Allá por abril de 2007, a escasos días del estreno del proyecto de comunicación alternativa Cubainformación, entrevisté en nuestro estudio de televisión por internet a Pascual Serrano. Con agudeza y cierta sorna, Pascual me exponía una solución para que la revolución cubana consiguiera ganarse a los grandes medios de comunicación internacionales y que, así, éstos […]
Allá por abril de 2007, a escasos días del estreno del proyecto de comunicación alternativa Cubainformación, entrevisté en nuestro estudio de televisión por internet a Pascual Serrano. Con agudeza y cierta sorna, Pascual me exponía una solución para que la revolución cubana consiguiera ganarse a los grandes medios de comunicación internacionales y que, así, éstos abandonaran de manera definitiva sus habituales métodos de censura, de recreación de estereotipos e inventos y de difusión de medias verdades sobre la realidad de la isla. La fórmula es bien sencilla, decía Pascual: el gobierno cubano podría privatizar una buena parte de sus empresas, sacándolas a subasta y vendiéndolas, por ejemplo a las multinacionales españolas. De este modo, los accionistas de dichas empresas establecerían en las cadenas de medios de las que, a su vez, son propietarios, la correspondiente línea editorial sobre Cuba acorde a sus nuevos intereses empresariales en la isla. Cuba socialista dejaría de ser, de un plumazo, un sistema caduco y fracasado; en breve tiempo desaparecerían de diarios de referencia las tediosas y repetitivas gacetillas sobre «disidentes» a los que no les pasa nada; y los desconchados edificios de Centro Habana darían paso a hermosas playas e impolutos y sonrientes escolares en la gráfica de los suplementos dominicales. Tan sencillo.
Ciertamente, Pascual Serrano, el gran cirujano de la prensa corporativa, no se limita a diseccionar los contenidos de cada artículo que analiza, a separar las contradicciones informativas de las mentiras en estado puro, a clasificar en pequeños botes de laboratorio las mil y una trampas del actual periodismo de compraventa. Además de todo ello -ahí reside su principal aportación a la ciudadanía- nos introduce en las claves explicativas necesarias para comprender el porqué de tanta manipulación. La raíz del tratamiento informativo sobre la realidad de la Isla, devenido en verdadera «conjura contra Cuba» -tal como nos explica en su sarcástica propuesta anterior- no es ligero, anecdótico o casual, sino estructural, ideológico: los medios pertenecen a grandes consorcios empresariales que, bajo su disfraz de «contrapoder necesario en democracia», actúan según poderosos intereses económicos y, tomados en su conjunto, como reproductores de las posiciones de clase de una élite privilegiada.
Pascual Serrano nos presenta en este libro, «Conjura contra Cuba», las claves de tratamiento informativo que constituyen el verdadero «libro de estilo» de la información sobre Cuba que emplean en sus rutinas periodísticas cuadrillas de redacción, columnistas orgánicos, gacetilleros y demás subalternos de las corporaciones mediáticas. Un libro que compendia las principales conclusiones de su observatorio permanente sobre la actuación de los principales oligopolios de la comunicación hacia el «tema Cuba», y en el que desenmascara, sobre cualquier otra trampa periodística recurrente, el empleo de la descontextualización. Sucesos y problemas en la Isla antillana son sistemáticamente elevados a la categoría de «hecho noticiable» por la decisión política de las jefaturas de redacción, replicantes fieles del catecismo ideológico de sus patronos. Contradicciones y complejidades de la sociedad cubana son sacados de su contexto por la gran maquinaria de la desinformación, con la intención de exagerar su magnitud y, de paso, eliminar cualquier posibilidad de comparación con la situación de otros países. Serrano, conocedor en otros lugares de América Latina del conflicto y el drama verdaderamente «noticiable», desnuda una y otra vez a los medios que pretenden, atacando a Cuba, tapar el fracaso del modelo capitalista en versión neoliberal y su coste de miseria, explotación y muerte que, precisamente, ha tenido en dichos medios a su auténtico departamento de agitación y propaganda durante décadas. Unos medios que nos pretenden convencer, además, del fracaso del proyecto social y político de Cuba porque no ha conseguido, a pesar de ser un país del Tercer Mundo en estado de guerra, llegar a ser una Suecia tropical.
En «Conjura contra Cuba», Pascual Serrano nos demuestra, una vez más, cuál debe ser la herramienta más eficaz para un periodismo crítico: el trabajo tenaz, riguroso, minucioso y desapasionado, con lupa y microscopio, a partir del cual obtiene las pruebas irrefutables que argumentan la denuncia del permanente fraude informativo. Su principal mérito, por tanto, es mostrar las evidencias empíricas con las que desenmascarar a quienes han pervertido la libertad de prensa hasta convertirla en tramposa y ramplona libertad de empresa.
José Manzaneda, Coordinador de Cubainformación (www.cubainformacion.tv)
Información sobre el libro:
Serrano, Pascual. Conjura contra Cuba. Edición de Euskadi Cuba. Marzo 2009
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