Las fuerzas armadas turcas actualmente se encuentran en la base de Basiqha a tan sólo 12 kilómetros al norte de Mosul. La descomposición del imperio Otomano fue un proceso largo y dramático que supuso un cambio geopolítico de gran envergadura en Europa oriental, Oriente Medio, Asia Central y el Norte de África. Realmente fue una […]
Las fuerzas armadas turcas actualmente se encuentran en la base de Basiqha a tan sólo 12 kilómetros al norte de Mosul.
La descomposición del imperio Otomano fue un proceso largo y dramático que supuso un cambio geopolítico de gran envergadura en Europa oriental, Oriente Medio, Asia Central y el Norte de África. Realmente fue una conspiración llevada a cabo por las potencias mundiales Inglaterra, Francia y Rusia con el propósito de conquistar unas tierras muy ricas en recursos naturales, materias primas -especialmente los pozos petrolíferos- aparte de las rutas comerciales marítimas y terrestres. El Califato Otomano por la gracia de Allah era el heredero de ese primer califato a de Abu Bakr (632-634) instituido en la época del profeta Mohamed. Por lo tanto, el califa o el sultán se le consideraba un descendiente directo del profeta y cabeza visible del Islam (guía de los musulmanes). La desintegración del Imperio fue gradual: tuvo su punto de partida en el año 1300 hasta que se consumó su hundimiento tras la Primera Guerra mundial. En 1920, Ataturk, con otros jóvenes militares, dieron el golpe definitivo destronando al sultán Mehmet VI para poner fin al Imperio implantando la República. En 1922, tras el triunfo del Congreso Nacional Turco (los Jóvenes Turcos), se disolvió la monarquía y el sultán tuvo que partir al exilio.
El propósito de los jóvenes oficiales turcos revolucionarios era civilizar al pueblo Otomano y conducirlo a la modernidad por medio de un ambicioso plan de choque en el que se priorizaba la educación y la instauración de un estado laico ilustrado al estilo de los europeos. Se empezó por imponer una nueva lengua con su alfabeto latino despreciando al árabe por arcaico.
Turquía, durante la Primera Guerra Mundial, forjó alianzas con las Potencias Centrales Alemania, el reino de Italia, y el Imperio Austrohúngaro y en consecuencia sufrió también una humillante derrota. En el tratado de Sèvres en 1920 le arrebata la mayoría de sus posesiones.
El Imperio turco cae pero las autoridades de la nueva república (los Jóvenes Turcos) nunca perdieron la esperanza de verlo renacer. El actual gobierno de Erdogan tiene una nostálgica proyección imperial. Sus delirios de grandeza se ven materializados gracias a las revueltas árabes del año 2011. La guerra en Siria e Irak es un factor que le permite ejercer un inédito protagonismo en la zona (el diseño de un nuevo orden). El caos y la desestabilización favorecen a sus intereses, pues intervine directamente en el norte de Siria y también en Irak. Turquía pretende aniquilar sus enemigos kurdos del PKK a los que persigue como si se tratara de terroristas del EI.
Turquía actualmente apoya a grupos de combatientes turcomanos y sus afines en la guerra que se desarrolla desde hace cinco años en Siria e Irak. El ejército Turco debe hacer frente a la amenaza del separatismo kurdo del PKK (guerrilla izquierdista fundada por el histórico líder Ocalan en 1978) y para ello invierte millones de dólares en pie de fuerza y en armamento. «La única identidad del estado es la turca» -ese es el lema del kemalismo que anula cualquier otra identidad.
Y es que Turquía siempre ha querido consolidar su dominio sobre el norte de Siria e Irak (territorios del Kurdistán) donde se encuentran sus más encarnizados enemigos del PKK (turcos). Turquía tiene la intención de ejercer su tutela de toda la franja fronteriza y es por esto que su aviación bombardea continuamente las posiciones kurdas en Siria e Irak ante el recrudecimiento de los atentados y ataques a las tropas. Por ahora el proceso de paz con el PKK está en punto muerto. El YPG y sus aliados del PYD (frentes del PKK) en Siria (cantón Kobane, cantón Efrin, Cantón Cizire, Cantón Azaz) que pertenecen a una franja mejor conocida como Rojava regida por leyes anarquistas, anticapitalista y antimperialista -se decantan por aliarse con el PKK. Por el contrario, el propósito de la entidad territorial kurda de Irak, CRK, y sus Peshmergas, KDP, es la de crear un nuevo estado (capitalista y pro americano) una vez terminada la guerra contra el yihadismo sunita. El presidente Barzani exige la retirada total de los combatientes del PKK del territorio del Kurdistán iraquí presionado por EE.UU e Israel -e incluso el propio gobierno turco con el que les une cordiales relaciones. El Kurdistán iraquí CRK es un protectorado de EE.UU, de Israel y la UE que se encargan de prestarle ayuda económica, logística y militar. La región autónoma del Kurdistán iraquí cuya capital en Erbil es una zona rica en petróleo y gas de ahí su gran importancia geoestratégica.
Como es de suponer, entre los Kurdos no existe una unidad sino que hay diferentes tendencias políticas -como hemos visto el PKK es de ideología marxista y antimperialista, mientras el clan de Barzani ha preferido abrazar al imperialismo norteamericano y el sionismo- además de fomentar de amistad con Ankara. Los Kurdos de Turquía son aproximadamente 23 millones de habitantes y en Irán otros 7 millones que junto a los Kurdos de Siria e Irak suman un gran total de unos 45 millones de habitantes. Su objetivo es el de fundar un estado Kurdo independiente.
El gobierno de Kemal Ataturk fomentó la alianza entre kurdos y turcos con el fin de recuperar las tierras robadas por el colonialismo. Su principal obsesión era la reconquista de la región de Mosul. Los turcos ejercen gran influencia sobre los rebeldes turcos-sirios que hablan también el turco y que habitan a lo largo de toda la frontera con Siria. Especialmente la región de Alepo (Halep turco) la provincia de Hatay cuya capital es Antakya (que fue recuperada por Turquía luego de que esta se proclamara república independiente en 1938 y 1939). Ankara desea dominar nuevamente sus antiguas posesiones y su prioridad es propiciar la caída de Bachar Al Assad para que sus hermanos turcomanos declaren un gobierno autónomo. Recordemos que en esta zona de la región turcomana siria de Bayirbucak fue abatido un avión ruso por la fuerza aérea turca. Los rusos pretendían destruir sus campamentos turcomanos aduciendo que se trataban de «terroristas del EI». Por eso Turquía defiende a sus hermanos ante los constantes ataques de Rusia y el ejército Sirio (Irán y Hezbollah). Es imprescindible para la OTAN y sus aliados que la coalición ruso-iraní-Hezbollah no tome el sector rebelde de la ciudad de Alepo pues ello supondría una gran victoria para el eje Damasco-Teherán (ambos considerados en su día por los EE.UU como parte del «eje del mal»). Erdogan afirmó en una multitudinaria manifestación en Bursa (23-10-2016) que Alepo y Mosul pertenecen históricamente a los turcos.
En la ciudad de Mosul, situada en el fértil valle de Mesopotamia y antigua capital de los Asirios conquistada por el sultán Selim en el siglo VII (hoy gobernación de Nínive) vilayato de Bagdad, Mosul y Basora. Desde la antigüedad fue un cruce de caminos de las caravanas que viajaban entre Siria y Persia. Mosul es una ciudad de comerciantes muy reconocida por su mármol y sus tejidos de algodón (la famosa muselina). En esta ciudad habitan diversas etnias y confesiones religiosas como árabes sunitas, cristianos caldeos, asirios turcomanos, kurdos, armenios, Yazidis, Shabakis, Mandeans, Circasianos, sufistas, chiítas con una población estimada en 1.000.000 habitantes. Desde julio de 2014 ha sido ocupada por el Estado Islámico que la proclama capital del nuevo califato.
En 1888 comenzó la prospección y explotación de los pozos petrolíferos que fueron adquiridos por el Sultán turco Abdulhamid. En 1904 se los vendió a Alemania que pretendía aprovecharse de las fuentes energéticas gracias a la construcción de la vía férrea Berlín-Bagdad. Aunque igualmente potencias como Inglaterra y Francia ambicionaban también apoderarse de las mismas (fundamental para el desarrollo del capitalismo). En 1914, tras la caída del sultán el nuevo gobierno Turco, entrega la concesión petrolífera a la Turkish Petroleum Company con participación de capital británico, holandés y alemán (un férreo lobby que se oponía a la intromisión de las compañías estadounidenses).
Tras la derrota en la I guerra mundial, Mosul fue la última ciudad que abandonaron las fuerzas otomanas (con el sagrado juramento de regresar en un futuro no muy lejano). El acuerdo Sykes-Picot de 1916 fue un pacto secreto franco-británico con el que decidieron repartirse las posesiones del derrotado Imperio Turco. La Sociedad de Naciones confirma la soberanía inglesa sobre Mesopotamia en 1920. En un principio no incluía a Mosul pero tras el descubrimiento de importantes campos petrolíferos se la anexó el Mandato en 1926.
En 1918 el ejército inglés hizo su entrada triunfal y compró todas las acciones de la compañía petrolera con la complacencia de Francia y EEUU. En 1921 la Gran Bretaña les concede la explotación exclusiva a las compañías inglesas.
Las autoridades inglesas del protectorado crean 1932 el reino de Irak y nombran rey al Hachemita Faysal. Es entonces que se comienzan los trabajos de construcción del oleoducto de Kirkuk-Mosul hasta Haifa (puerto palestino situado a orillas del Mediterráneo oriental desde donde exportaban el crudo a la metrópoli). Hoy, el plan de Israel es reconstruir dicho oleoducto (allí tiene su principal refinería) ya que son deficitarios en hidrocarburos. Estados Unidos, la UE y la entidad autónoma del Kurdistán iraquí se muestran favorables a dicho proyecto.
