La propuesta de Benjamín Netanyahu al presidente Gustavo Petro, para que sirva de mediador ante Hamas, a fin de negociar la entrega de 162 rehenes israelíes que Hamas tiene en su poder, haciendo énfasis que entre ese grupo se encuentra una colombiana de nombre El Kara, resulta desde todo punto de vista favorable, no obstante, las varias consideraciones que ello implica. Conviene destacar que no se trata de un acercamiento del régimen neoconservador de Netanyahu ante la postura del presidente colombiano sobre la inminente designación de un Embajador ante el Estado palestino; la llamada a consulta del gobierno colombiano a la señora embajadora de Colombia en Israel; la clara y valerosa oposición de condena, por parte del presidente G. Petro, que destaca en el escenario latinoamericano a la atroz y desproporcionada respuesta bélica al calculado ataque de las guerrillas de Hamas, por el ejercito israelí; la postura internacional ante la demanda de declaración de genocidio por parte del régimen israelí contra la población palestina, en el entendido que la carta de invitación del premier israelí está fechada a 11 de enero de 2.024. Por consiguiente, se hace necesario explorar el escenario favorable que como estadista y actor en el plano internacional desarrolla el presidente colombiano, lo cual le hace acreedor a la prestación de buenos oficios, bajo el acumulado de ser el país y nación colombiana un referente en el padecimiento y manejo del conflicto armado interno por 75 años; mismo periodo de tiempo en el que el Estado de Israel ha sido fallido en el ejercicio de poder soberano, asegurar a su población la vida y convivencia y la prevalencia de un interés general.
Naturaleza del estado de Israel
Con el nombre de Israel se designó la creación de un Estado, tras haberse aprobado en el mes de noviembre de 1.947 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, un plan de partición de Palestina, ante la salida de las autoridades administrativa y de las tropas británicas, que implicaría la creación de dos Estados: uno palestino (árabe) y otro judío. Así aceptado por la comunidad judía internacional, fue rechazado por la comunidad árabe en general. Fue así como el 14 de mayo de 1.948, se llevó a cabo en Tel Aviv una Declaración de Estado de Israel, precedida de una reunión secreta, sin difusión pública, ocho horas antes que el alto comisario Alan Cunningham abandonara el puerto de Haifa, junto con las últimas autoridades británicas y por temor a que las tropas británicas regresaran; reunión precedida bajo un retrato de Theodor Herzl, fundador del moderno sionismo. Por ello el Estado de Israel fue una creación de un género o especie muy singular y excepcional. Sin contar con una población judía definida (llegaban desde finales del siglo XIX y no alcanzaban a dos millones de judíos; en tanto que la población palestina superaba los 7 millones y se multiplicaban como hormigas). Tampoco contaba Israel con un territorio (al despojar el imperio británico del territorio palestino al decaído imperio otomano, las tomas de tierras por parte de la población judía eran de facto; como también utilizaban el despojo y el engaño y la adquisición fraudulenta, corrompiendo a funcionarios británicos, registradores, notarios y con el uso también de abogados; siendo que el capital sionista inundaba y asfixiaba en torno a la posesión y adquisición desmedida de tierras y la carencia de valor de nación en lo cultural palestino). Por ende, el Estado de Israel no contaba con fronteras. Ese vacío se nota en el documento de la ONU. No merece explicación gráfica detallada el redactar que el sionismo beligerante expansionista conformó el ejercito y declaró la guerra a los palestinos en sus territorios que resumimos en las acciones de despojo territorial de los años 1948, 1963, 1967, 1.983, las sucesivas intifadas y en brevedad-sin falsear lo histórico- llegar a la arremetida salvaje y sanguinaria del 07 de octubre de 2.023. Fue así como bajo el despojo, la violencia, la invasión y el crimen, fue delimitando unas fronteras, unilateralmente, el Estado de Israel. Quede pues asentado que el Estado de Israel no surgió de autoridad, población, territorio, ni como Estado de Derecho, hasta tal punto que hoy no cuentan con una Constitución. Sustento esto en la necesidad de la solución política del conflicto palestino-israelí, sobre las siempre propuestas de la existencia de dos Estados o la confluencia de un Estado único, unitario y pluriétnico.
Del pedido de B. Netanyahu
La capacidad mediadora del presidente Gustavo Petro Urrego, en búsqueda a una salida política de los rehenes israelís en poder de Hamas, predomina a toda prueba. La Procuradora General debía conocer, de previo a la sanción disciplinaria al Doctor Álvaro Leiva, Canciller de la República de Colombia, de la carta de solicitud de ayuda formal del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Resalta que con la desmedida sanción a él aplicada no se ciñó a los postulados de buena fe en esa gestión de decisión administrativa. Sin necesidad de acudir a un recurso de tutela por el perjuicio irremediable que la medida de la procuradora general causa al ejercicio constitucional de las relaciones internacionales, cabe su capacidad de sindéresis para que en consecuencia proceda a la revocatoria directa de ese acto administrativo de sanción (por el momento) al señor Canciller Avaro Leiva.
En su carta B. Netanyahu le señala al presidente G. Petro que “cualquier presión que se pueda ejercer con este fin, especialmente frente a Irán, Catar o Turquía, así como frente a la Cruz roja, será invaluable y ayudará a salvar vidas inocentes”. El señor Gali Dagan, Embajador de Israel en Colombia, asegura: “que su país espera recibir la ayuda de Colombia en la liberación de los rehenes, al tratarse de una nación que entiende la violencia del secuestro debido a su historia con el conflicto armado”.
El lenguaje diplomático es sutil; pero a su vez el manejo de las situaciones permite ser agudo e ingenioso. Como director de las relaciones internacionales, el señor presidente G. Petro podría, por intermedio de la Cancillería, presentar una hoja de propuesta al gobierno israelí sobre su papel de gestor o mediador, tal conciliador, entre el Estado israelí y el movimiento Hamas, en aplicación de los principios de la solución alterna de conflictos
De otro lado, la escogencia del señor presidente G. Petro, como mediador en lo enunciado, enmarca, no a una función propia de y para él, como sí de las relaciones del Estado colombiano en reconocimiento de los principios del derecho internacional aceptados por Colombia. Se presenta como una oportunidad de integración latinoamericana al servicio de la paz mundial. En ese sentido, me permito modestamente sugerir o aportar, como ciudadano colombiano por nacimiento y ciudadano costarricense por naturalización, que Colombia proponga y admita como Estado coadyuvante en el empeño de intermediar en la liberación de los rehenes de Hamas, al Estado de Costa Rica, previa su consulta al respecto. Lo sustento en cuanto que resalta el padecimiento de Colombia con el tema de rehenes y retenciones durante el conflicto armado interno, así como destaca la tradición civilista y pacifica de Costa Rica, cual adalid de la defensa de la vida y la protección y defensa de los derechos humanos, con peso político especifico a nivel internacional.
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