Recomiendo:
0

¿Qué hay detrás del gran auge económico de Israel? La ocupación

Fuentes: 972mag

Traducido para Rebelión por J. M.

El período de la historia de Israel en el que se vivió el mayor crecimiento económico, más que ningún otro momento, fue durante los seis años siguientes a la Guerra de los Seis Días. ¿Y qué avances agrícolas, industriales o de alta tecnología tuvieron lugar entre los años 1967-1973? Nada digno de mención. Más que debido a cualquier otro factor, el motivo fue el establecimiento de la empresa de la ocupación.

Esta semana, la doctora Karnit Flug se ha convertido en la primera mujer de la historia de Israel nombrada gobernadora del Banco Central de Israel, un puesto análogo al de la Reserva Federal de Estados Unidos. El proceso que ha conducido a su nombramiento se ha desarrollado como imagen satírica de lo que ocurrido en Estados Unidos poco tiempo atrás.

En ambos casos, el gobernador/presidente saliente había recomendado vivamente a su segunda al mando, mujer, como sucesora. En ambos casos, el gobierno originalmente se saltó a la candidata, en lugar de cortejarla se ocuparon de poner esqueletos en los armarios de los candidatos masculinos. Y en ambos casos, el sentido común acabó imponiéndose.

Sin embargo, en lo profundo de las maniobras, han existido diferencias familiares entre el proceso estadounidense y su imitación israelí. Mientras que la Administración Obama únicamente había considerado a Larry Summers por encima de Janet Yellen sin llegar nunca a extenderle formalmente la invitación, el gobierno de Netanyahu se las apañó para nombrar oficialmente a dos aspirantes a gobernantes masculinos, cuyas candidaturas acabaron finalmente por evaporarse en el aire. Después, Bibi y su ministro de Finanzas, Lapid, discutieren y dudaron entre otros varios candidatos durante un período adicional de tres a cuatro meses antes de volver finalmente a la doctora Flug -que ejercía mientras tanto las funciones de gobernadora- como opción de último recurso. Ello fue precedido por una aparición de Lapid -que hace unos meses era la nueva estrella política de Israel y en la actualidad el hazmerreír favorito- en la TV nacional sólo cuatro días antes de la designación y declarando en su forma excesivamente despectiva que «Flug nunca será gobernadora del Banco de Israel».

Pero sin lugar a dudas, la guinda del pastel son las informaciones de diversas fuentes según las cuales, en el último momento, Netanyahu extendió una invitación desesperada nada menos que al propio Larry Summers. Así fue como me enteré de que Summers es judío. En el mundo de Netanyahu, cualquier economista neoliberal, hombre, de origen judío, de cualquier parte del mundo, resulta un candidato a gobernador del Banco de Israel más apropiado que una mujer de origen israelí que ascendió en las filas del Banco (el predecesor de Flug fue el estadounidense Stanley Fischer).

Pero estoy divagando… lo siento, la política israelí con frecuencia es tan divertida que ni la sátira puede hacerle justicia.

¿Por qué esta virulencia contra la doctora Flug por parte de Netayahu? ¿Cuál es, metafóricamente hablando, el «secreto oscuro» que hizo que Bibi tratara de tirar a todos los que estaban en posición de probables gobernadores por el fregadero sólo para evitar el sucesor natural?

La carencia de un cromosoma en Flug no explica la profundidad de la hostilidad de Bibi. En cambio, la mayoría de los periodistas económicos apuntan a un documento de trabajo publicado en 2007, cuando la doctora Flug era jefa del departamento de investigación del Banco.