El gobierno turco negoció infructuosamente con Inglaterra para que Mosul continuara bajo su soberanía. Especialmente Ataturk se resistían a perder esta estratégica ciudad a la cual llamaba «la joya más preciada de Mesopotamia». En 1923, el líder turco declaró: «¡oh Mosul! Es una región muy importante para nosotros pues posee las más ricas reservas petrolíferas». Unidades militares turco-kurdas fueron enviadas a la región con la finalidad de tomarla pero tuvieron que retirase ante una implacable ofensiva de los ingleses.
Londres y Ankara intentaron resolver el diferendo negociando en la Sociedad de las Naciones en 1924 en Ginebra. Los diplomáticos turcos propusieron un referéndum para dilucidar el contencioso. Pero la Gran Bretaña lo rechazó argumentando que la población local era analfabeta y no tenía instrucción necesaria para asumir tales responsabilidades. De antemano lo boicotearon pues sabían que el resultado les iba a ser desfavorable. El conflicto armado entre turcos e ingleses se mantenía latente. Londres envía un emisario a Ankara exigiendo la retirada de las fuerzas turcas de la región. Pero ellos responden que es la Sociedad de Naciones la que tiene que decidir cuál será la frontera definitiva. Una comisión de la Sociedad de las Naciones visita Irak en 1925 y decide que Mosul pertenece legalmente al reino de Irak -es decir al mandato británico-. Ataturk, obligado por las circunstancias, reconoce tan desfavorable decisión y pronuncia la célebre frase: «el pueblo turco ya ha sufrido demasiadas guerras». Si no aceptaba esto significaba abrir un frente de hostilidades en Mosul. Ataturk tenía que salvar Turquía, que estaba en peligro de ser devorada por los aliados (Grecia, Inglaterra, Francia, Rusia). En la guerra de independencia logró consolidar sus posiciones en Anatolia salvando a su patria de la total devastación. Es por ello que eternamente se le reconoce al «héroe de Gallipoli» como el padre de la patria. Es tan apasionado el fervor que despierta su figura que en todas las ciudades y pueblos hay estatua que honra su memoria.
La frontera turco-iraquí actual fue fijada en el tratado que se firmó en Ankara en 1926. Mosul fue cedida a la Gran Bretaña con la condición que las potencias europeas suspendieran sus agresiones sobre la región y que durante 25 años a Turquía se le concediera un 10% de las ganancias petrolíferas. Se trataba de un compromiso de alto el fuego de carácter provisional. El golpe de estado militar de 1958 encabezado por el coronel Abdul Qarim depuso y ejecutó al rey Faysal II. A partir de ese momento los golpistas anulan todos los acuerdos firmados entre la monarquía Hachemita y el gobierno Turco.
La reconquista de Mosul se ha puesto en marcha con la participación de las milicias iraquíes chiítas y Peshmergas kurdos de Barzani apoyados por los países de la Coalición Internacional que han entrenado las tropas durante meses dotándolas de armamento moderno y sofisticado. Como el yihadismo es el principal peligro para la seguridad del occidente libre y democrático (capitalista), hay que exterminarlo. El avance de las tropas está cubierto por la aviación y los helicópteros artillados y aparentemente no existe ningún obstáculo que los pueda detener. Esta ofensiva causará un considerable aumento del número de refugiados y el recrudecimiento de la tragedia humanitaria. Se calcula que podrían huir de la región aproximadamente medio millón de personas. Raqqa, en Siria, es la capital política del EI, mientras que Mosul es la capital espiritual y económica. Allí se supone que permanece atrincherado el califa Abu Bakr Al Baghdadi junto a su Estado Mayor.
El gobierno Turco de Erdogan sabe que las milicias kurdas del CRK (junto a las milicias chiíes que actúan bajo órdenes de la Coalición Internacional) tendrán un papel destacado en la batalla por Mosul. Algo que no cuenta con su beneplácito pues prefieren que sean fuerzas locales las que combatan. Seguramente en el caso que se consume la victoria los kurdos exigirán prebendas territoriales. La toma de Mosul traerá aún más violencia sectaria. Un odio y unas ansias de revancha que nos tememos se perpetuarán por generaciones.
El ejército Turco desde hace meses está acantonado en la base de Basiqha a 12 kilómetros al norte de Mosul (el gobierno iraquí los define como ocupantes) Turquía defiende su presencia en la región por sus evidentes lazos históricos. Al fin y al cabo, el sueño del padre de la patria Ataturk era recuperar estos territorios perdidos tras la desmembración del Imperio. Ankara afirma que mantendrá su ejército en las cercanías de Mosul para prevenir una tragedia humanitaria. «En Irak operan 63 países como integrantes de la Coalición Internacional que combate el yihadismo y nosotros también hacemos parte de la misma» -aducen las autoridades otomanas. «Las regiones cerca de nuestras fronteras no tienen que suponer una amenaza terrorista» (especialmente el PKK) -Davutoglu, primer ministro de Turquía.