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Salaam o Salami ( Paz o salchichón)

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis

Es un héroe familiar en la literatura: el jugador compulsivo que da un golpe de suerte. Con cada vuelta de la ruleta, el montón de fichas de juego frente a él se hace más grande. Podría dejar la mesa, cambiar las fichas por dinero y vivir alegremente para siempre después.

Pero no puede parar. Debe continuar. Poco a poco su suerte cambia. El montón de delante de él se está volviendo constantemente más pequeño. Todavía puede salir y evitar el desastre. Pero es un jugador compulsivo. Debe seguir, hasta que la última ficha sea barrida por el crupier, junto con todas sus posesiones terrenales.

En la novela, el hombre se levanta y deambula fuera. En el jardín del casino saca una pistola y se vuela los sesos.

Usé esta metáfora hace unos años en un artículo, al describir el peligro inherente a la política de asentamientos. Lo recordé de nuevo últimamente, al leer a un comentarista de la derecha, uno de aquellos que se oponía a la retirada de Gaza. Profetizó que, después de esta, tendrán lugar más. Nos retiraremos y retiraremos, advirtió, y cuando alcancemos la Línea Verde no podremos ya detenernos. La propia existencia del estado estará en peligro.

Esto ha pasado antes en la historia de este país. Muchos años antes que Osama Bin-Laden acuñara el lema » Cruzados y Sionistas», escribí una serie de artículos con este título. Apunté las muchas similitudes existentes entre las Cruzadas y la empresa Sionista. No traté- no quiera Dios – decir que nuestro destino sería como el de los Cruzados, pero quise advertir contra una repetición de sus errores.

Después de que los Cruzados conquistaran Jerusalén, en el año 1099, continuaron agrandando sus dominios. Los reinos de los Cruzados en la plenitud de su poder se extendían desde Rafah en el sur hasta la Turquía actual por el norte. Se establecieron en el lado oriental del Jordán, también. Después de unos 50 años, también tuvieron éxito en capturar la Franja de Gaza, incluso Asqalo, a los musulmanes.

Y entonces, poco a poco, la rueda se invirtió. En lugar de extenderse cada vez más, el Reino de los Cruzados de Jerusalén empezó a contraerse. Fortaleza tras fortaleza caía en manos de los musulmanes, hasta que el legendario guerrero kurdo, Saladino (Salah ad-Din) derrotó a los Cruzados cerca de las Tiberias en el año 1187. El país entero cayó en sus manos, excepto Acre que aguantó y les permitió a los Cruzados recobrar el control sobre la mayoría del país. Pero en 1291 Acre se desplomó también, y el último de los Cruzados era – literalmente – arrojado al mar.

Hay una gran diferencia, por supuesto, entre ese periodo y el nuestro. Pero cada niño árabe aprende esta historia y nos compara con ellos. En la opinión de uno de los más grandes expertos en la historia de las Cruzadas, el fallecido Steven Runciman, los Cruzados perdieron la oportunidad para conciliarse con el mundo musulmán y hacer la paz cuando estaban en la plenitud de su poder, y de esa manera se condenaron a sí mismos a la aniquilación cuando la rueda dio la vuelta.

Esta semana tuve la oportunidad de tener un debate con uno de los líderes de los colonos delante de un público de estudiantes de la escuela secundaria, de 16 o 17 años de edad. Era una oportunidad rara, porque el nacionalista Ministerio de Educación generalmente usa su temeroso poder para impedir a las personas como yo ser invitadas a debates escolares. Después de una ducha de frases demagogas del colono – «Sangre judía», «Todos los árabes son animales», «Mahmoud Abbas es un bastardo como Arafat», «Los árabes sólo entienden la fuerza» – yo transmití un mensaje simple: Hagamos la paz mientras seamos fuertes.

En cambio, nosotros estamos haciendo lo contrario. La retirada de Gaza que podría ser un paso importantísimo hacia la paz se llevó a cabo sin hablar con los palestinos, sin un acuerdo, casi como un acto de guerra. Ariel Sharon ha convertido el «unilateralismo» en un principio, casi en una ideología. El resultado no se hizo esperar: Sólo dos semanas después de la retirada, un nuevo ciclo de violencia ha empezado – arrestos, descargas de mortero, asesinatos selectivos, cohetes Qassam, la fuerza aérea y ahora los bombardeos de la artillería.