Ese documento, escrito con participación de la doctora Flug y del doctor Michel Strawczynski, divide la historia israelí desde 1960 hasta 2006 en períodos delimitados por puntos de inflexión históricos y económicos, y calcula el crecimiento en cada período, así como una gran cantidad de variables que representan la política económica y la situación política, en un intento de responder a la pregunta de cuáles son los principales impulsores de los períodos de crecimiento. Más específicamente, si tienden a ser los factores geopolíticos (las guerras, las olas de inmigración, la economía mundial, etc.), o la macro política económica del Tesoro israelí (el déficit, la liberalización, la inversión pública, etc.). He aquí los datos brutos del artículo:

Flug y Strawczynski concluyeron de forma inequívoca que durante el período que estudiaron, la geopolítica había triunfado sobre la política económica por su impacto sobre la situación económica de Israel en una proporción de 2 a 1. Francamente, no hacen falta modelos econométricos complejos para llegar a esa conclusión: la tabla lo muestra directamente, y cualquier persona con un poco de memoria sobre esa parte de ese período puede dar fe de ello. En todo caso, los modelos podrían haber otorgado a la política económica más que su justa parte, por lo menos, debido a la falacia de que las medidas macro-económicas tienen un efecto inmediato en lugar de retardado.

De todos modos, el informe Flug-Strawczynski constituyó como una espina en el flanco de Netanyahu. De 2003 a 2006 regresó de su desierto político y, como ministro de Finanzas, puso en marcha un radical programa neoliberal de brutales recortes den el sistema de la seguridad social y recurrió a la privatización desenfrenada. Ese período coincidió con la salida de Israel de su peor crisis económica desde la década de 1970, la crisis de la Intifada Al-Aqsa de 2001-2003, agravada por la recesión del 11/S.

Bibi ha presentado la recuperación de Israel de la crisis de 2001-2003 como prueba de su genio económico, y como pretensión de seriedad a ojos de las elites socio-económicas de Israel, que hasta entonces lo habían considerado como un rocín superficial. Sin embargo, hete aquí al jefe del departamento de investigación del Banco Central afirmando en un informe oficial que, en realidad, la economía de Israel cabalgó esencialmente en la silla de George W. Bush para salir de la crisis.

Parece justo. Ello probablemente explique el «oscuro secreto» de Netanyahu frente a la doctora Flug. Resulta un tanto irónico, pues los autores del informe en realidad hacen todo lo posible por alabar las políticas económicas de Bibi en un grado casi vergonzoso, teniendo en cuenta que se trataba de un informe de investigación y no un artículo de opinión. Sin embargo, no pudieron anular sus resultados, ni tampoco aplacar la ira de Bibi.

Pero esta montaña de un granito de arena económico no es el Oscuro Secreto que me preocupa.

Me alegró mucho descubrir el informe Flug-Strawczynski. No por su análisis – no simpatizo con los modelos neoliberales, parece que son lo suficientemente «flexibles» como para dar a los neoliberales exactamente lo que quieren, la maldita realidad. Thomas Herndon lo demostró brillantemente a raíz del influyente artículo de Reinhart-Rogoff. Yo tuve mi propia experiencia personal inquietantemente similar con este tipo de (malas) prácticas de otra celebridad neoliberal, Dartmouth Jonathan Zinman. En el caso de Flug-Strawczynski, la señal procedente de la realidad era probablemente demasiado fuerte como para ser borrada por el engañoso modelo neoliberal.

No, no fue el análisis lo que me alegró. Fue ver los datos en bruto da la tabla 1 mostrada anteriormente. Los datos muestran un oscuro secreto que no es precisamente de Flug sino que más bien lo comparte toda la elite israelí. De hecho, se trata de un secreto oculto a la vista de todo el mundo.

¿Cómo se convirtió Israel en un país rico?

En los últimos 30 a 40 años más o menos, Israel pasó a ser un país occidentalizado, rico en relación con la mayor parte del resto, tanto en términos de estilo de vida como en auto imagen. Es decir, la mayoría de los ciudadanos israelíes viven hoy en día un estilo de vida occidental, consumista, relativamente rico, y esperan ser merecedores de este tipo de vida. La mayoría de los índices económicos internacionales actuales de riqueza muestran a Israel en el 10 a 15 por ciento más alto en la escala de los países de todo el mundo.

En 1960, al comienzo del período examinado en el informe Flug-Strawczynski, la situación no era en absoluto esa. Entonces, ¿qué es lo que desencadenó el «milagro económico» de Israel, su transición hacia un sólido Estado del primer mundo?

