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¿Quién necesita un camello?

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Sanchis

Un borracho pierde la conciencia. Sus compañeros vierten agua fría sobre él. El borracho abre un ojo, lame el agua y dice: «¡No sé lo que es esto, pero que no se venda!»

Me acordé de esto cuando leí el proyecto del programa político del Partido Laborista que acaba de ser presentado por un comité de expertos.

Se ha dicho que un camello es un caballo bosquejado por un comité. Dejando de lado el insulto al jorobado animal (en árabe, las palabras camello y belleza están estrechamente relacionadas) podemos decir que los comités, por su propia naturaleza, no son cuerpos creativos. No hay ninguna necesidad de creer en Dios, y ni siquiera en el «diseño inteligente», para saber que ningún comité podría bosquejar un noble caballo árabe.

El programa político que a Amir Peretz le están pidiendo adoptar no es ningún caballo, ni siquiera un camello.

El comité para bosquejar el caballo está compuesto por varias personalidades muy conocidas: Dave Kimche, un experto veterano del Mossad; Uzi Baram, un antiguo parlamentario en la Knesset del ala mansa del laborismo; Yuli Tamir quien hace tiempo fuera miembro Paz Ahora; Avi Primor y Alon Pinkas, antiguos funcionarios del Departamento de Exteriores. Dalia Rabin lo es también, quizás en la asunción de que siendo la hija de Isaac Rabin confiere algún tipo de experiencia.

Él que generalmente nombra un comité sabe cuál será su conclusión. Este comité está compuesto de palomas moderadas, algo llamado en la jerga política moderna » centro izquierda». No demasiado radical, Dios lo prohíbe. Y ni es su programa político.

El comité afirma que debe prepararse un estado palestino; y eso es bueno. Se levanta contra los amplios acuerdos interinos y también contra la idea de un «estado palestino provisional» – dos ideas muy favorecidas por Ariel Sharon e incluidas en la inane «Hoja de Ruta»; y eso es bueno, también.

Así mismo exige un calendario para la conclusión de las negociaciones. Pero entonces viene una frase chocante: «Sólo si las negociaciones fallan, serán considerados pasos unilaterales, como medios de último recurso.»

¿Qué dicen estas palabras? Convierten todo el párrafo en un ultimátum. O usted acepta nuestra oferta, o la haremos efectiva unilateralmente. Por supuesto, sólo como último recurso. Pero nosotros decidiremos cuando ha llegado la hora para el último recurso. En palabras simples: el comité saca a puntapiés los «pasos unilaterales» de Sharon por la puerta delantera, únicamente para dejarlos entrar por la puerta trasera.

Los cristianos que creen en el diablo saben que uno de sus pies es el casco de un caballo. Generalmente el diablo tiene éxito en esconderlo, pero de vez en cuando se sale fuera de su capa. El «último recurso» es el casco de Satanás.

Es más, el comité afirma que las negociaciones deben mantenerse con el » liderazgo palestino electo». Bueno y apropiado. Pero el comité no está satisfecho con esto. Aprovecha también la oportunidad de decirle a los palestinos a quien deben elegir, al añadir las palabras «al tiempo que rechaza cualquier negociación con Hamas». ¿Y que si los palestinos insisten en elegir a Hamas, de entre todos los partidos, y Hamas constituye la dirección palestina? ¿En este caso, no habrá ninguna negociación, para que volvamos en seguida a «pasos unilaterales» a lo Sharon?

Esta es claramente una estrategia tonta. El rechazo de Hamas está basado en la negativa de la organización a reconocer la propia existencia de Israel y el llamamiento para su destrucción. Pero si está preparada para entrar en negociaciones con el gobierno electo de Israel con el fin de llegar a una paz permanente, ya la reconoce en la práctica. Más que eso, la Autoridad Palestina deriva su estatus del acuerdo de Oslo que está basado en el reconocimiento mutuo oficial entre el Gobierno de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina. Cuando Hamas toma parte en las elecciones Palestinas, su propia participación constituye un reconocimiento efectivo de Israel.

Todos esto le recuerda a uno días pasados, cuando los gobiernos laboristas rechazaron cualquier negociación con la OLP y usaron los mismos argumentos. ¿No han aprendido nada ni se han olvidado de nada?

