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Ante la estructura del nuevo gobierno

Reflexiones urgentes sobre educación, investigación y servicios sociales

Fuentes: Rebelión

Hace sólo dos semanas Rebelión reproducía el artículo de Carlos Fernández Liria «Golpe de estado a la Academia» antes aparecido en Público (http://blogs.publico.es/dominiopublico/416/golpe-deestado- en-la-academia/), un certero y profundo análisis, a mi juicio, de los procesos de fondo que se estaban operando en la enseñanza pública española, en especial en la Universidad bajo el programa de […]

Hace sólo dos semanas Rebelión reproducía el artículo de Carlos Fernández Liria «Golpe de estado a la Academia» antes aparecido en Público (http://blogs.publico.es/dominiopublico/416/golpe-deestado- en-la-academia/), un certero y profundo análisis, a mi juicio, de los procesos de fondo que se estaban operando en la enseñanza pública española, en especial en la Universidad bajo el programa de creación del Espacio Europeo de Enseñanza Superior. Dicho análisis, que suscribo, estaba en la línea de materiales anteriores (i) y acorde con la lectura crítica de izquierdas que se viene haciendo desde los sectores más conscientes del movimiento estudiantil en los últimos años (ii). Lo que no podía imaginar hace tres semanas era que los vaticinios que allí se hacían fueran a convertirse en profecías cumplidas a tan corto plazo. Zapatero se ha encargado de ello.

Quisiera destacar de aquella reflexión de Fernández Liria, de modo resumido, las siguientes cuestiones: 1) que para encubrir el programa de destrucción de la enseñanza pública se ha utilizado de manera exitosa a los pedagogos, y que el futuro nos depara «escuelas llenas de asistentes sociales», 2) que el programa que se anuncia como «aumentar la relación de la Universidad con la sociedad» no es otra cosa que poner a la Universidad al servicio del mercado y de los intereses de las empresas, y eso se traduce en: a) las nuevas titiulaciones, b) la financiación privada de los máster y creación de cátedras de empresa, c) el diseño de los estratos grado-máster-doctorado… y 3) que ese mismo objetivo es el que se persigue con la política de subordinar la financiación pública al rendimiento de la financiación privada en el ámbito de la investigación.

Pues todavía sin creérnoslo del todo, nos encontramos con una estructura de gobierno que, por un lado, unifica en un ministerio la Educación y los Asuntos Sociales (además del Deporte, que ya le correspondía), y, por otro, crea un Ministerio de Ciencia e Innovación del que hace depender las políticas universitarias y la investigación. Todos los vaticinios que se derivaban del análisis antes citado parecen cumplirse en el nuevo gobierno ZP: 1) se rompe el continuum educativo al separar Universidades del Ministerio de Educación, cosa que ni llegó a ocurrir con gobiernos de la otra derecha-derecha; 2) el vínculo Educación (que ya solo entiende de la Obligatoria y el Bachillerato) con los Asuntos Sociales no puede entenderse más que como peligrosa, y no es un problema administrativo: la misma «cabeza» pensando en clave educación pública y en servicios sociales se me antoja potencialmente contaminante de la primera por la segunda; 3) Universidades pasa a depender de un ministerio pensado para la innovación y el desarrollo tecnológico, en la línea de la potenciación de la investigación aplicada que dé resultados rápidos a las empresas; este tipo de dependencia conduce inexorablemente a concebir a la Universidad no como la institución de la Razón (con el deterioro de la función docente y de investigación básica) sino como un instrumento que tiene que investigar al servicio de las empresas; 4) como demostración de este último objetivo basta comprobar el perfil que se elige para dirigir el Ministerio: una bióloga, investigadora, experta en un sector de la investigación sobre el que los intereses privados son muy fuertes (la genómica), procedente de la empresa privada y que «se sienta en la ejecutiva de la CEOE», es decir, de lo que con Marcelino Camacho siempre hemos llamado «gran patronal», mal que les pese a algunos postmodernos de Comisiones Obreras.

Tras ese lenguaje panfletario que oculta más de lo que dice («retos de futuro», «adaptarse a Europa», «modernización», «aumentar la relación Universidad-sociedad», «competitividad»,…) y de los espejismos de un gobierno con mayoría de mujeres o con un ministerio de Igualdad, es claro el giro a la derecha que regirá esta legislatura. Creo que corresponde a la izquierda, desde la calle y desde los resquicios institucionales que queden, esclarecer esa realidad a quien no la vea y, sobre todo, combatirla. El mayor peligro es la rendición.

Notas:

(i) Fernández Liria, Carlos y Alegre Zahonero, Luis. La revolución educativa: El reto de la universidad ante la sociedad del conocimiento. Logos: Anales del Seminario de Metafísica. Nº 37, 2004. págs. 225-256.

(ii) Carreras, Judith; Sevilla, Carlos; Urbán, Miguel. Eurouniversidad. Icaria editorial. Barcelona, 2006