Si se compara a Israel con otros países que pegaron el salto desde el «Segundo» o «Tercer mundo» al «Primero» en un plazo similar, la dificultad de la cuestión se hace más evidente. En la prensa israelí ha habido intentos de definir a Israel como un «tigre asiático», como Japón, Corea del Sur o Taiwan. Pero todos estos Tigres tomaron un camino muy claro hacia la prosperidad: se convirtieron en potencias mundiales de exportación industrial. Israel también se enorgullece de sus exportaciones, pero no han alcanzado los niveles de los Tigres y nunca han superado nuestras importaciones (bajo ciertas opciones de cálculo, en 2010 las exportaciones de Israel brevemente y por poco superaron sus importaciones, pero no es así si se consideran todas las importaciones y exportaciones, y ello no ha ocurrido en ningún otro año).

Así que Israel no es un «tigre asiático».

Algunos países europeos también han salido de la pobreza relativa a cierta riqueza relativa en un período similar: Italia y España vienen a la mente. Durante su período de rápido crecimiento, estos países disfrutaron de una de paz estable, manteniendo muy pequeños ejércitos, se convirtieron en imanes turísticos mundiales y, para arrancar, tenían saldos de comercio exterior mayoritariamente positivos. Israel ciertamente no siguió este camino tampoco.

Entonces, ¿cuál es el secreto de Israel?

La respuesta generalizada israelí al acertijo es una mezcla de teorías autocomplacientes. La más popular es una historia de esplendor generacional: comienza desde nuestra increíble agricultura desarrollada a partir de 1930 hasta la década de 1960 (sólo para ser desmantelada más tarde por el neoliberalismo), seguida por una increíble industria «tradicional» en la década de 1950 (que, de nuevo, produce muchas menos exportaciones que nuestras importaciones en cualquier momento, y que también ha sido desmantelada en gran medida desde la década de 1980), y hoy en día, el legendario «Silicon Wadi», el becerro de oro de la alta tecnología israelí.

Otra explicación proviene de los fans israelíes del neoliberalismo. Después muchos años de inconsistentes políticas cuasi-socialistas, en algún momento a mediados de la década de 1980 la política macro-económica de Israel comenzó a seguir el dogma neoliberal. Desde entonces, sus marcas neoliberales no han dejado de mejorar. Esto -según los neoliberales- es la fuente del maná económico que llueve sobre las cabezas israelíes. Esta última teoría es la que examinó el informe. Los autores del modelo lograron descartar una respetable derrota: la ortodoxia neoliberal no fue un factor determinante en el crecimiento económico de Israel, pero fue «estadísticamente significativa» (como estadista pongo en duda la premisa «significativa» aquí, por diversas razones).

Sin embargo, basta con analizar los datos en bruto para demostrar que la teoría de que el «neoliberalismo nos trajo la prosperidad» es pura basura. Si fuera cierto, cabría esperar que las cifras de la Tabla 1 mostrasen un crecimiento débil o inconsistente antes de finales de 1980, y un crecimiento cada vez más acelerado desde entonces. Lo que vemos en cambio, es una perenne contradicción de principio a fin, pero los períodos largos de crecimiento más fuerte se dieron predominantemente en los años 1960 y 1970, mucho antes del advenimiento del neoliberalismo israelí. ¿No me creen? Esto es lo que los propios autores escriben: «Después de 1973, los períodos de crecimiento fueron escasos y cortos…» (p. 5).

Así que no fue el neoliberalismo

¿Qué ocurre con la explicación de la agricultura-industria de alta tecnología? Los datos reales no son complacientes tampoco¿Cuál fue el período de crecimiento más importante y mantenido, muy por delante de cualquier otro período entre los años 1960-2006? Los seis años siguientes de la guerra de 1967. El crecimiento anual per cápita en esos seis años fue de un gigantesco 9,9 %; la explosión de la «alta tecnología» de Intel entre 1999 a 2000 solo aparece en un distante segundo lugar con 6.3 %, y en un tercer lugar el periodo de 1960 hasta 1965, con el 5,6% (cuadro 1, tercera columna de cifras). El crecimiento de 1967-1973 no solo se produjo a un ritmo fenomenal; este periodo es también uno de los más largos en la agitada historia que muestra la tabla (y por razones desconocidas, los autores erróneamente recortan por un período demasiado corto en diciembre de 1972, en lugar de septiembre de 1973, la víspera de la guerra de 1973). Acumulativamente, en los 76 meses desde la guerra de 1967 hasta la guerra de 1973, el PBI per cápita de Israel casi se duplicó.