Más aún: Jerusalén. Como Sharon, como Netanyahu, el programa afirma que «Jerusalén es la capital unida del Estado de Israel.»

Ciertamente, el comité está de acuerdo en reexaminar el mapa municipal y excluir varios pueblos y barrios que rodean la ciudad. Esto significa, probablemente, pueblos como Abu-Dis y Azarieh que nunca pertenecieron a Jerusalén hasta su anexión después de la Guerra de los Seis Días. Aceptable hasta donde llega. Pero el programa tácitamente apoya la anexión de todos los barrios árabes de Jerusalén Oriental, como el Casco Antiguo, la Montaña de Templo, Abu-Tur, Sheik Jerakh y muchos más. En total, da a los palestinos bastante menos de la fórmula Clinton («lo que es judío a los israelíes, lo que es árabe a los palestinos»).

La historia cuenta que Napoleón entró una vez en un pueblo alemán y no fue recibido con los 101 disparos de cañón habituales. Cuando el alcalde fue llamado para explicar este insulto, hizo una larga lista y empezó leyendo: «Número uno, no tenemos ningún cañón». Napoleón lo interrumpió: «Es suficiente. No hay ninguna necesidad de leer nada más.»

Esto también puede decirse de un programa que incluye la anexión de Jerusalén Oriental. No hay ninguna necesidad de párrafos más extensos. Ningún palestino – o musulmán – podría estar de acuerdo – Fatah ni Hamas, ni hoy ni dentro de cien años. Uno puede volver inmediatamente al «último recurso.»

Saliendo de Jerusalén, podemos irnos directamente a Hong Kong. Allí, en la isla china, el comité encontró una inspiración verdaderamente original.

Hace unos 107 años, en el auge de imperialismo británico, cuando China estaba empobrecida, los capitanes del Imperio quisieron tomar posesión de Hong Kong, una isla china de gran valor estratégico. Por alguna razón, ellos no quisieron anexionarla a las claras y prefirieron un truco ingenioso. China se comprometió a «alquilarla» durante 99 años, y se convirtió en una colonia de la corona británica.

Ahora el programa propone un truco similar: ¿le alquilará la Autoridad Palestina los «bloques de asentamientos» a Israel durante 99 años, e Israel pagará el alquiler en dinero o territorio (también alquilado durante 99 años)? ¿ Y qué hará Israel en las áreas alquiladas? ¿Cúbrirlas con asentamientos hasta el último centímetro.? ¿Para que las devolverá dentro de 99 años?

Es difícil imaginar a un palestino que pueda distinguir entre esta idea y la anexión propuesta por Sharon. O a un Palestino a quién le importe mucho lo que pasará dentro de 99 años.

¿Para que son todos estos trucos?

Yo no soy tan ingenuo como para no saber el propósito de las plataformas electorales. Son para atraer votos y olvidarse el día después. Pero estos trucos particulares no son buenos siquiera para este propósito.

El comité piensa, obviamente, que el programa real de Peretz asustaría a los votantes. Por lo que lo somete a un recorte a la baja, versión lavado y planchado, con la esperanza de atraer a las personas del mítico centro que ahora le están echando el ojo a Sharon. También está claro que los formuladores quisieron hilvanar un programa que habilitaría al Partido Laborista para entrar, a su debido tiempo, en una coalición liderada por Sharon. Pero ése es un cálculo erróneo.

Estas elecciones no son una opción entre los programas, sino una opción entre tres personalidades: Sharon, Netanyahu y Peretz. A nadie le importa mucho quién es el candidato número 9 o 13 en la lista de los laboristas, el Likud o Kadima. Votarán por un líder que les parezca el hombre que puede dirigir el estado. A este respeto, Sharon les saca cabeza y hombros a los otros.

La campaña electoral laborista convencer al público de que Amir Peretz es un líder consistente, seguro de si mismo, y, más que nada, que no tiene en absoluto miedo, un primer ministro que no se colapsa, que sabe lo que quiere, que tiene soluciones claras para todos los problemas. Un programa que es somero, soso y cosido a parches para coaligarse no convencerá a nadie de que Peretz es el hombre.

Ningún punto para coserse a un camello. Las gente quieren a un caballero a lomos de un caballo.

31.12.2005