«Con la sangre de las pasadas víctimas, el chacal salió esta vez de la sala del tribunal del Paso con sus pezuñas ensangrentadas todavía.» En el artículo ¿PASARÁ EL CHACAL POR CORDERO EN EL PASO?, publicado al inicio del juicio a Posada Carriles, decíamos que este personaje estaba «ligado a cuantos horrendos crímenes y otras […]
«Con la sangre de las pasadas víctimas, el chacal salió esta vez de la sala del tribunal del Paso con sus pezuñas ensangrentadas todavía.»
En el artículo ¿PASARÁ EL CHACAL POR CORDERO EN EL PASO?, publicado al inicio del juicio a Posada Carriles, decíamos que este personaje estaba «ligado a cuantos horrendos crímenes y otras actividades ilícitas han ocurrido en distintos países, enrolado o no oficialmente en las filas de la CIA, pero siempre protegido por los gobiernos de los Estados Unidos.»
En dos ocasiones ha estado tras las rejas merecidas por sus tropelías. La primera vez fue a consecuencia de la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación a su salida de Barbados, a consecuencia de la cual murieron 73 personas. Después de un juicio tortuoso en Venezuela, logró fugarse con la complicidad de las autoridades sobornadas de la cárcel.
En la segunda ocasión fue preso y condenado por el intento de atentado contra Fidel Castro y los planes de voladura del paraninfo de la Universidad de Panamá. En esta oportunidad las presiones y el soborno incluyeron a la presidenta y a altas autoridades del país istmeño para el otorgamiento de un indulto espurio e ilegal.»
«Después de un periodo como fugitivo enmascarado en Centro América, decidió refugiarse y vivir de su fama en los Estados Unidos y, para la entrada ilegal en ese territorio, contó con la complicidad y acompañamiento de miembros de la mafia cubano -norteamericana.».
Al final de muchos titubeos fue detenido, llevado al Paso y luego liberado por el pago de una fianza. Y dio continuidad al proceso legal ante un tribunal en el Paso.
Ahora este proceso judicial, que duró varias semanas acaba de finalizar, y el criminal Posadas Carriles, que fue incriminado por delitos menores a pesar de que la fiscalía, en forma aparatosa, presentó evidencias suficientes para respaldar cargos de mayor gravedad, acaba de ser declarado inocente por un jurado sordo, ciego, confundido, torpe, prejuiciado, mareado, temeroso, comprado, según sean las circunstancias reales y posibles que le motivaron para arribar a tan inconsecuente fallo a la luz de los hechos ventilados durante el acto del juicio.
Se presentaron pruebas y confesiones de testigos y del propio criminal, suficientes para calificarle y juzgarle como terrorista y, además, condenarlo como tal, pero todas las acusaciones eran enmarcadas fundamentalmente bajo los cargos de mentir. De esta manera impúdica, la fiscalía y el gobierno trataron lo más benévolamente a su chacal, que todo el mundo sabe fue para cometer actos criminales por encargo y otros ejecutados por su cuenta y riesgo, pero amparados en forma totalmente cómplice por la CIA y el gobierno norteamericano de sucesivas administraciones.
En el citado artículo, expresamos: «Está por ver si la inclusión a última hora de estos hechos, servirá para tomarlo como un cargo penal de la gravedad que estos poseen, o solo servirá para incluirlo en el paquete conjunto migratorio, que sirva luego para convalidar el crimen dentro de una sanción benévola y mutuamente aceptable, en las trastiendas de la causa, por la defensa del chacal y la fiscalía.»
También añadíamos: «Para decir «cosas veredes» es temprano todavía. Pero es seguro que tendremos oportunidad de ver la imagen y la naturaleza del chacal, aunque traten de disfrazarlo de cordero. Está por ver si en el Paso dan paso al cordero, y dejan escapar al chacal. Y eso sería un crimen y una farsa más que un juicio. Lo justo sería que el chacal quedara bien guardado en una prisión de alta seguridad.»
Pero ya sabemos lo que pasó en el Paso. No sólo el chacal pasó por cordero en el Paso. Todo lo que se presentó como evidencias materiales o testificaciones ante el jurado, no sirvió para tocar con los pétalos de una rosa al criminal sentado en el banquillo de los acusados. Al contrario, un jurado y un sistema judicial culpable le hizo entrega al final, como homenaje del sistema, un ramo de flores rojas, que real y simbólicamente fueron enrojecidas, también por un encargo especial, con la sangre de las pasadas víctimas del chacal, que salió esta vez de la sala del tribunal con sus pezuñas ensangrentadas todavía. Vieron al chacal pero le dejaron ir para su guarida en Miami
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.