¿Qué avances agrícolas, industriales o de alta tecnología tuvieron lugar entre 1967 y 1973? Nada digno de mención. Más bien, el proyecto para este período de crecimiento, el que más tuvo que ver con la transformación del estatus económico de Israel de [Estado del] «Segundo mundo» al «Primer mundo» aunque no exclusivamente pero sí más que cualquier otro factor es la creación de la empresa de la ocupación de asentamiento.

Como ya he dicho, se trata de un secreto a voces. Los datos son públicos pero nadie parece estar interesado en ellos, y ciertamente a nadie en Israel le importa destacarlos. Los encontré por primera vez hace unos años en la página web gapminder.org que exhibe una increíble visualización global sobre la salud. Mientras jugaba con los gráficos interactivos expuestos allí obviamente me interesé por mi país de origen.

Aquí se presentan algunos cuadros de Gapminder en los que destaca Israel. El eje X muestra la tasa de crecimiento per cápita del año en curso, mientras que el eje Y muestra el PIB per cápita (logaritmo transformado). En la tabla de 1967, Israel se encuentra cerca de la parte superior del cuadro del «Segundo mundo», no muy lejos de países como Hungría y Yugoslavia. En la tabla de 1974 ya había saltado a la parte inferior del cuadro «Primer mundo». Los puntos conectados por una línea de color verde muestran notables cifras de crecimiento per cápita anuales de Israel durante los siete años transcurridos. Haciendo un salto semejante al mismo tiempo que Israel se encuentra Japón (gran círculo rojo), Italia y España (un poco más pequeños, círculos de color naranja).

Así que hace tiempo que conozco estos datos. Pero Gapminder es «sólo una página web» y además con sede en Europa. Los israelíes se han empeñado desde 2000 en negar reflexivamente toda información embarazosa que proceda del extranjero (incluso aunque la fuente sea un simpático profesor de salud pública sueco que recoge los datos de 200 países y que no está obsesionado con Israel en particular). Por lo tanto, me alegré mucho de ver un informe oficial nada menos que del Banco Central de Israel, admitiendo la misma realidad, negro sobre blanco.

Así que, ¿qué tenían que decir Flug y Strawczynski sobre la notable aceleración del crecimiento de los años 1967-1973? En este caso, Israel nada tiene que decir tampoco. Sí, un informe de 37 páginas llamado «Episodios de crecimiento persistente y actuación de la política macroeconómica en Israel» casi no dedica atención a la fase de crecimiento más importante y singular del estudio. La única pseudo referencia a este período está entre paréntesis, aludiendo a que la guerra de 1967 «(… produjo un mayor crecimiento porque fue breve y creó perspectivas de mejora de la situación geopolítica de Israel)», mientras que con la guerra de 1973 ocurrió más o menos lo contrario -y ello asimismo no fue invocado para explicar el crecimiento sino únicamente para atrgumentar por qué los autores no incluyeron las guerras directamente como una variable conjunta en el modelo (p. 12, sin embargo, sí incluía el número de víctimas del terrorismo).

Sólo para completar y con poco entusiasmo, me referiré a la explicación también. Sí, 1967 estableció a Israel como potencia regional. Pero esta mejora geopolítica tuvo un precio geopolítico directo. El bloque soviético cortó inmediatamente todos los lazos con Israel, convirtiéndolo en un peón explícito de la Guerra Fría para bien o para mal. El boicot económico árabe, en vigor desde 1948, pero desdentado durante sus dos primeras décadas, comenzó a intensificarse, alcanzando su punto máximo después de 1973. Y desde una estricta perspectiva de la seguridad, como algunos analistas han señalado recientemente, 1967 realmente perjudicó el potencial de disuasión de Israel. En el frente egipcio, la guerra nunca terminó, decantándose en una sangrienta guerra de desgaste de cuatro años. Es a partir de 1967 cuando los palestinos hacen su aparición como actor autónomo, lanzando operaciones de guerrilla y ataques terroristas, primero desde Jordania y Gaza, luego desde Líbano y el resto del mundo. Por el contrario, los años inmediatamente anteriores a 1967 fueron de los más tranquilos de la historia israelí. Entonces ni la geopolítica per se, ni la situación de la seguridad objetiva fueron los factores económicos que hicieron que Israel diera el salto rápido para convertirse en rico entre el verano de 1967 y el otoño de 1973.

