Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Respuesta completa de Ken Loach a una carta abierta del cineasta israelí Tali Shalom Ezer (véala a continuación). Fue enviada al Sunday Times, pero el periódico no la publicó entera.
Estimado Tali Shalom Ezer:
Desde el comienzo, Israel y sus partidarios han atacado a sus críticos como antisemitas o racistas. Es una táctica para impedir un debate racional.
Para dejar las cosas claras: como cineasta usted recibirá una calurosa acogida en Edimburgo. No lo censurarán ni lo rechazarán. La oposición tenía que ver con que el Festival recibiera dinero del Estado israelí.
El llamado a un boicot de las instituciones culturales israelíes proviene de numerosos palestinos: escritores, artistas, periodistas, abogados, académicos, sindicalistas, maestros. Lo ven como «una contribución a la lucha por terminar la ocupación, colonización y el sistema de apartheid de Israel.» ¿Quiénes somos, para no escuchar su llamado? Los argumentos que usted presenta en contra fueron utilizados contra el boicot sudafricano, que terminó por tener éxito.
Recordamos que los palestinos han sido desposeídos durante sesenta años, sus casas destruidas, sus comunidades arrasadas. Israel ignora el derecho internacional, la Convención de Ginebra y numerosas resoluciones de la ONU.
Vimos con horror las recientes masacres en Gaza, cómo el ejército israelí utilizó bombas de fósforo en áreas pobladas, cómo almacenes de alimentos y refugios de la ONU fueron destruidos. La Cruz Roja describió ataques contra equipos médicos y que no se atendió a los heridos. La periodista israelí, Amira Hass, escribió sobre la matanza de gente que portaba banderas blancas y la aniquilación de familias enteras.
Ante tales crímenes, el poeta israelí, Aharon Shabtai, escribe: «No creo que un Estado que mantiene una ocupación, que comete a diario crímenes contra civiles, merezca ser invitado a algún (evento) cultural.»
Los que han atacado el boicot en este país son los sospechosos de costumbre, viejos escritorzuelos y extremistas derechistas. Pienso que usted es un hombre. Lo avergonzarían.
Por favor póngase del lado de los oprimidos contra el opresor. Espero que le guste el Festival.
Ken Loach
Carta abierta deTali Shalom Ezer a Ken Loach.
Estimado señor Loach:
En las últimas 24 horas me han pedido repetidamente que comente sobre su declaración en la que solicita que se devuelva la subvención a nuestra embajada en Edimburgo. Admite que tengo sentimientos encontrados respecto a su declaración y todo lo que implica. Como he indicado en ocasiones anteriores, siempre he sido miembro del campo de la paz israelí. Contrariamente a las percepciones comunes en los medios, el nuestro es un campo grande y fuerte – como me gustaría pensar que es el caso entre los palestinos.
Me opongo, de todo corazón, a la ocupación y a los asentamientos israelíes; me opongo a un recurso automático a soluciones militares en tiempos de conflicto. Aprecio el deseo de cambiar el mundo evitando lo que se percibe como un acto de injusticia, pero siento que lo que puede parecer bien en teoría, puede ser extremadamente erróneo en la práctica.
A mi juicio, cada vez que una nación es sometida a un boicot cultural – sea a una película o a una conferencia de un profesor israelí en el extranjero – hay una tendencia entre sus sujetos de acercarse a elementos más nacionalistas; cada vez que esto sucede, la paz se aleja. Cada vez que esto sucede, el concepto de «Un pueblo que vive solo» reúne más partidarios, y se refuerza la convicción de que la única manera de sobrevivir es fortalecer el poder militar del Estado. Cada vez que esto sucede, las voces moderadas son acalladas, el arte es debilitado.
No sé si usted conoce este hecho, pero «Surrogate» fue filmada por Radek Ladczuk, un talentoso cineasta polaco. Durante 21 años, Israel y Polonia no tuvieron relaciones diplomáticas; todo lo que yo sabía sobre el país provenía de los medios y de lecciones de historia sobre la Segunda Guerra Mundial.
Me acerqué a Radek por motivos puramente artísticos. Nuestro trabajo, a pesar de dificultades en la comunicación verbal, probó para mí una vez más el poder del arte y los numerosos puntos de similitud que unen a la gente, por doquier. No tengo la menor duda de que colaboraciones de este tipo promueven el diálogo y disminuyen los prejuicios.
Para concluir, quisiera subrayar mi profundo aprecio por su trabajo. He sido un ávido admirador durante años, y me sentiré honrado si usted asiste a la proyección de Surrogate, mostrando así al mundo que a pesar de su oposición a la política de Israel, usted es un firme creyente en el poder del arte, y el poder de los individuos para lograr un cambio.
Suyo,
Tali Shalom Ezer
http://www.