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Declaraciones de Miguel D’Escoto, ex canciller sandinista de Nicaragua

Respaldar a Cuba y condenar a EE UU

Fuentes: Prensa Latina

Las personas dignas debemos respaldar a Cuba y condenar en la Comisión de los Derechos Humanos (CDH) en Ginebra a Estados Unidos por sus criminales invasiones, afirmó ayer el padre Miguel D’Escoto, ex canciller de Nicaragua. Puntualizó el miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que los gobernantes norteamericanos no tienen ninguna autoridad moral […]

Las personas dignas debemos respaldar a Cuba y condenar en la Comisión de los Derechos Humanos (CDH) en Ginebra a Estados Unidos por sus criminales invasiones, afirmó ayer el padre Miguel D’Escoto, ex canciller de Nicaragua.

Puntualizó el miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que los gobernantes norteamericanos no tienen ninguna autoridad moral para autoproclamarse jueces del respeto a los derechos humanos en ningún país, y mucho menos en Cuba.

En declaraciones a Prensa Latina, precisó que el mundo ha sido testigo del inmenso atropello de los militares norteamericanos a los derechos a las personas en cada una de sus agresiones.

«Están muy vigentes», dijo, «los abusos, las vejaciones cometidas a los prisioneros en la cárcel Abu Ghraib, en Iraq, y a los retenidos en la base de Guantánamo, territorio cubano también ilegalmente ocupado por los norteamericanos».

El ex canciller nicaragüense dijo que el derecho fundamental de todo ser humano es la vida, el mismo que ha sido y sigue siendo tan brutalmente atropellado en las criminales guerras de agresión y ocupación contra los pueblos afganos e iraquí.

D’Escoto fue ministro del Exterior de Nicaragua en el gobierno sandinista (1979-1990), cuando Washington financió, organizó y armó a grupos «contras» para destruir el poder revolucionario en Nicaragua.

Resalta solidaridad de Cuba

Para el diplomático, Cuba es la nación que más se ha destacado por su solidaridad y grandes contribuciones a países del Tercer Mundo en el campo de la salud y la educación. Puntualizó que esos derechos son negados por la política neoliberal impuesta a la mayoría de los habitantes de la tierra.

El cura católico devenido en político, fue categórico en afirmar que «Cuba es un orgullo para la humanidad». Cada una de las campañas mediáticas y diplomáticas dirigidas por la Casa Blanca contra la Isla han sido destruidas, agregó.

Las campañas del imperialismo contra Cuba son cada vez menos efectivas, porque la propia humanidad los condena por sus crímenes y sus intentos de dominar el mundo, observó D’Escoto.

Prueba de ello –indicó– es el fracaso del gobierno de George W. Bush en tratar de lograr que alguno de sus títeres de la subregión, introdujera un proyecto de resolución anticubano en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.

Ahora, el gobierno del terrorista Bush tendrá que presentar su propio proyecto, su propia mentira, «sucia y deshonrosa», expresó.

No ser instrumento de EE UU

D’Escoto hizo un llamamiento al presidente Enrique Bolaños a que «no se deje utilizar como instrumento de Washington».
No olvide –añadió– que Nicaragua es pequeña, pero sus hijos son dignos seguidores del Héroe Nacional Augusto C. Sandino.

Recordó que no existe ningún gobierno en el mundo que en forma tan concreta y desinteresada, haya jamás ayudado al pueblo humilde de Nicaragua, como lo ha hecho Cuba.

Argumentó que médicos, maestros y especialistas brindaron su aporte en los momentos más difíciles, y en la actualidad más de 500 jóvenes de familias de bajos recursos estudian medicina en las universidades cubanas, de forma gratuita.

Subrayó que los primeros 178 graduados llegarán en los próximos meses, mientras un nuevo grupo de 50 se prepara para iniciar la especialidad este año.

Al referirse a la solidaridad internacional con la Revolución cubana, sostuvo que es una obligación de todos los que en nuestros corazones pensamos en un mundo mejor para los seres humanos.

Y ratificó: es una forma mínima de demostrar nuestro agradecimiento por todo lo que Cuba es, hace y representa en el mundo, no ya sólo en nuestra América.