¿Cuáles son los datos entonces? Fue el establecimiento del régimen de ocupación, que ofreció dividendos inmediatos en múltiples formas. He aquí alguno de ellos:

Mano de obra árabe, Parte A – Prácticamente de la noche a la mañana, el mercado laboral de Israel se vio inundado por gran cantidad de mano de obra indígena barata y de alta calidad. El producto de la mano de obra palestina para las empresas israelíes contribuyó directamente a la riqueza nacional. Tuvo que pasar un tiempo para que las autoridades documentasen la realidad de esta situación y «controlasen» parcialmente esta mano de obra (en el sentido de que fuera declarad oficialmente). Sin embargo, su alcance fue verdaderamente importante: en pocos años apenas quedaban obreros israelíes judíos. Además, la minoría de los obreros palestinos documentados, sumaban decenas de miles de personas que pagaban impuestos sobre la renta a Israel y el equivalente israelí de la Seguridad Social, sin recibir nada a cambio, lo que también dio un impulso al presupuesto del gobierno de Israel, (desde 1994 ese dinero tenía que ir supuestamente a la Autoridad Palestina; retenerlo se ha convertido en un deporte nacional entre los políticos israelíes).

Mano de obra árabe, Parte B – La mano de obra palestina facilitó que buen aparte de la clase trabajadora israelí se convirtiera en clase media como pequeños empresarios independientes. El obrero de la construcción israelí se convirtió en contratista independiente siendo los palestinos quienes hacían el trabajo. El mecánico de automóviles se convirtió en propietario de negocio de automóviles, etc. Cualquiera que viviese en Israel durante los años 1970 y 1980, recuerda la cantinela que cacareaba la gente con lágrimas de cocodrilo: «Todos los trabajadores son árabes» y «los judíos ya no quieren trabajar…» Pero en realidad, la mayoría de los israelíes estaban muy satisfechos de enriquecerse.

Mano de obra árabe, Parte C – El menor costo y el mayor rendimiento de la mano de obra palestina permitió a los consumidores israelíes disfrutar de productos y servicios más baratos, sobre todo si iban a los Territorios [ocupados de 1967] a comprarlos – lo que entre 1967 y 1973 se consideraba una actividad perfectamente segura y casi cotidiana. En el interior del propio Israel se produjo un boom de la construcción y los grandes apartamentos se pusieron al alcance de la mano. Muchos propietarios de empresas israelíes mantuvieron los precios o incluso los elevaron ya que la demanda aumentó, enriqueciéndose muy rápidamente debido a que los márgenes eran mucho más elevados.

La empresa de los asentamientos – La sabiduría popular atribuye la masiva expansión de los asentamientos israelíes a los gobiernos de derechas del Likud a partir de 1977. En realidad, incluso antes de que el proyecto de los asentamientos transformase algunas regiones hasta hacerlas irreconocibles, en primer lugar y de manera particular «Jerusalén Oriental» -las vastas regiones del norte de la ciudad, del noroeste, del este y del sur anexionadas en 1967, que son mucho más extensas que las dos zonas previas a 1967 juntas. En las colinas brotó en pocos años un conglomerado de mega barrios judíos. El nuevo territorio era «libre», es decir, confiscado por la fuerza a sus propietarios palestinos, y la mano de obra era barata (véase más arriba…). En 1973, Jerusalén ya había pasado de ser una somnolienta ciudad fronteriza a una gran urbe vibrante que estimulaba enormemente el vigor de la economía de la ciudad.

