Que Palestina era… Y seguirá siendo.
Es verso del poema Enamorado de Palestina, cuyo autor es el poeta palestino Mahmud Darwish.
Resistid, mi pueblo, tenemos que resistir / Tenemos que resistir a la violenta embestida de estos colonialistas / Tenemos que ignorar cualquiera de sus intentos para interponerse entre nosotrxs.
Versos del poema Resistid, mi pueblo, tenemos que resistirlos. Autora la poetisa palestina Dareen Tatour, condenada el 31 de julio de 2018 a 5 meses de prisión y 6 de libertad condicional por escribir el poema. Fue acusada de“incitación a la violencia”.
Las prisiones han pasado de un colonizador al siguiente. La venta de la colonia es la venta del País, tierra, ciudades, habitantes, prisión, … y el País es la gran prisión: Palestina colonizada pasó de las manos inglesas a las manos sionazis: prisión para mujeres, hombres, niños y ancianos de Palestina. El sicariato mediático muestra a través del lenguaje admirativo al poder colonialista como introductor de instrumentos modernos de explotación de la tierra, de descubridor de tumbas milenarias, de generador de industrias, y con lenguaje malversado, intentar trasladar la imagen de sus males al otro, lo que el nazi Goebbels llamaba el efecto espejo, es decir, mediante la propaganda ocultar sus crímenes y acusar al Pueblo Palestino. Así es el sionazismo, supremacista, cuyos actos, reprobables y perniciosos son la peor cosa que ha tenido que sufrir la humanidad. La guerra mediática que realiza su ejército de sicarios fosilizados, para promocionarle le llama Estado y única democracia de Oriente, así tratan como normal el neocolonialismo, el racismo, el robo, el apartheid, la expulsión de sus habitantes, y el silenciamiento de lo que hacen en las oscuras prisiones, así es la persecución del Pueblo Palestino.
Juzgue usted la normalización del trato en clave de tortura de lo que en esos centros, los mercenarios sionazis hacen a las prisioneras, ¿y qué efecto social produce fuera de Palestina?: en los días en que vivimos se dan a conocer casos de violencia sexual en el mundo del cine, del canto, de la política, en general de la producción laboriosa contra las mujeres, y ha saltado la protesta de mujeres y hombres, ha habido y sigue habiendo juicios y han sido expulsados algunos personajes de Hollywood, del FMI, de partidos políticos, de fábricas, de empresas televisivas, … : escándalo, protestas contra los agresores, rechazo social… Las mujeres han hecho valer su voz contra el poder machista, contra los violadores, los acosadores, los agresores, y contra el patrón dueño del sistema social mediante el que los hombres asimilados a él actúan y piensan, resultando despreciables. Todo esta inserto en la lucha de clases transnacional. ¿Si todo eso y más ocurre a las Prisioneras Palestinas por qué no hay un escándalo feminista y social fuera de Palestina?
Los sicarios periodísticos callan lo ocurrido en las prisiones sionazis levantadas en los territorios ocupados de Palestina, callan lo que el ente israelí hace a las mujeres Palestinas. De tarde en tarde salta un asesinato, una tortura, … las mujeres Palestinas en las prisiones del invasor sufren a manos de los carceleros la violencia sexual, los abusos, los tratos vejatorios físicos y psicológicos, además de las palizas, los castigos de aislamiento en mazmorras sin luz, con roedores e inmundicias, sin agua, sin aire, sin cuidados médicos, con alimentos en mal estado, … las mujeres y los hombres que viven del trabajo saben, sabemos, que todo eso atenta contra la vida y los derechos de la mujer que se encuentran declarados en el Derecho Internacional.
Que de una vez escandalicen las mujeres, que escandalicen los hombres, la lucha contra el machismo tiene en las mujeres Palestinas Prisioneras un eslabón que romper. Las personalidades artísticas, deportivas, de organizaciones feministas, sociales y políticas, la clase obrera, mujeres y hombres, quienes se unen contra el machismo en micrófonos y pantallas, en periódicos y revistas, quienes salen a las calles en lucha por el derecho a la igualdad, que miren a las mujeres Palestinas en prisiones de la potencia ocupante, que alcen la voz en defensa de quienes más ayuda necesitan.
El Presidente Mandela, Premio Nobel de la Paz, declaró que ninguno seremos libres mientras no sea libre el Pueblo Palestino; las mujeres Palestinas son parte, y las mujeres prisioneras son quienes sufren aun mayor la opresión machista que ha escandalizado y ha sacado a mujeres y hombres trabajadoras a las calles de los países cuyos regímenes se dicen democráticos y encubren a semejante Estado neocolonial. En este caso el denominado estado israelí es el violador, en absoluto es extraño puesto que desde su instalación se sitúa al margen de toda ley con el consentimiento de los últimos mencionados, desprecia y actúa en contra del Derecho Internacional, sus dirigentes se burlan y alegan que cuentan con ser elegidos por su Dios y ellos no tienen que ver con el mundo de las naciones de este mundo, y sacan a la palestra a sus voceros para que repitiendo y repitiendo traten de normalizar sus actos contrarios a toda condición humana, y los superponga al Derecho Internacional.
Con respecto a las prisioneras, la ONU tiene las que titula Reglas para el tratamiento de las reclusas, a esa normativa se le da el nombre de Reglas de Bangkok, que son parte a su vez de las Reglas Mínimas a considerar por quienes dirigen las prisiones, Leyes o Reglas conocida como Reglas Mandela, en reconocimiento al gran Presidente Nelson Mandela. En ellas se indica que el trato a las prisioneras debe ser respetuoso por parte de los órganos administradores de las prisiones. Israel tiene a las prisioneras palestinas en condiciones absolutamente contrarias a las reglas internacionales: se caracterizan por los abusos sexuales, torturas, palizas, y condiciones aberrantes de las celdas, agujeros de 1 metro y medio apestosos, sin ninguna limpieza, sin ventilación, sin luz, con humedades y frío, … todo lo condenable en la Regla Mandela que lleva el número 13.
Pero, ¿y fuera de las celdas?, las prisioneras palestinas, de todas las edades, desde niñas a ancianas, son rodeadas de presas israelíes consideradas peligrosas que las emplean para mantenerlas amenazadas, que las insultan y agreden constantemente, burlando así la obligación de respeto que dicta el derecho internacional de integridad y consideración hacia las prisioneras y prisioneros políticos.
En otra de las Reglas Mandela, la número 4, se ordena que las prisioneras deben permanecer recluidas en el centro más cercano a su casa para estar cerca de su familia: sin embargo el ente israelí, la potencia neocolonial ocupante, las encierra en las prisiones más alejadas, es lo que el Cuarto Convenio de Ginebra denomina deportación y declara que es ilegal en sus artículos 49 y 76.
Continuará en la 2ª parte de Que Palestina era … Y seguirá siendo.
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos. Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista.