Recomiendo:
0

Sandro Rosell, Josep Guardiola, la Qatar Foundation y la asamblea de compromisarios culés

Fuentes: Rebelión

La asamblea de compromisarios del Barça se reúne el próximo sábado 24 de septiembre, el día de la Mercè. Entre otros asuntos, los socios votarán la continuidad de Qatar Foundation como patrocinador de la entidad, una decisión que tomó sin su explícita aprobación la actual junta directiva, la que encabeza Rosell, el neoliberal. Un grupo […]

La asamblea de compromisarios del Barça se reúne el próximo sábado 24 de septiembre, el día de la Mercè. Entre otros asuntos, los socios votarán la continuidad de Qatar Foundation como patrocinador de la entidad, una decisión que tomó sin su explícita aprobación la actual junta directiva, la que encabeza Rosell, el neoliberal. Un grupo activo de socios ha conseguido que el tema vaya al pleno de la asamblea.

Eso sí, el pasado 20 de septiembre, el president Sandro Rosell, en una entrevista en 8TV, la televisión privada de los Godó [1], reiteró su apuesta por la entidad catarí y, abonando un discurso que él sabe muy eficaz, advirtió sobre los riesgos de «dejar escapar», esas fueron sus palabras, el actual esponsor. ¿Qué riesgos? Han acertado: «Patrocinarían [la QF] a otro club, incluido el Madrid, aunque no lo espero».

Nada nuevo bajo el sol, la melodía conocida: hay que llevar la publicidad del emirato de Qatar, nos guste o no, aunque sea extraña a un club que tuvo un presidente que fue asesinado por el fascismo hispánico. El acuerdo Qatar-Barça permite conseguir mucho dinero al club -30 millones de euros anuales, aunque creo que no se conoce la letra pequeña del acuerdo- y si el Barça dice no, otros dirán que sí. El ogro-Madrid está incluido entre esos «otros».

Pero esta vez no sólo ha intervenido el president neoliberal del Barça. El entrenador, Josep Guardiola, también ha dicho la suya y esta vez no ha recordado la sensatez, modestia y racionalidad con la que se manifiesta en la mayoría de las ruedas prensa sino, más bien, los bocadillos «filosófico-económicos» con los que publicita una entidad financiera catalana. Las reflexiones del lector de Marti i Pol: «Qatar es el país islámico más abierto a Occidente. Yo jugué allí, me trataron muy bien y entendí muchas cosas. Pero me parece fantástico que se someta a votación, lo más democrático».

Ni que decir tiene que la intervención de Guardiola, no sabemos si voluntaria o algo forzada, con o sin convencimiento pleno, influirá decisivamente en el ánimo de muchos compromisarios. Sea como fuere, no se ve por qué es positivo que Qatar sea el país islámico «más abierto a Occidente» y qué cosas entendió Guardiola cuando jugó allí. El carácter democrático de la votación no hay que darlo como dato inicial. No parece que, en su momento, la Junta pensara en ello y no está claro que cada posición tenga igualdad de oportunidades en la discusión. Lo contrario parece más verdadero

Sea como sea, cuando hablamos de Qatar, ¿de qué estamos hablando? Más o menos de lo siguiente [2].

De una monarquía hereditaria, sin parlamento ni partidos. Qatar es uno de los países más ricos de la región del Golfo gracias a sus reservas de petróleo y gas. Su actual Emir, Hamad bin Khalifa Al Thani, dispone de plenos poderes. Se encarga de designar a los miembros del gabinete de ministros y de dictar las nuevas leyes. Despotismo escasamente ilustrado.

La Constitución de 2005 estableció un Parlamento que tenía que estar integrado por dos tercios, no en su totalidad, de los miembros electos. A falta de elecciones, todavía no se ha constituido.

Los periodistas de Qatar están privados de una organización independiente. La Federación Internacional de Periodistas (FIP) se negó a asistir a los actos de celebración de la libertad de prensa organizados por la UNESCO y el Gobierno de Qatar [3]

Los trabajadores y trabajadoras migrantes constituyen la mayoría de la población activa. Frecuentemente son víctimas de la explotación. Sus contratos de trabajo otorgan amplios poderes a sus empresarios. Estos, a menudo, confiscan los pasaportes de sus trabajadores y algunos se niegan a pagar los salarios a su debido tiempo. Las trabajadoras domésticas, casi todas migrantes, son particularmente víctimas de la violencia de género. Debido a sus condiciones laborales, no tienen generalmente posibilidades de abandonar la casa en la que trabajan. El terror continúa.

Estos trabajadores reciben un trato diferente a los trabajadores nacionales: hacen jornadas más largas, tienen menos días libres, no se les pagan las horas extraordinarias [4].

Precisamente las normas fundamentales del trabajo en Qatar fueron el tema de un informe de la CIOSL de febrero de 2005. En el informe se pusieron de relieve graves deficiencias en la aplicación de las normas fundamentales del trabajo en cuatro ámbitos: derechos sindicales, discriminación, trabajo infantil y trabajo forzoso.

Se indica en el documento que en Qatar hay graves restricciones de los derechos sindicales. Los sindicatos están prohibidos y también lo están las negociaciones colectivas. Los salarios se estipulan de manera unilateral. El derecho de huelga es limitado.

También la discriminación está muy presente. Qatar se caracteriza por la segregación ocupacional. La mayoría de las mujeres están ubicadas en los sectores de salud y de educación, y tienen un bajo índice de participación social.

Amnistía Internacional, en su informe de 2010, señaló que en Qatar se suceden un conjunto de violaciones intolerables de los derechos humanos. Un ejemplo: el derecho de la mujer a contraer matrimonio libremente no sólo es ignorado por las familias, sino que los cuerpos de seguridad cooperan con esas actitudes machistas restringiendo la libertad de las mujeres, golpeándolas o incluso secuestrándolas. Las penas de flagelación no son penas extraordinarias y se persigue con la cárcel a los colectivos de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

Y por descontado, en Qatar, como en Estados Unidos, se practica la pena de muerte, y en materia de seguridad, un sospechoso puede ser recluido sin cargos durante seis meses -e incluso hasta dos años- con cargos imprecisos.

Este es el país que trató muy bien a Josep Guardiola y sobre el que el entrenador-filósofo no sólo no tiene nada crítico qué decir sino que, bien a las claras, está apostando porque su club de toda la vida, rompiendo una tradición centenaria, lleve en su camiseta su publicidad comercial.

¿Existe mucha diferencia en que el Barça lleve el anagrama de la «Qatar Foundation» en su camiseta y en que, pongamos hace 20 años, llevara en esa misma camiseta la publicidad de la República Sudafricana del apartheid, mientras Nelson Mandela y tantos otros se pudrían en la cárcel y la ciudadanía negra era duramente perseguida y tratada como ganado vacuno? ¿De verdad hay mucha diferencia?

Josep Guardiola nos decepcionó con su reciente visita a Israel. Esta vez, todo fluye, no debería decepcionarnos de nuevo.

Notas:

[1] Público, 21 de septiembre d 2011, p. 44.

[2] Santiago Alba Rico ha tenido la generosidad de facilitarme estas informaciones.

[3] Las celebraciones, señaló la FIP, se llevan a cabo en un país que apoya un centro internacional para la libertad de los medios de comunicación, pero que no permite que los periodistas locales formen su propia organización o sindicato independiente.

[4] Para leer el informe completo, favor de ir a: http://www.icftu.org/displaydocument.asp?Index=991221289&Language=EN

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.