Mercado Cautivo – De la noche a la mañana, el mercado «doméstico» de productos israelíes aumentó por el tamaño de su población en un 50%. Tras hacerse cargo de los territorios ocupados [en 1967], Israel impuso una unión aduanera con ellos y bloqueó completamente o puso fuertes barreras a la importación del exterior en los territorios. La industria palestina local también fue reprimida por la asfixiante burocracia militar, así como por la propia situación. Gapminder.org atribuye el poder adquisitivo per capita de Jordania en 1967 a cerca de un tercio del de Israel, de modo que, dependiendo de los productos, la expansión real del mercado fue probablemente menor. Pero ¿qué empresa se quejaría de que el mercado se expandiera de manera inmediata en un 10% – 20%? Para los monopolios israelíes, el mercado cautivo resultó especialmente lucrativo. Por ejemplo, tres compañías de petróleo de Israel se unieron para crear Pedesco, un monopolio de gas que operaba únicamente en los territorios. Pero la joya de la corona sigue siendo el monopolio de divisas. La lira israelí (predecesora del shekel) se convirtió en moneda de facto en los territorios, y los bancos israelíes cargaron a los bancos palestinos tasas confiscatorias por el privilegio de usarla.

Una carretera de circunvalación boicoteada por los árabes – Como se ha dicho anteriormente, después de 1967, los países árabes se convirtieron en entusiastas boicoteadores de Israel. Sin embargo, la política de «Puentes abiertos» anunciada por el ministro de Defensa israelí, Moshe Dayan, permitió que empresas de Cisjordania exportasen al mundo árabe a través de Jordania, y la etiqueta de Cisjordania se boicoteó. Empresas israelíes se aprovecharon rápidamente de esta oportunidad, y desde 1967 se ha estado vendiendo una gran cantidad de productos israelíes a los desprevenidos consumidores del mundo árabe con una etiqueta falsa, accediendo así [los productos israelíes] a mercados que antes eran inaccesibles. Ello resultó especialmente sencillo con los productos agrícolas. La prensa israelí hizo alarde abiertamente de la práctica en la década de 1970.

La explotación de los recursos naturales – Lo más fácil de explotar, por supuesto, era la misma tierra. Sin embargo, otros recursos han sido intensa y rápidamente explotados también. Sólo años más tarde se reveló que desde el verano de 1967, Israel bombea grandes cantidades de petróleo del campo de Abu Rudeis, en el Sinaí. Desde 1973 este campo suministra la mitad del consumo de petróleo en Israel. Además, el agua de los Altos del Golán, ocupados a Siria en 1967, sin duda ha ayudado a la agricultura israelí en el norte, la región más productiva del país (antes de 1967, la incesante «guerra del agua» con Siria constituía el punto crítico a lo largo de las fronteras de Israel).

La expansión del gasto público – Muchos de los puntos anteriores exigieron un gasto público importante. Pero más que la combinación de todo lo demás, el gasto militar aumentó descomunalmente. Se construyeron nuevas y enormes bases militares en los territorios, en el Sinaí, sobre todo -incluyendo las nefastas fortificaciones de la Línea Bar Lev. El número de empleados en las «industrias de seguridad» de Israel aumentó en un 150% desde 1967 hasta 1973 (véase a Shir Hever para datos). Fue otro de los estímulos para la economía de Israel, y la asistencia militar proveniente de los Estados Unidos, cada vez más importante (que era básicamente inexistente antes de 1967). Pero algunos de estos gastos carecían de financiación y, de hecho, el presupuesto de Israel cayó en números rojos en 1969, y en 1973 el gobierno tuvo un déficit considerable.

