Ginebra, 1 de junio de 2010. Señor Presidente Iniciamos ayer la 14 sesión del Consejo de Derechos Humanos con la terrible noticia de una nueva matanza indiscriminada cometida por el ejército de Israel, en total violación del derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario y los derechos humanos. Esta vez, el blanco de la poderosa […]
Ginebra, 1 de junio de 2010.
Señor Presidente
Iniciamos ayer la 14 sesión del Consejo de Derechos Humanos con la terrible noticia de una nueva matanza indiscriminada cometida por el ejército de Israel, en total violación del derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario y los derechos humanos.
Esta vez, el blanco de la poderosa maquinaria militar israelí – financiada y equipada con el apoyo directo de Estados Unidos y otras potencias occidentales – fue la llamada «Flotilla de la Libertad», una expedición marítima compuesta por militantes por la paz y activistas de derechos humanos, cuya intención era proveer asistencia humanitaria a la población Palestina en la Franja de Gaza.
Cuba condena en los más fuertes términos el uso indiscriminado de la fuerza contra la Flotilla de la Libertad, que ocasionó la muerte de al menos personas y heridas a más de 30. El hecho de que el ataque haya tenido lugar en aguas internacionales es más preocupante aún, en cuanto vulnera, además, el principio de la libertad de navegación.
El único pecado de la expedición era llevar consigo unas 10.000 toneladas de ayuda humanitaria, que incluía equipos médicos, alimentos, materiales de construcción y productos de necesidad básica, para aliviar la dramática situación en la que vive la población en la Franja de Gaza.
Señor Presidente:
Es momento para la acción. La respuesta del Consejo de Derechos Humanos ante esta nueva afrenta a los derechos humanos y a la legalidad internacional debe ser contundente. Se deberán tomar medidas concretas. Se debe encauzar una investigación internacional independiente que identifique a los responsables y los haga comparecer ante la justicia. Las víctimas y sus familiares deben recibir la necesaria reparación.
La Potencia Ocupante debe poner fin a su política de asfixia económica y destrucción contra la franja de Gaza. Debe levantar el bloqueo, permitir la llegada de la ayuda humanitaria, y renunciar a sus políticas genocidas contra la población Palestina en Gaza y en todos los territorios ocupados, incluida Jerusalén Oriental.
Las potencias internacionales que otorgan a Israel un manto de protección y amparo también deberán responder ante la historia.
Para concluir, Cuba reafirma su inequívoco apoyo a la causa del pueblo Palestino en su noble y legítima aspiración al establecimiento de un Estado de Palestina libre, independiente y soberano, sobre la base de las fronteras establecidas en 1967, y con Jerusalén Oriental como su capital.
Muchas gracias,