Desde las ultimas elecciones en Israel, la represión contra objetores de conciencia, activistas y la población árabe se ha incrementado considerablemente, acentuando la represión política de disidentes humanistas y reforzando el diálogo favorable con los enclaves coloniales de Cisjordania y su liderazgo; una nueva alianza entre el gobierno mayormente representado por Netanyau, Lieberman y los […]
Desde las ultimas elecciones en Israel, la represión contra objetores de conciencia, activistas y la población árabe se ha incrementado considerablemente, acentuando la represión política de disidentes humanistas y reforzando el diálogo favorable con los enclaves coloniales de Cisjordania y su liderazgo; una nueva alianza entre el gobierno mayormente representado por Netanyau, Lieberman y los colonos, rebaja cualquier posibilidad de un acuerdo o alto el fuego fuego mientras prohíben y castigan cualquier expresión de cultura palestina, como la conmemoración de la Naqba (el desastre), la supresión de textos en libros escolares, etc. Como describía Lieberman en su libro, del cual no pienso citar el título, la necesidad de Israel de un (ni dos ni tres) líder capaz de afrontar los desafíos de los enemigos del Estado y la comunidad internacional, el nuevo gobierno no encuentra razones para rendir cuentas, ya ni siquiera al cuarteto integrado por Estados Unidos, la Unión Europea, las Naciones Unidas y Rusia, expandiendo los asentamientos abiertamente y centrándose principalmente en esta política que también se ha extendido a Jerusalén Este, acelerándose su desarrollo en los últimos meses.
Para Kobi Snitz, profesor del Technion y activista de Anarquistas Contra el Muro, este panorama es cotidiano, él y sus compañeros lo combaten casi a diario a pesar del incremento de la criminalización de las expresiones políticas y de la brutalidad policial/militar.
Recientemente, Kobi ha sido condenado a prisión tras un largo juicio en el cual se negó a reconocer la culpabilidad de haber intentado evitar que un hogar perteneciente a una familia palestina sea demolido por el ejército israelí.
A continuación les adjunto la carta que Kobi nos envió:
Amigos:
Mañana emepzaré mi condena de 20 días en prisión como resultado del intento de evitar la demolición de un hogar en Kharbatha. Como probablemente saben, 20 días no son nada en comparación con el tiempo que muchos adolescentes palestinos deben cumplir. A diferencia de ellos yo no tendría tampoco que hacerlo, me negué a pagar una multa y como consecuencia fui enviado a prisión. Durante el largo juicio he tenido otras oportunidades de evitar la prisión, pero no he podido admitir culpabilidad de ninguna manera o aceptar el castigo impuesto. Yo y los compañeros que fueron arrestados conmigo no somos culpables de nada excepto de no hacer más contra las políticas auténticamente criminales del Estado. Ser forzado a decir lo contrario es tan degradante como falso. En comparación con esto 20 días en prisión son un bajo precio que pagar. El equipo legal encabezado por Gaby Lansky ha sido excelente como siempre, también agradezco a Nir y Alon de Bimkom quienes proporcionaron información sobre planes de políticas y regulaciones.
No pasaran!
Kobi.
Para actualizaciones sobre la detención de Kobi y otros detenidos pueden visitar la página http://www.awalls.org