¿La «puesta en marcha de la nación»? La más sorprendente puesta en marcha de la historia de Israel sigue siendo el establecimiento del régimen de ocupación. Un problema pequeñito: nos olvidamos estratégicamente de establecer el momento de salida

A pesar del notable compromiso de la mayoría de los gobiernos israelíes con la ocupación y con los asentamientos, estos proyectos gemelos no han vuelto a lograr ni remotamente el mismo auge que entre los años 1967-1973. Peor aún, la ocupación se ha convertido en el principal instigador de las crisis económicas de Israel. Esto, por supuesto, comenzó en octubre de 1973. La causa directa de la guerra fue que Egipto comprendiera que Israel tenía la intención de que la ocupación del Sinaí deviniera permanente. La guerra de 1973 sumergió a Israel en una de sus peores crisis económicas (atenuado levemente en las cifras de la tabla 1 debido a que incluyen erróneamente las tres cuartas partes antes de la guerra), una crisis con consecuencias internacionales debido al embargo de petróleo que causó. A partir de entonces, dos Intifadas -rebeliones palestinas contra la ocupación- provocaron asimismo recesiones, causando que las peores cifras de todos los periodos que cubre el estudio sean las de la recesión de 2001-2003.

Salir de la crisis a mediados de 1970 y finales de 1980 exigía que Israel pagase un precio político. En la primera ocasión, se devolvió el Sinaí y comprometerse (falsamente) con la autonomía palestina. En la segunda ocasión el precio fue participar en negociaciones directas con los palestinos para que dieran lugar a cierta autonomía limitada. Pero la salida de la crisis de 2001-2003 nos la concedió el gobierno de George W. Bush de forma gratuita, como parte de su cruzada para remodelar Oriente Próximo, y con su excelente capacidad habitual para gestionar las cosas.

Este inimaginable (y muy irresponsable) regalo político-económico de Bush fue la causa de que la mayoría de los israelíes entraran en una burbuja mental de suficiencia y separación de la realidad. Esta burbuja explica gran parte de la ridícula aventura militar de Israel desde mediados de los años 2000. Es una burbuja que permite que Bibi se jacte de «salvar la economía de Israel» a través de una poción mágica neoliberal. Y es esta burbuja que economistas como Flug y Strawczynski intentaron supuestamente «investigar», la que causa los ciclos de crecimiento y recesión de Israel al mismo tiempo que ignora por completo el régimen de ocupación que realmente subyace en la mayoría de dichos ciclos.

Por si todavía está confundido en cuanto a lo que este pequeño mensaje postal afirma:

A partir de l967, la economía de Israel se convirtió en primer término y esencialmente en una economía de ocupación. Establecer el régimen de ocupación nos proporcionó la mejor racha de crecimiento económico. Desde entonces, los problemas de la ocupación nos han ocasionado nuestras peores crisis.

Sí, en Israel también hay alta tecnología, y también hay política macroeconómica. Pero estudiar la macroeconomía israelí sin abordar explícitamente el régimen de ocupación es -mis disculpas si esto ofende a alguien- equivalente a mala praxis económica.

En un cálculo general, mi opinión es que Israel sigue beneficiándose, económicamente hablando, de la diferencia entre las ganancias y las pérdidas acumuladas por su apuesta por la ocupación. Ello es así principalmente a expensas de los palestinos, por supuesto, pero también cada vez más a costa de Estados Unidos, de la UE y de otros que han vertido cada vez más dinero y esfuerzos para que la situación en Israel – Palestina no se caiga por completo por un precipicio. La entrada de dinero exterior ha ayudado a retener muchos de los beneficios de la ocupación (por ejemplo, al menos la parte de mano de obra árabe supuso un crecimiento masivo y el motor de generación de riqueza hasta 1987, en lugar de terminar en 1973), mientras se externalizaba el descomunal gasto militar y se eludía la responsabilidad por la paralización de la economía palestina. Sin embargo, el balance anual de la ocupación es probablemente negativo en la actualidad, y va cada vez a peor, en promedio, cada año.

¿Por qué no podemos renunciar a la ocupación? Además de las razones políticas y sociales bien conocidas (miedo a los palestinos en general y al terror en particular, al estrangulamiento de los colonos de la derecha en la política nacional, la inercia normal), también está el recuerdo del original «incremento» entre los años 1967 a 1973. El boom del principio sigue viviendo en muchos corazones y mentes israelíes, equiparando la ocupación y el «Gran Israel» con una especie de prosperidad. Eso explica nuestros comportamientos colectivos, tales como:

• Prometer renunciar a la ocupación una y otra vez pero no cumplirlo, y muchas veces sin ni siquiera hacer nada que realmente pueda llevar a su fin;

• Negar o reprimir la existencia de la ocupación, su naturaleza o la magnitud de su impacto en la vida de Israel;

• Echarle la culpa a todos menos a nosotros mismos por sus efectos colaterales.

