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Secuestros en Gaza

Fuentes: Gara

La autora, cooperante en Palestina, propone una reflexión sobre por qué habitantes de Gaza llevan a cabo secuestros

Estos días, de nuevo, han secuestrado a un español en Gaza. Un cooperante que, como yo, trabaja en Cisjordania y Gaza. Roberto podía haber sido yo, o Magali, o Marcel, o cualquiera de los cooperantes que trabajamos en los territorios palestinos y que nos desplazamos a la franja de Gaza con frecuencia.

La semana pasada un grupo de encapuchados secuestró a Emilio, un fotógrafo español. Esta semana le tocó al cooperante Roberto. Pero antes de exclamar lo poco beneficiosos que son estos secuestros; antes de llevarse las manos a la cabeza y preguntarse cómo puede ser el pueblo palestino (o algunos de sus miembros) tan estúpido como para secuestrar a las personas que les están apoyando; antes me gustaría que tuvierais la serenidad para pensar en las razones que llevan a un grupo de personas a secuestrar por dinero. ¿No será que ven en el secuestro una manera de conseguir algo de dinero?

Ahora os cuento una historia palestina, triste, porque no podía ser de otra manera. Yasser es el padre de una familia de 7 hijos. Es funcionario en el Ministerio de Economía. Es licenciado en Administración de Empresas. Se sacó el título en Bulgaria cuando todavía la población de Gaza podía salir al exterior. Su mujer, Fátima, profesora de un colegio de primaria, ha tenido que dejar el trabajo para ocuparse de la casa y los hijos. Este año ha sido especialmente duro. Tras la desconexión de Gaza decretada por Sharon, los palestinos ya no disponen de los permisos con los que antes cruzaban la «frontera» para ir a trabajar al territorio israelí. Los tres hijos mayores se ganaban la vida como mano de obra barata, contratados por algún empresario agrícola israelí. Ahora ya no pueden, son manos… sin obra. Yasser ha intentado ayudarles económicamente como ha podido durante un tiempo, pero ahora él tampoco tiene trabajo. Tras la victoria de Hamas, los países occidentales han decidido bloquear la ayuda a la ANP. Yasser sigue trabajando, pero no recibe el salario desde hace más de seis meses. Fátima ha estado enferma y sigue convaleciente. Fue imposible acudir al hospital porque tras la invasión de Gaza por el Ejército israelí, los hospitales se colapsaron con los heridos y muertos provocados por los bombardeos e incursiones. Postrada en la cama, Fátima vio cómo dos de sus pequeños morían víctimas de las bombas. Uno de ellos agonizó durante días debido a la sustancia que contenían las bombas, que hacía difícil la cura (fósforo blanco).

Han intentado pedir ayuda a los familiares pero han desistido. Nadie tiene trabajo, todos tienen muertos y enfermos. Yasser y Fátima tienen otro hijo: ha entrado a formar parte de las milicias de Hamas. Está harto de ver cómo todo se derrumba sin que nadie haga nada. Tilda a su padre de inútil para poder sacar adelante a su familia.

Las dos hijas pequeñas iban al colegio. Ahora no van. Hay huelga. ¿Qué haríamos nosotros para conseguir dinero, si ni siquiera pudiésemos salir de Gaza? No justifico los secuestros. Sólo pido que penséis en quiénes son los verdaderos culpables de los mismos. Quizás entonces nos demos de bruces con el rostro de nuestros gobiernos que, «en nombre de la supuesta democracia», han conseguido materializar un golpe de Estado contra el gobierno palestino y contra su pueblo. –