1 Cerco que no termina y que se estrecha y ya tan largo que indiferentes, semi-indiferentes, anestesiados o sin capacidad de indignación proporcional al crimen deja a casi todos. Y he dicho crimen, dicho poco. Esa es la vida de nuestro pueblo que les recibe con brazos abiertos. Abiertos siempre al mundo pese a aquellos […]
Cerco que no termina y que se estrecha y ya tan largo que indiferentes, semi-indiferentes, anestesiados o sin capacidad de indignación proporcional al crimen deja a casi todos. Y he dicho crimen, dicho poco. Esa es la vida de nuestro pueblo que les recibe con brazos abiertos. Abiertos siempre al mundo pese a aquellos que recomiendan hacerlo, hacerlo solo que de rodillas y es lo que nunca haremos.
El cerco deja víctimas, deja huellas de sangre, dolor por las fracturas, no del hueso, del alma cuando algún joven parte. Y sin embargo el cerco ha dado lugar a una cultura en la que es y será ese resistir la preeminencia. Cultura de la resistencia pudiese llamarla, de resistencia irrenunciable que hora va siendo que otros aprendan a apreciarla. No para repartir y menos repetir elogios agradables, mejor, mejor sería que el No desborde el curso de la ceremonia e impregne de un modo más orgánico las prioridades. No es tan solo por Cuba que digo estas palabras dirigidas a los artistas, creadores del cine y de otras artes, de América Latina y del mundo. La experiencia hondureña es un ejemplo y otros van perfilándose en empeño amenazante.
No basta resistir; resistir para seguir creando, forjando ese futuro que hay que acercar y para hacerlo romper, con acciones, todo conformismo, esa paralizante acechanza. Es que a veces el esplendor de la contemporaneidad se eclipsa y solo la cotidianidad apresa el ojo, la visión de cualesquiera, y a veces del artista. Será también entonces obligación ineludible, de algún modo fundar realidad nueva y pese a dificultades que no cesan, de ese esplendor que llega, adelantar siquiera un rayo de los muchos que definió con su solo existir «los Soles de Bolívar». Soles de independencia pero también Soles de esperanza.
Y desde aquí es que a ustedes me dirijo; así, desde mi realidad, la nuestra, entre latinoamericanos y en la esperanza, en la confianza de que el renacer de la conciencia identitaria de América Latina, y en cada país la propia, plena a veces de apreciable diversidad; en que esa conciencia afirmadora se desborde hasta impregnar la obra de arte como no ha dejado de apreciarse, en particular entre los jóvenes cineastas. Y esto, lo más esencial acaso, es lo que identifica en el Nuevo Cine a generaciones que se igualan, no por iguales sino por igual inspiración ética.
Es esa ética inspiración la que montañas mueve, la que encontramos en José Martí, uno de tres símbolos de América Latina o como él llamaba, de Nuestra América, uno de los tres símbolos que desde su imagen el Festival presiden, él, Bolívar, Che. Para mejor decir lo que quisiera bastarán unas pocas, breves citas en texto o espíritu «… con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar» y «de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América». ¿Fue acaso José Martí, a partir de experiencia, de vivencia, adelantado entre los adelantados, primero en señalar y denunciar el nacimiento y voracidad del Imperio y los riesgos que aparecían? Y el Imperio aun hoy, pasado un siglo, no soporta la Cuba soberana que no rinde su dignidad. Y mantiene a Puerto Rico en situación colonial.
2
Cuba, que extiende los brazos para acogerles hoy, y siempre al mundo, extiende brazos acogedores sí pero no baja la guardia. Parecerá que en el Festival me desvío hacia eso que cuando conviene llaman política. Pues no, hablo de realidades. De aquellas en que nuestras vidas, las vuestras, todas, tienen lugar. Y en las que tendrán lugar las obras cinematográficas, las de todas las artes, y el conjunto de la vida intelectual en nuestros países en los años que vienen.
Ver con lucidez. El renacimiento de la izquierda en América Latina, sobreviviente de no pocas Operaciones Cóndor y esta vez renacimiento en esplendor más que bolivariano tampoco es digerible; aceptada tal vez tendrá que ser, sin embargo (y este «sin embargo» supone alerta a permanente riesgo). Serán los políticos y ese taller de experiencias nuevas que se desarrollan en un hito que acaso resulte histórico, los que decidirán destinos. Y he dicho políticos sin temor a la palabra y solo para no decir revolucionarios. Quiéralo o no aquel que la realidad revolucione no podrá evitar que algo le toque.
Años de turbulencia y de logros son los que nos esperan, insertados en ellos y solo más tarde tocará descubrir o evaluar si hemos co-protagonizado, los cineastas, como hasta ahora, la vida espiritual de nuestros pueblos, en estos, nuestros días.
3
Las palabras se gastan y acaso puede ser por eso que tampoco se escuchan. Avizorar debemos que desde la rutina y las interminables repeticiones simplificadoras se produce ese virtual desmedulamiento del concepto que puede llevar a tal subliminar rechazo que provoque la reacción contraria. Diré que va siendo común en términos políticos. Y que también nos llega cuando convencido marxista, desde Marx convencido, y admirador de Lenin estratega triunfador y pensador preclaro, debo apreciar que gato por liebre pasa en formulaciones equívocas. Algo a repensar y en serio, estudiando esos confusos nexos políticos aunque solo lo fuesen de expresión.