En resumen, los patrones de comportamiento clásico de un adicto.

El que todavía no esté convencido de lo singular que resultaron los años 1967-1973 en la historia económica de Israel, aquí puede ver el registro establecido por gapminder.org sobre la tasa de crecimiento anual de Israel de 1967 a 2010. Ningún otro período se le aproxima

Algunas notas de la discusión que siguió a la versión en hebreo:

El hecho de que el período de puesta en marcha de la ocupación enriqueció a los israelíes, en promedio, no significa automáticamente que hizo a los palestinos más pobres durante ese mismo tiempo. Por el contrario, el efecto sobre los palestinos parece que fue una mezcla: muchas de las elites sufrieron (exilio, cárcel o perdieron una gran cantidad de vías de negocios); nuevas elites -los que supieron cómo hacer negocios con la ocupación- ganaron, y los palestinos comunes a menudo contaron con más dinero por atender las necesidades de los nuevos amos. Sin embargo, a medio y largo plazo el cambio de una forma de vida agrícola a otra urbana que derivó en el desarrollo de la economía basada en un día completo de trabajo, no resultó satisfactorio. El desarrollo de las infraestructuras y las habilidades se estancaron, y los ingresos de los palestinos pasaron a depender casi completamente de los caprichos de la política israelí respecto de la mano de obra palestina.

No se puede negar que el desarrollo de la alta tecnología israelí ha sido un importante motor de crecimiento. Sin embargo, nuestra alta tecnología, que comenzó en serio a mediados de los años 1980 y maduró durante los años 1990, se lleva a cabo en el contexto de una economía ya rica. Por lo tanto, no puede explicar la transición crítica hacia esa situación. Por otra parte, las grandes crisis de la ocupación, cuando se producen, continúan arrastrando a esa industria israelí junto a toda la economía. De hecho, se puede apreciar en los últimos años de la política y la economía de Israel, un intento frenético colectivo para preservar las características ultramodernas de la alta tecnología del «Primer Mundo» de la ocupación, sin dejar de lado la propia ocupación. Este esfuerzo acrobático está simbolizado en un hombre: Naftali Bennett, un millonario de la alta tecnología que se convirtió en presidente del Consejo de los colonos, el líder del partido político de los colonos, afiliado, y ahora sirve como ministro de Economía de Israel.

Nota del autor: Esta es una traducción al inglés, con algunas actualizaciones y revisiones por parte del autor, de un texto que aparece en hebreo en Haokets en septiembre. Mis mejores deseos para la doctora Flug por su reciente designación histórica. En este momento no me gustaría su nuevo trabajo ni para mi peor enemigo, pero a nivel personal es su nombramiento es bien merecido. Contrariamente a lo que mi introducción podría sugerir, por lo que yo sé, las credenciales personales de la doctora Flug son mpecables. El «oscuro secreto » es de hecho compartido por toda la élite económica de Israel. El título se atribuye a Flug ya que su trabajo de investigación había rozado peligrosamente cerca de ese «secreto oscuro» sin exponerlo. Gracias a Shir Hever por alguna información y los comentarios antes de la publicación. Gracias a los comentaristas por sus comentarios posteriores a su publicación, incluso los no tan amigables, por ayudar a mejorar la versión en inglés.

El doctor Assaf Oron es un israelí que vive expatriado en Seattle desde finales de 2002. Trabaja en investigación estadística en el Hospital Infantil de Seattle. Antes de llegar a Seattle, participó activamente en el conflicto israelo-palestino en grupos anti-ocupación como Ta’ayush y «Courage To Refuse». Ahora apoya las actividades de la organización humanitaria Villages Group from afar (http://villagesgroup.wordpress.com).

Fuente original: http://972mag.com/whats-behind-israels-biggest-economic-boom-the-occupation/81038/