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Primer ministro en Cuba

Regalo de navidad del gobierno

Fuentes: Viento Sur

Nadie lo esperaba en ese cargo. En la nota de prensa que anuncia su designación destacan que es un hombre «modesto y sencillo», algo que no parece muy creíble. El nuevo Primer Ministro fue un gerente de hotel; después, gerente de los gerentes de hoteles de una provincia, y más tarde: Ministro de Turismo. Producto […]

Nadie lo esperaba en ese cargo. En la nota de prensa que anuncia su designación destacan que es un hombre «modesto y sencillo», algo que no parece muy creíble. El nuevo Primer Ministro fue un gerente de hotel; después, gerente de los gerentes de hoteles de una provincia, y más tarde: Ministro de Turismo.

Producto del colapso soviético y de los Estados que orbitaban en torno al Kremlin, Cuba vivió en los años noventa del pasado siglo su mayor crisis económica. Hasta inicios de esa década, la industria del turismo estaba deprimida. Los llamados países socialistas de Europa del Este y la Unión Soviética, que representaban casi el 85% de los socios comerciales, no proveían un turismo rentable y esencialmente Cuba vivió de venderle azúcar a Moscú.

La crisis económica ya antes mencionada obligó que el gobierno se enfocara de lleno en el fomento del turismo. De tal forma que hoy es la industria de mayor crecimiento sostenido en el país, llegando a recibirse casi 5 millones de visitantes extranjeros por año.

Hace 15 años Fidel Castro nombró un nuevo ministro para atender la industria del ocio: Manuel Marrero Cruz. Poco tiempo después, por motivos de salud, el viejo líder entregó el poder a su hermano menor, Raúl Castro. Después de dos años de provisionalidad, en febrero de 2008, Raúl Castro fue proclamado de manera oficial Presidente del Consejo de Estado y de Ministros. En marzo de 2009 hizo una dudosa limpieza de gabinete, expulsando a todos los ministros del gobierno de Fidel, con el argumento de que estos habían desarrollado una peligrosa ambición de poder. Solo un ministro designado por el viejo líder sobrevivió a dicho cambio: el Ministro de Turismo que hacía unos pocos años atrás había designado Fidel.

Pero, ¿por qué Manuel Marrero Cruz sobrevivió no solo a esta limpieza, sino a todo el gobierno de Raúl, después fue ratificado por el nuevo presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y, además, propuesto por este, y aprobado por el parlamento, como nuevo Primer Ministro?. Algo se hace evidente. Cuando el periódico del partido dijo que era un compañero «modesto», estaban queriendo decir que nunca se había interesado por el poder.

Y es cierto, Marrero Cruz es el típico empresario que solo trabaja para lograr el éxito de la empresa sin esperar mayor reconocimiento del jefe que una palmada en el hombro. No le importó ascender en el gobierno: solo mantener el crecimiento del turismo en el país. A tal punto, que terminó siendo nombrado no solo ministro del turismo, sino también jefe del Grupo Empresarial Gaviota -propiedad de las Fuerzas Armadas-, que controla la mayor parte del sector turístico cubano: es decir, el ministro de turismo era un gran gerente con la venia de los generales. Mientras el resto de la dirección política y administrativa del país competía entre ellos para ocupar puestos de poder, él solo se dedicaba a cumplir con su trabajo.

El 10 de abril de 2019, tras largos debates ciudadanos y un referendo constitucional, Cuba tuvo una nueva Carta Magna. Hasta el momento, Raúl Castro -y antes Fidel- fue en su mandato, al mismo tiempo, Secretario General del Partido Comunista -único en la isla y por tanto el más alto cargo político del país-, Presidente del Consejo de Ministros, dígase, Primer Ministro, y Presidente del Consejo de Estado, o sea, Jefe de Estado. A la vez, en su debido momento, tanto Fidel como Raúl, tuvieron el más alto grado militar del ejército que ellos habían fundado. Raúl sabía que esto era una anómala concentración de poder y que, alguien con tanta fuerza política y administrativa podía llevar a la nación a donde esa persona quisiera.

De ahí que, a partir de la nueva Constitución, en Cuba, hay un Secretario General del Partido -Raúl Castro Ruz-, un Presidente de la República – Miguel Díaz-Canel Bermúdez- y, desde el 21 de diciembre, que casualmente Stalin cumplía 140 años ese mismo día, el único ministro que sobrevivió a la salida de Fidel del poder y la llegada de su hermano Raúl, que sobrevivió además a la elección de un nuevo presidente y sus respectivos cambios de gabinete, más los cambios de una nueva Carta Magna, ese 21 de diciembre, Manuel Marrero Cruz fue electo Primer Ministro.

Pero hay algo que no debemos olvidar. Si bien el carácter gris de Marrero -pero a la misma vez un exitoso tecnócrata- fue lo que le garantizó al entonces Ministro de Turismo, mientras muchos caían, su larga sobrevivencia política y ahora su designación como Primer Ministro, influyó también algo que muchos olvidan.

Cuando el nuevo presidente Díaz-Canel era nada más que el jefe del partido en una remota provincia del oriente del país, en ese entonces, Marrero Cruz era el gerente del turismo de toda esa misma provincia. Casualmente, la actual Primera Dama, también era de esa provincia, y fue ahí donde Díaz-Canel la conoció. También, pura casualidad, la actual primera dama fue designada bajo el mandato de Marrero como directiva de la agencia de turismo del Ministerio de Cultura. Y un detalle que no se debe olvidar: según la nueva Constitución el Primer Ministro es designado por propuesta del Presidente de la República. O sea, Marrero Cruz fue designado por Díaz-Canel Bermúdez.

Por último, la elección de un tecnócrata, exitoso gerente de los gerentes de los hoteles de toda Cuba, quien en su mandato llenó el casco antiguo de La Habana de hoteles, sin importarle la sostenida crisis de acceso al agua que sufren quienes viven en esa zona de la capital. Esa elección realizada por el presidente, ratificada por el parlamento, y además, aprobada por el Buró Político del Partido, habla de las intenciones del nuevo gobierno que se constituye, mientras salen del poder los viejos líderes de la Revolución de enero de 1959.

El anterior Primer Ministro, como el actual, también tenía barba, venía de una remota provincia del oriente del país y tuvo una larga carrera de resistencia política como el que se acaba de designar. Pero Fidel Castro -el anterior Primer Ministro- resistía a las trampas mortales del imperialismo norteamericano en favor de Cuba y Manuel Marrero Cruz se dedicaba a resistir las trampas de la burocracia cubana en su favor personal. La relación de Fidel con las transnacionales fue expropiarlas, la relación de Marrero con las transnacionales fue atraerlas. La relación de Fidel con los trabajadores fue conducirlos a la Revolución, la relación de Marrero con los trabajadores fue crear zonas VIP en los nuevos hoteles que se han construido. En menos de tres meses se tomarán medidas definitorias en el rumbo económico del país. Un primer ministro, es decir, un jefe de gobierno, tendrá mucha responsabilidad en el nuevo rumbo de la nación.

Fuente: http://vientosur.info/spip.php?article15456