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Reportaje fotográfico en la Cisjordania ocupada

Sembrar perseverancia y cosechar esperanza

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García

Enfrente de la tierra de la familia Nassar está Neve Daniel, una de las cinco colonias que rodean la granja

La vista desde la granja de Daher Nassar, al suroeste de Belén en la Cisjordania ocupada es muy diferente de lo que era cuando él era pequeño. Daher señala las cinco colonias israelíes que rodean la granja y me dice: «Los que vienen de fuera pueden construir casas y aquí estoy yo, que no tengo derecho a construir ni una sola casa».

Daher Nassar se crió en una granja comprada por su abuelo. Administra una granja orgánica de 405 hectáreas de tierra llamada ‘La viña de Daher’

La familia de Daher ha cultivado esta granja y vivido en ella sin interrupción desde que su abuelo la compró hace 100 años, justamente este mes. Los Nassar recuerdan estos 100 años con una semana de celebración. «Cuando mi abuelo compró esta tierra, en 1916, la registró, por eso tenemos los papeles que nos dejaron los otomanos; cuando vinieron los ingleses volvimos a registrarlas, después vinieron los jordanos y, por último, los israelíes», explica Daoud, hermano de Daher.

Daher Nassar posa junto al monumento que recuerda a su abuelo Bishara Daher Nassar, quien consagró su vida a la granja

A pesar de la documentación que acredita la propiedad de la tierra, la familia Nassar está llevando una larga batalla legal para mantenerse en la granja; una batalla que empezó en 1991, cuando esa propiedad fue declarada «tierra fiscal israelí». Mientras tanto, la familia era acosada y atacada por los colonos; «… fue entre 1991 y 2002 cuando este hostigamiento alcanzó el nivel más alto», dice Daoud.

La familia Nassar ha soportado años de hostigamiento por parte de los israelíes que viven en las colonias circundantes

«Llegaban a la granja, talaban nuestros árboles, dañaban el depósito del agua, nos amenazaban con armas de fuego y tres veces intentaron construir un camino en nuestra propiedad», explicó. «Vinieron con maquinaria pesada y empezaron a hacer movimiento de suelo para el camino, pero nosotros conseguimos parar todos los trabajos yendo a los tribunales.»

En 2002, los colonos talaron 250 olivos de la granja. «Para los palestinos, un olivo es como un miembro de la familia; es como un árbol sagrado», dice Daoud. Tres semanas más tarde, con la ayuda del grupo solidario ‘Judíos por la justicia en Palestina’, del Reino Unido, la familia Nassar plantó nuevos árboles. «Eso fue una pequeña señal de esperanza», agrega Daoud.

Nahalin (izquierda), el cercano pueblo palestino, está dominado por la presencia de la colonia israelí de Betar Illit, el mayor de los cinco asentamientos que rodean la granja de la familia Nassar. En este asentamiento viven más de 40.000 personas

En mayo de 2014, dos semanas antes de la recogida de los albaricoques, varias bulldozers israelíes arrasaron la plantación de frutales -unos 1.500 árboles- de la granja, alegando que los frutales estaban en tierra fiscal. «No nos sometieron», dice Daoud. «Nos arreglamos para reconstruir las terrazas… y el año pasado conseguimos plantar 4.000 árboles frutales.»

Grandes piedras colocadas por Israel en 2003 impiden el acceso de vehículos a la casa de los Nassar. «Siempre dicen que es por seguridad, pero la verdadera finalidad del bloqueo es hacernos la vida más difícil» dice Daoud

Otro procedimiento que Israel utiliza para quedarse con la tierra de los palestinos y expulsar a sus habitantes es restringir gravemente el acceso a los recursos y prohibir cualquier construcción. «No nos permiten construir nada; aquí, hasta ahora hemos tenido 20 órdenes de demolición y 47 órdenes de «interrupción de cultivo» [libradas por las autoridades israelíes]. No estamos autorizados a tener agua corriente ni electricidad; eso es desarrollo. Esto es una muestra de lo que pasa habitualmente en Palestina», explica Daoud.

La familia Nassar tiene el objetivo de reunir a personas de origen y cultura diferentes para aprender, compartir y «construir puentes» de esperanza y comprensión

La familia Nassar ha transformado la granja en lo que ellos llaman la ‘Tienda de las Naciones’; un centro de construcción de paz y resistencia no violenta. «Nosotros queríamos abrir la granja a las personas que quisiesen venir y ver con sus propios ojos. Esta es la mejor forma de educar. Venid, mirad, marchaos y contad. Pedimos que la gente vaya por ahí y cuente no solo lo que ha escuchado sino lo que ha visto», explica Daoud.

Daoud Nassar guía un recorrido de visita en la granja

La familia organiza actividades y proyectos educativos con el propósito de reunir a las personas para que se sientan más conectadas con la tierra y el medio ambiente, y para promover un aumento de la comprensión de la lucha cotidiana que libran los palestinos bajo la ocupación militar israelí. Uno de los proyectos más importantes es el de la plantación de árboles. «Invitamos a plantar árboles porque cuando plantas un árbol estás expresando que crees en el futuro», dice Daoud.

En los campamentos de verano de la ‘Tienda de las Naciones’, los más jóvenes tienen la posibilidad de aprender a tocar un instrumento y a dirigir un grupo musical

La familia también realiza un campamento infantil de verano. «Invitamos a 50 niños de la zona de Belén y de los campos de refugiados para que participen en talleres creativos de pintura, música, mosaicos, teatro», dice Daoud. «Queremos que los niños descubran su propio talento; los niños palestinos están traumatizados por vivir en una realidad política muy difícil.»

Voluntarios alemanes diseñaron y están construyendo un jardín y un sitio para que los niños que visitan la granja puedan jugar

Los Nassar también arreglaron unas parcelas para cultivos; allí colaboran varios voluntarios que se quedan largas temporadas y ayudan a hacer funcionar la granja durante todo el año. Su presencia sirve también como elemento de disuasión para los ataques de los colonos israelíes, que «han cesado por completo», nos cuenta Daoud.

Daher sentado junto a su madre, Milad, en la casa familiar

A la familia Nassar le gustaría poner en marcha una escuela en la granja, una escuela centrada en la sustentabilidad, la agricultura orgánica y el reciclaje. Pero la realización de este sueño sigue siendo algo distante porque eso depende de que Israel conceda los permisos correspondientes. «Entonces, avanzamos dando pequeños pasos», dice Daoud. «Aunque caigamos, volvemos a ponernos de pie y continuamos adelante con fe, amor y esperanza en la acción.»

Claire Thomas es una fotógrafa freelance nacida en el Reino Unido; su trabajo se centra en cuestiones sociales, políticas y humanitarias de Oriente Medio y África.

Fuente: https://electronicintifada.net/content/sowing-steadfastness-harvesting-hope/16771

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, al traductor y Rebelión como fuente de la misma.