Los anticastristas organizadores de un encuentro en La Habana previsto para el próximo 20 de mayo de 2005 «votaron» por George W. Bush en una parodia celebrada el pasado dos de noviembre en la residencia del jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, James Cason. De ese modo escenificaron su apoyo al mismo gobierno que hoy oculta al terrorista Posada Carriles, responsable de haber explosionado en 1976 un avión de Cubana de Aviación provocando la muerte de las 73 personas que viajaba a bordo, según recientes documentos desclasificados por el FBI.
Así se revela en unas fotos, hasta ahora inéditas, en las que se aprecia a Marta Beatriz Roque posando mientras introduce una papeleta con el nombre del candidato republicano George W. Bush en una urna provisional en la residencia del embajador norteamericano de facto en Cuba, James Cason. Beatriz Roque fue condenada en 2003 a varios años de prisión por los jueces cubanos por trabajar al servicio de un gobierno extranjero, el norteamericano. Ella, al igual que otros de los condenados, siempre alegó que su objetivo era luchar por la democracia y los derechos humanos en Cuba, nunca por estar al servicio de Estados Unidos.
Ya fuera de prisión, en situación de licencia extrapenal, Marta Beatriz Roque es una de las organizadoras de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba, un encuentro convocado para el 20 de mayo en La Habana y apoyado y financiado por varias organizaciones de Miami, entre ellas las paramilitares Alpha 66 y Comandos F-4.
En otra de las fotos los asistentes sonríen y aplauden, cerveza en mano, al representante del gobierno norteamericano, entre ellos se encuentra, René Gómez Manzano otro de los organizadores. En una tercera instantánea se aprecia al también organizador y portavoz de ese encuentro, Angel Pablo Polanco Torrejón, votando y portando un emblema electoral de George W. Bush en la solapa.
El gobierno cubano siempre acusó a estos contrarrevolucionarios de estar al servicio del gobierno norteamericano y apoyar la política anexionista de Bush hacia Cuba, algo que estos cubanos, ahora descubiertos «votando» por Bush en la residencia del embajador norteamericano, negaban constantemente.
Los anticastristas fueron trasladados el día de los comicios por un vehículo de la SINA hacia el lugar de la actividad. En esa recepción fueron agasajados, con motivo de las elecciones presidenciales, por los representantes del gobierno norteamericano. Les ofrecieron refrescos, cerveza, limonada, vino y rones, a través de puntos de bebidas ubicados en diferentes lugares de la residencia. Por parte del personal de servicio se repartieron croquetas, minutas de pescado en salsa, pepino con crema, bolas de carne, empanadas, acompañado de fuentes con salsas. Finalmente brindaron con jugo de mango con hielo.
Ya desde el momento de la entrada, una funcionaria norteamericana repartió el material preparado para las elecciones norteamericanas incluida la parafernalia electoral alegórica a cada candidato presidencial. Posteriormente los participantes fueron recibidos por el Jefe SINA, quien los invitó a pasar al local donde efectuaron una votación simbólica sobre los dos candidatos a presidentes de Estados Unidos.
En la papeleta entregada, además del nombre de los dos candidatos norteamericanos, había un cuestionario sobre determinados asuntos que, a juicio de los asistentes, deberían ser mejorados en Cuba. También sobre los partidos que, a juicio del gobierno de Estados Unidos, deberían regir el futuro de Cuba en una presunta etapa post Castro (Partido Liberal, Comunista, Socialista, Socialdemócrata, Demócrata Cristiano, Verde y otros). En la recepción estuvieron presentes la mayoría de los representantes gubernamentales norteamericanos, como Kelly Keiderling, Primera Secretaria de Prensa y Cultura; Xiomara González, Andrea Broullette Rodríguez, Segunda Secretaria Política Económica y Roberto D´Uglio, Asistente Administrativo de Prensa y Cultura, entre otros diplomáticos acreditados en Cuba.
Para hacer efectiva estas votaciones, se dispuso de una urna electoral improvisada y a cada uno de los invitados tras ejercer el sufragio se le marcaba en la mano derecha con un sello de caucho para evitar que votaran nuevamente. No parecía que la confianza en el respeto a las normas democráticas reinara entre los asistentes.
Al concluir, los invitados se dispersaron entre los salones de la residencia, en uno de los cuales se situó un televisor para seguir en la CNN el desarrollo de la jornada electoral en Estados Unidos.
Sobre las diez de la noche, James Cason dio a conocer el resultado del simbólico sufragio. El presidente George W. Bush alcanzó un 83% de los votos, mientras que su oponente John Kerry, solo tuvo el 14%, lo que provocó entre los participantes entusiastas aplausos y ovaciones de apoyo. En este contexto, James Cason resaltó que había una cuestión curiosa, al alegar que había personas que votaron por el Partido Comunista de Cuba, cuestión que originó murmullos y exclamaciones entre los participantes.
Al finalizar la actividad, los contrarrevolucionarios fueron trasladados a sus respectivas viviendas en tres microbuses de esa sede.
Todo parece indicar que en uno de esos encuentros se gestó la preparación de la convocatoria anticastrista para el día 20 de mayo que requerirá, según los propios organizadores, de 130.000 dólares de presupuesto procedentes de Florida a repartir entre los asistentes a la actividad que durará día y medio. El acontecimiento fue calificado de una «gran oportunidad» por los partidarios de la insurrección y la violencia contra Cuba, quienes declararon en el Canal 41 de televisión de Miami estar entrenando paramilitares en varios países para atentar contra objetivos cubanos. En el citado programa todos ellos coincidieron en estar preparando para Cuba «una guerra civil en la que habrá ríos de sangre».
El apoyo de los sectores más violentos de Miami, así como el intento de protagonizar la oposición a Fidel Castro por parte de los organizadores, ha provocado que numerosos grupos anticastristas estén rechazando su participación en ese encuentro. A pesar de presentar la actividad del 20 de mayo como de «carácter pacífico», los propios familiares de los encarcelados en 2003 afirmaron sentirse preocupados por esa convocatoria y la posible violencia que podría generar. Entre los presos que anunciaron desentenderse de esa actividad está Pedro Pablo Alvarez Ramos, secretario general del denominado Consejo Unitario de Trabajadores Cubano.
Algunos, a pesar de que participaron en los inicios de la convocatoria, como Estrella García, al frente de un centro de conspiración que denominan biblioteca independiente, también rompieron con los organizadores y denunciaron haber sido «acosados» para asistir y legitimar la reunión. Hasta el momento, ya van quince agrupaciones del interior de la Isla que se han distanciado, algunas incluso acusando a Marta Beatriz Roque de buscar sólo objetivos económicos con esta operación, según ha reconocido El Nuevo Herald.