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“Nuestros dirigentes negocian las condiciones de nuestro encarcelamiento”

¿Puede sobrevivir la Autoridad Palestina?

Fuentes: Information Clearing House

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens y revisado por Caty R.

¿Se acabó también la Autoridad Palestina (AP) ahora que finalmente se ha declarado la muerte del proceso de paz de 18 años en Medio Oriente?

Es la pregunta que se hacen los palestinos después de una semana de dañinas revelaciones de que los negociadores de la AP hicieron en secreto importantes concesiones a Israel con respecto a Jerusalén, los refugiados y las fronteras.

La AP -el gobierno palestino en gestación, dirigido por Mahmud Abbas- ya estaba en crisis antes de que la televisión Al-Jazeeera revelara los documentos oficiales palestinos la semana pasada.

Ahora, dijo George Giacaman, jefe del centro de investigación Muwatin con base en Ramala, que propugna más democracia palestina, la AP está «contra la pared».

La cuestión de la supervivencia de la AP y la futura dirigencia de la política palestina es más urgente al recibir la onda expansiva de las turbulencias en el Gran Medio Oriente, desde Túnez a Yemen.

Mahdi Abdul Hadi, director del think tank de Jerusalén Passia, dijo que los palestinos están «ante una encrucijada». Aunque hasta ahora las calles han permanecido bastante tranquilas, dijo que sólo es cuestión de tiempo que los palestinos comiencen a demostrar repulsión hacia su dirigencia.

«Ahora está mucho más claro para los palestinos que estamos viviendo en una prisión y que los dirigentes de la AP sólo existen para negociar los términos de nuestro encarcelamiento», dijo.

Él, como muchos otros analistas palestinos, declaró que han terminado las negociaciones para una solución de dos Estados.

Ese sentimiento parece que lo comparten la mayoría de los palestinos. Una encuesta realizada en diciembre por el Centro Palestino de Investigación Política y de Sondeo, antes de la filtración de 1.600 documentos oficiales, mostró que un 71% de los palestinos cree que no conseguirán un Estado en los próximos cinco años. Probablemente el porcentaje habrá aumentado mucho.

Como señal de creciente pánico en Ramala, los dirigentes palestinos lanzaron frenéticamente la semana pasada una acción para cubrir la retirada. Inicialmente afirmaron que son documentos falsificados y sugirieron que Al-Jazeera se está poniendo de parte de los rivales políticos de Abbas, el partido islámico Hamás, para derrocar a la AP.

Pero varios funcionarios han confirmado la autenticidad de los papeles y la AP ha reorientado su atención a descubrir al responsable de la filtración.

Abdul Hadi dijo que los palestinos llegarán cada vez más a la conclusión de que el futuro que se proyecta para ellos es que vivan en «un Estado binacional bajo un régimen de apartheid» administrado por Israel.

«Por el momento Abbas ha sacado a sus seguidores a la calle, pero el pueblo palestino despierta a la realidad de su situación», dijo.

Samir Awad, profesor de política en la Universidad Birzeit, cerca de Ramala, estuvo de acuerdo en que Israel está imponiendo, de facto, la solución de un Estado. «La lucha por la independencia nacional ha pasado y la AP, si quiere sobrevivir, debe reinventar rápidamente su papel. Los palestinos están ante un camino largo y difícil: una lucha por sus derechos civiles y políticos en un solo Estado,» dijo.

Sin embargo Asad Ghanem, profesor de política de la Universidad Haifa en Israel y experto en política palestina, señaló que al tambalearse la AP, Israel y EE.UU. intensificarían sus esfuerzos para fortalecer las fuerzas de seguridad de la Autoridad y su papel represivo.

Con la censura política en los Territorios Ocupados, dijo Ghanem, es crucial que los dirigentes palestinos intervengan desde afuera para redefinir el movimiento nacional palestino, incluidos los palestinos como él mismo que viven en Israel y los grupos de la la diáspora.

Giacaman dijo que hace tiempo que la AP ha dejado de servir su propósito oficial. Fue creada por los acuerdos de Oslo como una administración temporaria en la transición al Estado palestino, propuesta por un período de cinco años durante el cual se suponía que Israel se retiraría paulatinamente de Cisjordania y Gaza.

Desde que las negociaciones de Camp David terminaron en un punto muerto en el año 2000 la AP se ha aferrado al poder, con un control limitado sobre menos de un 40% de Cisjordania ya que Israel ha seguido construyendo asentamientos en el área bajo su control.

Abbas ha amenazado en varias ocasiones con la disolución de la AP, últimamente en diciembre, cuando advirtió: «No puedo seguir siendo el presidente de una Autoridad que no existe».

Pero Giacaman dijo que esas amenazas son huecas, hechas para presionar a Israel a fin de que vuelva a las negociaciones por el temor de que de otra manera tendría que aceptar el considerable peso financiero de la reocupación militar directa.

Sin embargo, Giacaman, la AP tiene problemas mucho más graves después de la filtración de los documentos. «Sin un proceso de paz, tiene que justificar la continuación de su existencia».

El enfoque inmediato más probable, dijo, es la intensificación de la acción internacional a través de las Naciones Unidas, presionando por una resolución contra los asentamientos en el Consejo de Seguridad.

También piensa que la AP debiería considerar un cambio de posición y defender activamente el Informe Goldstone, los resultados de una comisión de la ONU que sugieren que Israel cometió crímenes de guerra durante su ataque contra Gaza a fines de 2008 y comienzos de 2009.

Uno de los papeles filtrados revela que Abbas ha aceptado, bajo presión de EE.UU., archivar el informe en lugar de llevarlo ante la Asamblea General de la ONU.

«El problema de la AP es que tiene que crear crisis diplomáticas para lograr la intervención de la comunidad internacional. Pero esto la pondrá en confrontación con Israel y EE.UU. Israel siempre puede amenazar con reducir los 60 millones de dólares de impuestos que transfiere cada mes a la AP,» dijo Giacaman.

La amenaza de la AP de declarar unilateralmente un Estado y luego buscar el reconocimiento en la ONU, agregó, no cambiará la realidad sobre el terreno. «Incluso si la mayoría de los países reconoce el Estado, será un Estado bajo ocupación», dijo Giacaman.

Mientras tanto probablemente Israel llenará el vacío diplomático. Podría promover un plan similar al presentado por Avigdor Lieberman, el ministro de Exteriores israelí de extrema derecha, de reconocer un Estado palestino en fronteras temporarias. O podría continuar sus políticas de separación, retirándose de más áreas de Cisjordania y alentando a los palestinos a tomar posesión de lo que quede.

Awad dijo que el colapso de la AP implica muchos peligros para los palestinos. Uno de ellos es la posibilidad de una guerra civil convulsiva entre el partido Fatah de Abbas y Hamás. Otra, dijo, es la «afganistización» de los Territorios Ocupados, si los señores de la guerra tribales toman un control limitado de los enclaves territoriales en los que Israel no está interesado.

Una versión de este artículo apareció originalmente en The National

Jonathan Cook es un escritor y periodista que trabaja en Nazaret, Israel. Sus últimos libros son Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East, Pluto Press, y Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair, Zed Books. Su página web es www.jkcook.net.

Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article27390.htm