en Israel National News, un servicio de noticias para colonos, afirmó que la señora Kamm había estado bajo la influencia de profesores «rabiosamente izquierdistas» en la Universidad Tel Aviv cuando entregó los documentos al periodista de Haaretz.

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Jonathan Cook es un escritor y periodista basado en Nazaret, Israel. Sus últimos libros son

Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East (Pluto Press) y Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair (Zed Books). Su sitio en Internet es: www.jkcook.net.

Una versión de este artículo apareció originalmente en The National (www.thenational.ae), publicado en Abu Dabi.

Fuente: http://www.counterpunch.org/cook04132010.html