No hay ninguna duda en absoluto de que Israel hará más retiradas, independiente de qué partido o de qué líder esté en el poder. Las circunstancias históricas que nos obligaron a retirarnos de Gaza son también de aplicación a Cisjordania. Las consideraciones demográficas obligan a un Israel Sionista a salir de las áreas palestinas densamente pobladas. Los intereses norteamericanos exigen la promoción de la democracia palestina en el marco de «Dos Estados para Dos Pueblos». La comunidad internacional está harta del conflicto interminable y exige una solución. Y, lo último pero no menos importante, el propio público israelí está cansado de la guerra y está anhelando una vida normal en paz. Los colonos son impopulares, y su apoyo entre el público se está debilitando. Esto se demostró tanto en Gush Katif como en el Comité Central del Likud.

Sharon sabe esto, y está preparado para evacuar los asentamientos que se dispersan por el corazón de los territorios palestinos, con la esperanza de aferrarse a los grandes bloques de asentamientos. Pero trata de evitar negociaciones con la dirección palestina. Él sabe que en semejante diálogo quedaría obligado a dejar la mayoría, o todos, los bloques de asentamientos. Esa es la razón por la que insiste en pasos «unilaterales».

Esta es una política muy peligrosa para Israel. El arranque palestino de alegría que tuvo lugar en Gaza después de la retirada refleja la creencia de que esta es un triunfo de la resistencia palestina. Los palestinos están convencidos de que Israel ha huido enfrentado a los héroes palestinos que sacrificaron sus vidas por su pueblo, por los ataques suicidas y los combatientes que disparan descargas de mortero y cohetes Qassams. Como huyeron hace cinco años ante las guerrillas chiítas del sur del Líbano. «Israel entiende sólo el idioma de la fuerza.»

Cada retirada «unilateral» de Israel reforzará esta creencia. De esta manera no llegaremos a la Línea Verde en el marco de una » Tierra para la Paz», sino en una situación de guerra. El propio Israel cumplirá la oscura profecía cuya sombra nos ha estado cubriendo durante muchos años: que los palestinos se adhieran a una «estrategia de fases». Significado: cada retirada no es sino una fase que lleva a la próxima. Israel parecerá un salchichón de salami que es cortado rodaja tras rodaja. Salami en lugar de Salaam.

El proceso «unilateral» es un Marzo Locuelo. Nosotros pagaremos todo el precio de la paz, sin lograr la paz. Pero hay una alternativa simple: entrar en negociaciones ahora con la dirección palestina para acordar la frontera final entre Israel y Palestina, hacer la paz y permitirles a los dos pueblos que disfruten inmediatamente sus resultados, para que ambos estén interesados en conservarla. Esto es posible, y todos los expertos del país y de todo el mundo lo saben bien.

El tiempo no está trabajando a nuestro favor. En el debate escolar les dije a los estudiantes que estamos ahora en la plenitud de nuestro poder. Tenemos una inmensa superioridad tecnológica, económica y militar. La única súper potencia mundial es nuestro íntimo aliado. El mundo árabe está dividido, sus países están gobernados por regímenes corruptos e ineficaces que no dan un bledo por los palestinos. La mayoría del pueblo palestino quiere la paz, exactamente lo mismo que la mayoría de los israelíes. Tras 120 años de conflicto, la reconciliación es todavía posible. Pero, agregué yo, el poder no dura siempre. Los pueblos árabes progresarán. El equilibrio de poder empezará a cambiar. La bomba atómica se volverá una propiedad común en nuestra región. Los Estados Unidos dejarán de ser la única súper potencia, China e India empezarán a competir. En el mundo árabe, una revolución islámica fundamentalista puede tener lugar, puede eliminar los regímenes corruptos y puede unir la región que nos rodea. El pueblo palestino también puede adoptar un régimen islámico fundamentalista. ¿Será más fácil lograr la paz entonces?

«No quiero asustarles. El miedo nunca es un buen consejero. Pero les pido que consideren la importancia de este momento: somos fuertes, podemos actuar con confianza y cálculo sobrio, tenemos algo que dar a esta región, el pueblo palestino está preparado para la paz. Hasta ahora hemos tenido una suerte increíble. Dejemos de jugar con el futuro de nuestro Estado.»

La retirada de Gaza sólo nos ha enseñado cuán peligroso es el planteamiento «unilateral». Hemos evacuado territorio, hemos desmantelado asentamientos, y no hemos andado ni un paso para acercarnos a la paz.

Incluso el genio más excelente no ha inventado todavía una paz unilateral. La paz es un tango y se necesitan dos para bailarlo. Dos que se respeten mutuamente.

Esto es lo que hay.