Sordos oídos para frases y conceptos mil veces repetidos a los que se pudiese devolver su prístina frescura. Y me interesa reflexionar aquí, en mi país sobre este fenómeno de carácter social, intelectual y político que en todo el mundo y también en nuestra América, separa a las generaciones y a veces a los más jóvenes de sus provisorias vanguardias; provisorias porque más pronto que tarde les tocará integrarlas, acaso para superarlas en línea continua. Es necesario insisto renovar el lenguaje para abordar con él en clima de frescura, de profunda frescura realidades que emergen. No se trata tan sólo de lenguaje pero también del lenguaje se trata. Y este, no olvidarlo se corresponde siempre a esa emergencia que hasta urgencia pudiese ser.
4
El Socialismo del Siglo XXI del que se habla pero del que no sé aun mucho, acaso sea capaz de darnos enfoques lingüísticos inéditos pero me pregunto si no será más sabio esperar resultado de aquellos verdaderos talleres en que se producen resultados de algún modo generalizables, instante en que seguramente aparecerán conceptualizaciones de mayor claridad y surgirán enfoques analíticos sobre experiencias en proceso o vividas.
Y en tanto tendremos que ajustarnos a la realidad real que para nosotros debe evitar ilusiones cegadoras. Me limitaré a reproducir textualmente palabras pronunciadas por nuestro Canciller en la XIX Cumbre Iberoamericana en Estoril el pasado 30 de noviembre. Les doy lectura porque recuerdan el estilo directo y de estilete que tuvo siempre aquel que fue nuestro maestro (y de Raúl) en la Universidad, Raúl Roa. El texto.
«En pleno siglo XXI, el gobierno de los Estados Unidos de América amenaza a los pueblos latinoamericanos con el desarrollo de una doctrina militar agresiva, la reactivación de la IV Flota y con el establecimiento de bases militares, cuyo propósito es la dominación y la intervención, es acercar el poderío militar estadounidense a las ricas fuentes de materias primas y recursos energéticos que posee la región. Constituyen una ofensa a la dignidad de «Nuestra América», y una amenaza a la paz, la estabilidad y la soberanía. Apuntan no sólo contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, que tiene todo el derecho de defenderse, sino contra todos los estados de la región».
5
Bueno, bueno, bueno; me detengo un instante para como se dice cambiar de tema o mover brújula; sí y no, no lo será del todo.
Estas y no debo o quiero olvidarlo son palabras de apertura y el Festival es de jóvenes, a ellos me he dirigido en estos términos por un deber moral y político y parézcalo o no, estético. La obligación de todo artista es llenar el mundo de belleza y bien difícil será hacerlo cuando el Siglo XXI retiene 27 millones de esclavos y entre ellos millones y millones de niños y mientras la reciente crisis-debacle del capital financiero unió, a los muchos otros, 100 millones de seres llevados a la pobreza extrema, mientras los 18 billones de dólares dedicados a salvar el sistema bancario y prestamista, y pudo ser dedicado a ayudar al Tercer Mundo en sus necesidades de urgencia y cubrirlas por más de 100 años.
Mencioné a José Martí y aquel verso «con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar» y subrayé su temprana advertencia ante todos los riesgos que el surgimiento del Imperio llevaba implícitos. Podrá apreciarse que no andaba ejerciendo recurso retórico alguno.
El mundo iremos llenando de belleza pese a todo. Y es por eso que dedicamos todas nuestras fuerzas, y somos un equipo y muchos colaboradores, a la tarea principal de este Festival: abrir puertas y tender puentes y más puentes. Y es por eso y para que eso vaya siendo posible, que son los jóvenes protagonistas principales; ellos, ustedes, los jóvenes cineastas de América Latina y los que llegan de otras latitudes; y con ustedes vuestras obras, terminadas o en proceso, expresión de inquietudes y estilos, de recursos logrados o a medio camino, ¡que importa!, de búsquedas y experiencias acaso inéditas o enriquecedoras, y hasta frustradas momentáneamente, ensanchar la visión, fundar estructuras útiles; y también fundar en las conciencias. Y entre lo que ha de fundarse, espíritu fraterno, curiosidad, diálogo, tolerancia.
Y este año, hermanas y hermanos, a la Casa del Festival, al Hotel Nacional, nuestra Sede y las Salas de Cine que en batería y sin descanso proyectan vuestras obras se une el Pabellón Cuba, de la Asociación de nuestra más joven intelectualidad que llega también abierta al encuentro y el diálogo. Diálogo y encuentros que serán de entre los de mayor trascendencia en el Festival.
Declaro iniciados los trabajos y fiesta de la cultura audiovisual que será nuestro 31 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Fuente:http://www.cubadebate.cu/opinion/2009/12/04/alfredo-guevara-resistir-para-seguir-creando/